A Lenín Moreno le insultan diciéndole cuántico porque le gusta mucho hablar, sobre todo en las conferencias, sobre las leyes cuánticas de la física. Moreno, en realidad, no entiende nada de física con la excepción de las leyes de flotación. Últimamente lo ha demostrado: flotó con la ayuda de los chinos, ha flotado con los anuncios de un acuerdo con el FMI que nadie ha visto y con la noticia de que va a concesionar empresas públicas, como la CNT. Ahora, logró flotar una vez más con la venta de bonos con tasas de interés que son chulco puro y duro. Pero no le mete mano al gasto público ni retrocedió tras haber decidido bajar los subsidios.
Chamorro se filtró hace poco en los astilleros de Carondelet donde pudo ver personalmente cómo Moreno logró construir una embarcación con las boyas flotadoras que ha acumulado en estos últimos meses. El Presidente ensayó y probó que la línea de flotación es la adecuada…
Caricatura de Marcelo Chamorro
De tanto flotar, le podría entrar agua a la canoa, sin que esto quiera decir que le gusta el arroz con chancho, como sí parece que gustaba de este plato su antecesor.
Muy bien lo señala Chamorro: No mete mano en el gasto público.
Temeroso como parece ser, el mandatario cierra los ojos ante la cruda realidad, que en el IESS más que se triplicó la burocracia cuando su gran amigo Richard Espinoza mal administró la institución. En dos años, ha sido incapaz de reducir el gasto público y prefiere tomar el camino más ancho: endeudar a los ecuatorianos.