Veinte meses tardó el Presidente de la República, principal responsable de la política exterior, para romper con la dictadura de Venezuela. Esa espera concluyó ayer, en Davos, Suiza, cuando el Presidente acompañó la declaración de un grupo de países latinoamericanos en la que anunciaron su reconocimiento al presidente interino Juan Guaidó. Luego Lenín Moreno dio a conocer su decisión en un video en el que comunicó la posición oficial.
Ecuador termina de esta manera una política de complicidad (con María Fernanda Espinosa) y de pequeños pasos de distanciamiento con Nicolás Maduro (con José Valencia) que condujo al país, en este tema, a un aislamiento diplomático en la región. Dos tesis esgrimió la Cancillería para tratar de salvar los muebles y evitar, de esa forma, unirse a los países del Grupo de Lima cuyas posiciones no dejan dudas sobre su ruptura con la dictadura de Maduro desde agosto de 2017: hacer una consulta popular para ratificar o no en las urnas la elección de Maduro y constituir un grupo de mediación multilateral al estilo del Grupo de Contadora. Las dos eran inviables. Las dos obedecían a dos principios defendidos por Lenín Moreno que se sabía que eran impracticables en el fondo y en la forma. Moreno consideraba que había que privilegiar el diálogo entre la oposición y el gobierno, desconociendo todos los intentos hechos y todas las argucias usadas por la dictadura para boicotearlos. En segundo lugar, el Presidente se opuso a usar los mecanismos previstos en los instrumentos latinoamericanos para sancionar el gobierno de Maduro pretextando la no injerencia en los asuntos internos de Venezuela. Moreno tardó año y medio para dar curso al espíritu y la letra de la doctrina Roldos.
El reconocimiento de Juan Guaidó deja atrás dilaciones y coartadas políticas para calificar por su nombre la dictadura de Maduro, admitir el daño infringido por su modelo a Venezuela y a sus habitantes y aceptar que los ropajes ideológicos no pueden socapar violaciones profundas y flagrantes de las libertades y los derechos humanos.
La migración venezolana y la crisis interna que suscitó incidió, sin duda, en la decisión anunciada ayer por el Presidente en Davos. Por dos razones en particular: puso en evidencia (sobre todo para los antiguos correístas y sus aliados) la debacle económica a la que condujo el chavismo a Venezuela. Y obligó a Moreno y a su gobierno a enfrentar el paso por Ecuador de centenares de miles de migrantes (cerca del 20% se queda) que huyen de la miseria, la falta de empleo y las carencias extremas en los servicios de salud.
Es indudable que esta realidad tensó las relaciones con la dictadura de Maduro que desconoció el esfuerzo del gobierno nacional y del país para atender a 240 mil venezolanos que, según cifras oficiales, están en el país. El ministro de comunicaciones venezolano llegó a tratar al presidente Moreno de mentiroso por haber dicho que entraban unos 6000 venezolanos cada día al país, muchos con enfermedades. El gobierno reaccionó y expulsó a la embajadora venezolana. No obstante, el gobierno no se unió al Grupo de Lima. Esperó hasta la sesión de la OEA, este 10 de enero, cuando votó a favor de una resolución propuesta por Colombia en la cual se desconoce a Maduro como presidente por no haber respetado, para su nueva elección, la institucionalidad democrática.
Apoyar a Juan Guaidó, como presidente interino, es cerrar un ciclo en el cual la diplomacia correísta privilegió las alianzas supuestamente ideológicas por encima de los intereses del país. Esto incidió en la conformación de bloques regionales y en el destino de organizaciones como Unasur, cuya sede se encuentra en Quito, en la Mitad del Mundo. Los países miembros no han llamado a cumbre presidencial alguna desde 2014 y Unasur está totalmente paralizada por falta de fondos desde hace un año. Venezuela la había convertido en una extensión natural de su política exterior.
Con este giro, Ecuador sale del aislamiento diplomático que se granjeó en el caso de Venezuela y gana capacidad de maniobra y de iniciativa. El Canciller Valencia aprovechó el momento para resucitar, en Davos, en una entrevista con la agencia EFE, la tesis de conformar un grupo de países que medien en la crisis venezolana, al estilo de lo que sucedió con el de Contadora en los años ochenta en América Central. No parece que las condiciones en Venezuela, donde hay hechos consumados, favorezcan la propuesta de Valencia. Contadora nació para mediar y obtener la paz en América Central. Lo que está en juego en Caracas es que el dictador y su grupo mafioso abandonen el poder. La única acción diplomática sensata es presionar para que lo haga cuanto antes.
Foto: Flikr Presidencia.
Al final de la historia, como se demostro hoy en la ONU, son los amos del mundo (USA y Rusia), los que manejan los hilos tras bambalinas, el resto es un coro que solo rellena vacuos espacios.
El representante de Rusia fue durisimo, inclusive tomo de material de estudio a Francia con el tema de los chalecos amarillos, y por alguna razon no se vio respuesta alguna de la representante gala, silencio total. Al final es GEOPOLITICA, los rusos dijeron, que el mundo debe pensarlo dos veces antes de darle una posible solucion militar al conflicto, no fueron ambiguos, su representante no dio margen a supuestas interpretaciones, en otras palabras, que haran lo que tengan que hacer, y eso es preocupante, porque lo hacen; fueron y son imperio, cuando en el territorio de el Estados Unidos solo existian tribus, ya se guerreaba en Rusia.
Ambos bandos tienen demasiados intereses en el norte de suramerica, y no van a cejar en ello. Conclusion: si los propios venezolanos no hacen algo urgente por ellos mismos, alguien de afuera si lo va a hacer, y nadie de suramerica lo va a poder impedir.
Tengo la extraña sensacion, despues de escuchar hoy al representante de Rusia, que en el Pentagono cundio el panico…..
Buena decisión la de Moreno la de reconocer la presidencia de Juan Guaidó. Por fin! Como dice el editorial.
¿Pega en el centro? ¡Falso! No lo hizo convicción sino por subir unos puntitos en las encuestas y tratar de resarcir su torpe intervención xenófoba por el horrendo crimen de Diana en Ibarra.
Moreno parece que intenta cortar el cordón umbilical que lo sujetaba a la visión esperpéntica del castro- chavismo en el plano de las relaciones internacionales. Una operación de alto riesgo porque su candidatura se fraguó en el útero podrido y corrupto del correato.
El presidente parece que se ha distanciado de la muletilla de la soberanía, la no injerencia en asuntos internos y más zarandajas que se se usan cuando se intenta proteger a regímenes carentes de legitimidad democrática, pero que se los considera amigos. Algo inaceptable cuando un truhán como Maduro se aferra al poder, ocasionando gran dolor, muerte , violencia criminal, hambre y desolación entre millones de venezolanos que han visto cómo se hunde la patria de Bolívar en la indignidad y la más brutal corrupción.
Moreno ha tenido el valor moral de rectificar y ponerse de lado de la razón, la justicia y el derecho que le asiste al pueblo venezolano para remover al demonio que lo sojuzga. Que entiende bien que ninguna ideología puede servir de escudo para ocultar los extravíos, abusos y atropellos de cualquier tirano que use el poder para negar la democracia y conculcar la libertad del hombre. Que son igual de despreciables y nefastos Ortega, Pinochet, Franco, y todos los especímenes que han aplastado el derecho del hombre a vivir bajo el imperio del Estado de Derecho.
Dejemos que el tricornio Podemita( Errejon, Iglesias y Monedero) siga alentando el lenguaje falaz de poner a Maduro como víctima del Imperio, y que lo replique en el país la inefable Gabriela Rivadeneira, la sumisa que condecoró a la Pasionaria del Calafate( Cristina Kirchner) . Dejemos que lo hagan porque tienen todo el derecho a chapotear en el fango de la mentira. Pero Venezuela tiene que encontrar la salida de este túnel tan prolongado. Una salida inteligente y prudente que implique el menor desgaste para un pueblo extremadamente sufrido.
Yo soy parte de esa franja que coincidimos con lo que manifiesta Carlos, no va a ver muertos porque los milicos que respaldan al tirano sólo al escuchar que van a ser atacados tomarán la de Villa Diego
Lo vengo diciendo desde hace 1 año. La unica via es la intervención militar. La cupula militar venezolana acaba de confirmar el respaldo a Maduro. Y en tres dias ya cuentan una docena de muertos en protestas. Eso deja muy claro cual va a ser la posición de Maduro en esta crisis siendo la población desarmada la unica victima. Es hora de superar ese posición absurda de lo políticamente correcto para armar una alianza militar y acabar de una vez por todas con el narco-gobierno de Maduro. Que esperan los gobiernos democraticos de America para hacer algo? Que lleguen los muertos a los 2.000 o 3.000 personas. Cuando un ladron te roba algo, no te lo devuelve diplomaticamente y pidiendo disculpas. Lo hace por la fuerza y pagando cárcel por aquello. Aca es lo mismo. Maduro no va a soltar el poder, hay muchos intereses en juego. La geopolítica en esta cuyuntura es de mucha importancia, por eso es necesaria una acción coordinada en bloque. Venezuela no necesita paños de agua tibia, es hora de recurrir a la fuerza.
Carlos,
publicamos su comentario porque sabemos que una franja de personas piensa como usted. No lo compartimos. También el Grupo de Lima, y en eso coincide el gobierno nacional, son desfavorables a esta salida. Victimizar a un dictador sería ayudarlo y remar a favor del discurso mamerto que presenta a la oposición de la nación venezolana como parte de un plan externo para invadir a Venezuela. Cordial saludo.
En este punto, Jose, ya no hay política con diplomacia. Se acabaron las formalidades, los llamados de atención. Yo entendería su posición y la de los gobiernos del grupo de Lima si Maduro y sus secuaces fuesen politicos, pero no lo son. Son ladrones, criminales, narcotraficantes, asesinos. Vaya a usted a ver como estan destruyendo la naturaleza, parte del Amazonas esta devastada y los efectos ambientales a mediano plazo en todo el continente van a ser devastadores. Es decir, ya no hay razonamientos que valgan con este grupo de ampones. La política debe seguir, por supuesto, pero por la via de la guerra. A esta gente hay que exterminarla de raíz. Y si los correistas salen a defenderlos aduciendo que es un ataque del imperio, entonces que vayan ellos a poner el pecho a las balas, favor que nos harían.
En conclusion, ya no hay manera pacifica de arreglar este conflicto. Tampoco se trata de que Estados Unidos asuma el protagonismo y vaya solo a la guerra. No. Debe ser una acción en conjunto, debe ser una alianza militar de toda America porque Maduro no esta solo, detrás de él esta el otro dictador que quiere apoderarse del mundo, estoy hablando de Putin. Con ese megalómano hay que andarse con cuidado sino vean lo que ha pasado en Siria. Y a eso súmenle el apoyo del líder chino que no es ningun demócrata. El problema es complejo pero solo unidos podremos salir. Y por la via de la guerra.