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Rally Fiscal: Ecuador, campeón de los saldos rojos

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Para 2019, Chile espera un déficit de sus cuentas públicas de 1,7 por ciento del PIB. Su deuda pública interna y externa no supera el 25 por ciento del PIB, ratio aún menor en término netos, pues, sus fondos de estabilización económica y social y de reserva de pensiones, superan los 20.000 millones de dólares. El pago de intereses de la deuda pública es apenas el 0,9 por ciento del PIB y su economía crecería el 3,8 por ciento. Este país, durante varios años, ha consolidado una creíble historia de solidez fiscal y económica, que se ha constituido en parte de la cultura de su sociedad. Este escenario y un riesgo-país de 1,62 por ciento, han hecho de Chile un país atractivo para invertir y que mira con optimismo alcanzar el desarrollo.

Perú, espera crecer 4,2 por ciento en 2019 y sus cuentas públicas tendrán un déficit global de 2,7 por ciento del PIB, el cual se reduciría al 1 por ciento en 2021.  Su deuda pública de alrededor del 25 por ciento de la producción, demanda para el pago de intereses apenas el 1,3 por ciento del PIB. Mientras, el gasto de personal alcanza el 5,9 por  ciento del PIB y su gasto de inversión el 5,2 por ciento de la producción. Luego de la traumatizante hiperinflación de hace décadas, la sociedad peruana ha abrigado como valor colectivo la sostenibilidad fiscal y un sano manejo de la economía. Su riesgo-país de 1,66 por ciento, similar al de Chile, se acompaña del grado de inversión para continuar por la senda del crecimiento.

Para 2019, Colombia espera un saldo rojo en sus cuentas públicas de 2,5 por ciento del PIB. Este país mantiene un Comité Consultivo que avala el estricto cumplimiento de la regla fiscal establecida en la Ley, que ordena la reducción gradual del déficit público. La deuda neta de todo el sector público se ubicaría en el 32,5 por ciento del PIB, la cual requiere para el pago de intereses el 2,8 por ciento de la producción. El pago de las remuneraciones públicas, en el presupuesto, no supera el 3 por ciento del PIB. Su crecimiento esperado de 3,4 por ciento, se asienta en un riesgo país del 2,2 por ciento, en la calificación de grado de inversión de su deuda externa, y en el dinamismo de la inversión privada.

Panamá, con una economía dolarizada, al amparo de su Ley de Responsabilidad Fiscal, espera para 2019 un déficit público de 1,5 del PIB. El crecimiento esperado de 5,8 por ciento, será el más alto de América Latina. Su deuda pública del 38 por ciento del PIB, exige para el pago de intereses el 1,6 por ciento del PIB, al tiempo que los gastos de personal demandan el 4,6 por ciento de la producción nacional. La solidez de su economía y la sostenibilidad fiscal, han llevado al riesgo-país al 1,65 por ciento, de los más bajos de la región.

Argentina y Ecuador, son historias gemelas de desajustes económicos y fiscales signados por la marca de los populismos. Luego de acudir al auxilio del FMI, Argentina se propone en 2019, alcanzar equilibrio primario y superávit del 1 por ciento en 2020. Para lo cual ha implementado una importante reducción de subsidios y gastos, y generación de ingresos mediante impuestos. Su deuda pública del 87 por ciento del PIB, demanda el 3,2 por ciento de la producción para el pago de intereses, a su vez, el pago de salarios requieren del 2,9 por ciento del PIB. El riesgo-país de 8,2 por ciento es el segundo más alto después de Venezuela, y refleja sus vulnerabilidades. Las correcciones económicas y fiscales, aún tienen un largo camino por recorrer.

El Salvador, tiene un período de dolarización similar a Ecuador. Este país, espera en 2019 un déficit global de 3,7 por ciento del PIB, con un crecimiento de 2,6 por ciento en su economía. Su nivel de deuda pública, de alrededor del 70 por ciento del PIB, demanda pagar por intereses el 3,9 por ciento del PIB. El gasto de personal alcanza el 10 por ciento del PIB y el de inversión es apenas 2,9 por ciento de la producción. Entre 2002-2017, este país emitió bonos soberanos por 6.200 millones de dólares, con plazos de 10, 12, 20 y 30 años y tasas de interés entre 5,875 por ciento y 8,625 por ciento. Su Ley de Responsabilidad Fiscal para la Sostenibilidad de las Finanzas Públicas y el Desarrollo Social, se ha incumplido con recurrencia. Entre otros aspectos, para cumplir sus postulados exige reducir la deuda pública al 40 por ciento del PIB, la disminución de los gastos de personal a alrededor del 5 por ciento del PIB, y tasas de crecimiento de la economía superiores al 4 por ciento anual.

Ecuador, en 2019 estima en su presupuesto un déficit del 5,3 del PIB, magnitud que podría ser mayor por la reducción del precio del petróleo e ingresos tributarios y, no obstante, el aumento del precio de la gasolina. La deuda pública supera el 60 por ciento de la producción y seguirá creciendo en el futuro, deuda que requiere un pago de intereses de 3,1 por ciento del PIB. El gasto en personal sería del 8,4 por ciento de la producción y la economía crecería 1,4 por ciento, aunque todo apunta a un estancamiento severo hasta 2021. El riesgo-país supera el 8 por ciento, la inversión es paupérrima y hasta 2028 se deben pagar 14.750 millones de bonos soberanos, además de otras deudas.

Ecuador es el campeón de los saldos rojos de la región, con excepción de Venezuela que es un Estado fallido. Alcanzar los estándares económicos y fiscales de Chile, Perú, Panamá, Colombia y otros países, demandará años de disciplina económica y fiscal en el contexto de economías y democracias liberales. Mientras, el Ecuador trata de no naufragar en sus avatares económicos y fiscales, los otros países tienen sus miras en el desarrollo, luego que sus sociedades han asumido como cultura la estabilidad económica y fiscal. Aún, El Salvador, con debilidades estructurales similares a Ecuador, tiene ciertos indicadores en mejor posición. La lentitud en emprender las obligadas reformas en la economía y el fisco, agigantará las brechas de desarrollo con los países de la región y con los países más avanzados en el mundo.

 

Jaime Carrera es economista.

2 Comments

  1. Excelente artículo.

    Aparte de poner en evidencia la mala situación actual del Ecuador, la comparación con otros países de la región permite establecer muy claramente cuál es la ruta que se debe seguir en el país. Sin ser ningún gurú en economía, es claro que se debe seguir el modelo liderado por países como Chile y Perú; copiando, adaptando e incluso mejorando las políticas económicas que ellos han seguido durante las últimas décadas.

    Creo que lo anterior no es ningún secreto. Ni tampoco que el modelo seguido por Ecuador durante la última década, es exactamente el que no había que seguir.

    Éste será un trabajo de décadas, no de un par de gobiernos. Es un camino difícil, sobretodo en sus inicios, pero, es perfectamente factible. Ojalá los gobernantes actuales y futuros del Ecuador tengan la capacidad de aceptar y asumir un reto de esta naturaleza, que va mucho más allá de sus propios gobiernos.

  2. Estamos comparando peras con manzanas, al menos en el caso de Colombia. La cifra de deuda de este país que se mostró en el artículo de 32,5% es deuda consolidada o neta. Mientras que la que se usa de comparación en Ecuador es deuda agregada, no consolidada, y por tanto el es mucho mayor y no es comparable.
    La deuda agregada o bruta en Colombia creo está alrededor del 52% (cita de memoria, no comprobada), y Colombia tiene un problema fiscal, aunque mucho menos grave que el de Ecuador pq su riesgo país es mucho menor entre otras cosas por lo técnico, imparcial y autónomo que es Banco Central.

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