En 2014 Ecuador comenzó el peregrinaje por los mercados internacionales para emitir “Bonos Basura”. Año con un déficit fiscal superior a los $6.000 millones y una clara tendencia de reducción de los precios del petróleo. La ciega obsesión por mantener el desproporcionado gasto público, que en tal año alcanzó el clímax del 44 por ciento del PIB, sentó las bases para la posterior, sucesiva y onerosa colocación de Bonos Soberanos.
Con la última emisión de $1.000 millones de “Bonos Basura” a 10 años plazo con el interés del 10,75 por ciento, el stock total de Bonos Soberanos alcanza los $15.750 millones o 15 por ciento del PIB, valor que supera el total de las recaudaciones tributarias. Los Bonos colocados por el gobierno anterior suman $7.250 millones y los emitidos por el actual gobierno alcanzan $8.500 millones. Los bonos vencen entre 2020 y 2029. Hasta el vencimiento de todos los bonos, la sociedad ecuatoriana habrá pagado por intereses $12.500 millones; un verdadero festín para los compradores de bonos basura. Dólares que salen del país en una economía dolarizada.
Emitir “Bonos Basura” por los que toda la sociedad paga onerosas tasas de interés, es un mensaje de desesperación por dotar de liquidez al Tesoro Público, a las reservas del Banco Central y a la economía en su conjunto. Es el costo que transmiten los mercados por su percepción de la insostenibilidad de las finanzas públicas e incertidumbre sobre la capacidad de pago de la deuda pública. Traduce, de otra parte, la incapacidad del gobierno para enfrentar con decisión las reformas estructurales que conduzcan de modo creíble a la reducción del déficit público, a la sostenibilidad fiscal y a la consolidación de una economía sana y en crecimiento.
Acudir al fácil e irresponsable recurso de emitir “Bonos Basura” con elevados costos, tiene múltiples efectos nocivos para la sociedad y el progreso del país. Una tasa de interés del 10,75 por ciento es referente para los créditos externos que empresas y bancos privados pretendan conseguir en el exterior, a fin de financiar sus actividades. Por tanto, tienen consecuencias perniciosas para las inversiones, créditos externos y flujo de dólares que impulsen el crecimiento de la economía, la generación de empleos y sostengan la dolarización.
De otra parte, el pago de intereses de la deuda pública externa crece de manera explosiva, más el pago de las amortizaciones externas y la importación de derivados que, en conjunto, representan unos $8.600 millones, son ingentes montos de dólares que van al exterior debilitando la dolarización al deteriorar la balanza de pagos y no encontrar respuestas estructurales para fomentar el ingreso de dólares por inversión extranjera directa y exportaciones no petroleras.
El gasto por el pago de intereses de los “Bonos Basura”, evidencia una inadecuada distribución de los recursos estatales en pro de las atenciones sociales que tanto pontifica el gobierno. Si no se efectúa otra colocación de bonos, en 2019 se pagarán unos $1.400 millones de intereses por tales bonos, suma que supera los $1.080 millones asignados al Ministerio de Inclusión Económica y Social. Duplica los $700 millones destinados a los bonos para los pobres, discapacitados y adultos mayores. Es superior a los $1.240 millones que se destinan al pago del 40 por ciento de las pensiones de los jubilados.
El gobierno precedente y el actual, condenan a perpetuidad a la sociedad a la dependencia de los mercados de bonos. Si el país quiere en cada vencimiento hasta 2029 cancelar el capital de los bonos, tendría que generar superávit fiscal; si no lo hace, tendrá que colocar otros bonos a diferentes plazos, repitiendo estas operaciones por décadas.
La irresponsabilidad fiscal reflejada en el costo de los bonos tiene un alto precio financiero para el país. Si tanto el gobierno anterior como el actual hubiesen conducido al país por la senda de la sostenibilidad fiscal, el riesgo país habría sido bajo y el pago de intereses por los bonos mucho menor. Colombia, Perú, Chile, Uruguay, Paraguay, Bolivia y otros países, emiten bonos a tasas de interés inferiores al 5 por ciento. En enero de 2019, Colombia emitió bonos por $1.500 millones a 30 años al 5,2 por ciento de interés. Este país, con sanas políticas económicas y fiscales durante varios años alcanzó el “Grado de Inversión”.
Si Ecuador con una gestión fiscal responsable, hubiese colocado los $15.750 millones de bonos al 5 por ciento de interés anual, pagaría por intereses hasta el vencimiento de los mismos, $2.506 millones menos por los bonos colocados en el gobierno anterior y $3.095 millones menos por los colocados en el gobierno actual. Ante la ausencia de una real institucionalidad democrática, capaz de juzgar las irresponsabilidades, nadie responde por estos cuantiosos desatinos.
El gobierno y la sociedad toda, deberían al menos ruborizarse con algo de vergüenza, al ser el Ecuador un país que emite “Bonos Basura” a la tasa de interés más alta del mundo y forma parte de los países con calificación B-. Los países con igual calificación de deuda que Ecuador (B-) son: Angola, Belize, El Salvador, Iraq, Líbano, Nicaragua, República del Congo, Tajikistán, República de Zambia y Ucrania. En 2018, Ucrania emitió $1.250 millones a 10 años con un interés de 9,75 %, Angola emitió bonos por $1.750 millones a 30 años con un interés de 9,375 %, Líbano emitió bonos por $1.500 millones a 25 años con un interés de 8,25 %.
Continuar por este sendero no es responsable y sólo aumentará los costos sociales futuros para corregir las cuentas públicas y la economía. Urgen decisiones valientes para emprender las reformas imperativas que eviten costosas crisis con graves consecuencias, reduzcan el riesgo país y la dependencia de los mercados externos, y conduzcan al Ecuador por la senda del crecimiento.
Jaime Carrera es economista.
POR FAVOR, dejen de hablar tantas comparaciones tontas, como esa de los 1,080 millones para inclusión social…URGENTE se necesitan acciones radicales, CERO obras nuevas, NO A SUBSIDIOS para transportistas de carga, pesqueros y camaroneros o taxis, estos ya subieron sus tarifas hace rato, CERO empleados nuevos, ni siquiera reponer los que se jubilan, y ya paren con tonterías como toda una vida, Manuelas, tren playero, etc. Alto a mas “metros”, tranvías, aerovias, que lo único. que van a hacer es quebrar a los municipios
Sin duda q no existe una política económica coherente de este gobierno, pero cuál es la salida? Existe la posibilidad d q Ecuador el sector público en particular sincere los sueldos acorde con la economía, eso significaría ajustar hacia abajo los sueldos por ejemplo a todos los q ganen más de 2000 al mes, tomando en cuenta q muchas familias trabajan hasta 3 miembros en el sector público
POR EL DESCOMUNAL Y DESQUICIANTE ENDEUDAMIENTO PÚBLICO, nuestra macroeconomía anda por los suelos.
Preocupación mayor debería de ser de párte de la academía, los abogados y de los políticos, en especial, en discutir y promover políticas que salvaguarden los fondos públicos. De hecho, por su irresponsabilidad, ineptitud y negligencia culposa, muchos de nuestros gobernantes deben ser investigados, juzgados y sancionados.
Por nuestra parte, a los ciudadanos nos queda la responsabilidad de abordar esta problemática y hacer veeduría y control.
Caso contrario , los corruptos seguirían de fiesta y de enriquecimiento ilícito.