Con la reciente autoproclamación del Presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó como presidente interino, ha vuelto a brotar la esperanza de que el represivo régimen de Maduro está a punto de colapsar. El interinazgo de Guaidó es ampliamente visto dentro y fuera de Venezuela como legítimo y ha reactivado las marchas en las calles en contra de Maduro y profundizado su aislamiento internacional. La audaz maniobra de Guaidó, que al parecer fue coordinada con EEUU, ha puesto a Maduro a la defensiva. No obstante, a pesar del repudio interno y externo que enfrenta Maduro, no está claro que este nuevo escenario de poderes paralelos desembocará en el largamente esperado fin del régimen.
Guiadó, sin duda, tiene mucho a su favor. En el ámbito internacional, cuenta con el entusiasta apoyo de la administración Trump, del Grupo de Lima y en menor grado de la Unión Europea. Internamente, una amplia mayoría de venezolanos lo reconoce como gobernante. Guiadó, en otras palabras, cuenta con una gran legitimidad interna y en el ámbito internacional.
No obstante, su rival Maduro sigue monopolizando la fuerza y el aparato estatal. Si bien es ampliamente percibido como la cabeza de un gobierno ilegitimo, cuenta con el respaldo de la Fuerzas Armada Nacional Bolivariana (FANB), mantiene el control de la burocracia y de los órganos de control y judiciales. Controla, además, el presupuesto y por ahora los ingresos petroleros. Asimismo, su aislamiento internacional es menor que el que nos imaginamos. Rusia y Cuba, y de manera menos pública, China continúan sosteniendo al corrupto régimen de Maduro. En un mundo multipolar, en que EEUU ya no tiene necesariamente la última palabra, los apoyos internacionales de las potencias autoritarias pueden prolongar indefinidamente la vida de un régimen represivo, como se ha visto claramente en el caso de Bashar Al Assad en Siria.
Guaidó está consciente de que un nuevo ciclo de movilizaciones no tendrá mayor impacto, si es que la FANB sigue sosteniendo a Maduro. La crisis, en otras palabras, no se dirimirá en las calles. Así, Guaidó busca que una buena parte de las FANB se declare en rebeldía en contra de Maduro. No obstante, la corrupta cúpula castrense se mantiene absolutamente alineada y la disidencia de la tropa se manifiesta en brotes aislados y es fácilmente reprimida. La inteligencia cubana hace eficiente y brutalmente su trabajo en los cuarteles. En ausencia de una deserción masiva de la tropa, la oposición tendrá que apoyarse en sus aliados internacionales. ¿Pero cuán lejos estará EEUU dispuesto a ir y hasta qué punto Rusia y, en menor grado, China actuarán como un contrapeso? Tristemente, el destino de Venezuela se decidirá en un juego de pulso entre Washington por un lado y Moscú y Beijing por otro.
Para Trump está en juego la Doctrina de Monroe. EEUU, según la misma doctrina, debe garantizar el triunfo de la democracia en el hemisferio occidental e impedir que potencias ajenas a la región respalden otros modelos políticos. Entre las opciones que contempla Trump para asegurar el cumplimiento de la Doctrina Monroe están las sanciones económicas y la intervención militar. Trump quiere trasladar los activos del Estado venezolano en EEUU a Guiadó. Ello podría incluir cuentas y bienes raíces, incluyendo aquellas pertenecientes a la virtualmente quebrada empresa estatal venezolana que opera en EEUU. No está claro, sin embargo, que Trump estará dispuesto a prohibir a las empresas norteamericanas la compra de petróleo venezolano por el impacto que ello tendría en los precios del petróleo. Si las sanciones no incluyen un claro boicot petrolero, no tendrán el impacto anhelado. Trump está amenazando, también, con una intervención militar, pero esta sigue siendo inviable. No tendría el apoyo regional necesario, y sería costosa y potencialmente destructiva.
¿Qué harán Rusia y China? Para Rusia es una oportunidad de desquitarse de la injerencia que EEUU y la OTAN ejercen en su “extranjero próximo”, su perímetro eurasiático, que Rusia considera su histórica esfera de influencia. Rusia no dejará fácilmente que EEUU gane el juego de pulso y logre su objetivo de cambio de régimen. Al parecer Putin está enviando mercenarios para resguardar a Maduro y está asesorando cada paso de su aliado. Si bien la asistencia rusa consiste típicamente en recursos militares, Rusia seguramente estará dispuesta a aumentar en algo el crédito que otorga a su aliado a cambio de un mayor control de su industria petrolera. No obstante, sin el apoyo financiero adicional de China, Maduro no sobrevivirá. Para China está en juego la posibilidad de ser excluida de un país en que adquirió una fuerte presencia y el desprestigio de ceder ante EEUU. Así el tablero, el escenario de gobiernos paralelos en Venezuela se podría, trágicamente, prolongar.
Carlos Espinosa es profesor/investigador de Historia y Relaciones Internacionales en la USFQ
Para evitar que este problema se repita en Venezuela o cualquier otro país en el mundo se de rescatar la idea de fomentar la educación en principios y valores éticos ,tanto en la familia como en todo el proceso educativo. Educar en lo que significa la familia su conformación los roles de sus integrantes padres hijos abuelos y demás familiares. Los problemas que debe enfrentar cada día y como resolverlos.
profesor Espinoza. Juan Guaido no se AUTOPROCLAMO como presidente. el cumple con la constitucion. el fue electo diputado. el se JURAMENTO ante 7 millones de ciudadanos cenezolanos que estaban manifestando su voluntad de libertad y democeacia en las calles de Venezuela y muchos mas que no pudieron salir a marchar. todo dentro de la constitucion y la ley. ES IMPORTANTE ESTA DEFINICION DE LO QUE ESTA SUCEDIENDO EN VENEZUELA: EL RESCATE DEL PAIS
Creo que la situación crítica, en lo político y económico, que vive Venezuela en especial y Latinoamérica en general, en gran parte es responsabilidad de los EEUU al concentrarse exclusivamente en el conflicto del oriente euroasiático y descuidarse de su patio trasero… gobiernos corruptos que necesitaban créditos, asistencia social, económica y técnicas, sin que pregunten para qué, permitió el ingreso de éstos imperios que hoy se sienten parte de nuestros países,y desde luego, tienen intereses que defender…
A
Gracias por sus comentarios. Rodrigo, es cierto que la movilización popular es parte de la ecuación; es necesaria pero no suficiente para que se produzca una transición. Franklin, entiendo que la Constitución de Venezuela estipula que en caso de ausencia de un presidente (legitimo), el presidente de la Asamblea Nacional asume automáticamente la presidencia como encargo. El juramento no se dio en la Asamblea Nacional sino en un acto público.
Guaido no se ha autoproclamado. Fue una decision de la Asamblea. (perdon por la falta de tildes).
estoy de acuerdo con su comentario, el senor guaido no se autoproclamo, simplemente esta cumpliendo un mandato constitucional; son estas percepciones las que luego se tergiversan y hay personas que comienzan a cuestionarse sobre la legalidad de lo hecho por la asamblea venezolana y dan pie para que ciertos decerbrados piensen que maduro es el presidente y debe continuar con su desgobierno, que ha llevado a venezuela a la debacle social, politica y economica jamas vista en su historia…
Lo felicito Dr. Carlos Espinosa, como siempre buenos análisis y en este caso del entorno geopolítico de la crisis venezolana, en el que por desgracia hay que reconocer el determinismo del juego de intereses entre los EEUU y los imperios emergentes de China y Rusia, que anhelan controlar los mercados y los recursos naturales de AL -cuando hablo de mercados también se incluyen las armas-. Sin embargo, considero fundamental la presencia del pueblo en las calles contra el régimen chavista-castrista ya que una vez que caiga, no podrán ser solo las potencias imperialistas las que diriman el futuro de la nación venezolana. Solo el pueblo salva al pueblo.