Un mundo estático, inmutable, sometido a sus reglas, rehén de sus humores: eso buscaban los dirigentes de las compañías de los taxis que hoy querían atentar contra algunos derechos de sus usuarios: paralizar algunos sitios de Quito, obligar a las autoridades a detener la evolución de los servicios en ese campo. La fuerza amarilla como se les dice (precisamente por su capacidad para chantajear a las autoridades) quieren que se pare el progreso que significa para los usuarios compañías como Uber y Cabify. Hoy no solamente querían paralizar parte de Quito: por su culpa no hay colegios y escuelas, perjudicando de esa manera a madres y padres de familia. Chamorro, experto en fuerzas de choque brutas y salvajes, pone en escena la línea evolutiva que han tenido los usuarios de taxis… y los taxistas.
Caricatura: Marcelo Chamorro.
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