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Los 10 279 millones vendrán durante 3 años solo si hay disciplina

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En el clímax de una precaria situación fiscal y pocos dólares en la economía, en la caja pública y en el Banco Central, para calmar las angustias, fue oportuno el anuncio de la posibilidad de obtener $10.279 millones producto de un acuerdo con el FMI, acompañado de aportes del Banco Mundial, BID, CAF, FLAR, Banco Europeo de Inversiones (BEI)  y la Agencia Francesa de Desarrollo.

La euforia desatada por el anuncio, pronto se diluirá en el devenir del tiempo, cuando el Ecuador deba enfrentar las reformas inherentes a los desembolsos de aquellos cuantiosos recursos. La antesala de colocar $1.000 millones de “Bonos Basura” al 10,75 por ciento de interés, fue el preludio del imperativo de acudir al FMI y los Organismos Multilaterales de crédito, como la opción más sana para superar los severos desajustes económicos y fiscales.

El país solo podrá dimensionar la magnitud de las exigencias a la sociedad, cuantificar con realismo la veracidad de las metas fiscales y económicas, determinar la viabilidad política y social y la capacidad del gobierno para implementar las reformas, cuando se publique sin restricciones  el Contenido de la Carta de Intención y el Programa Económico y Social que la configuren. No obstante, de los anuncios iniciales caben algunas reflexiones.

Si las necesidades potenciales de financiamiento, para cubrir los déficit y las amortizaciones de la deuda pública, están entre $9.000 y $10.000 millones para los años 2019-2021, la reducción del déficit público si es del 1,5 % del PIB por año, lo cual se confirmará en la Carta de Intención, debe conducir a la disminución de las necesidades de financiamiento. Sin embargo, disminuir el déficit exigirá severas políticas y absoluta disciplina del gobierno y de la sociedad toda. Además, la relación déficit/PIB estará condicionada al crecimiento de la economía y nivel del PIB, que, a su vez, en armonía con la inflación, inciden en la recaudación impositiva. Lo incierto de la producción petrolera y la volatilidad de los precios del petróleo también son factores a tener en cuenta.

Aún, si el programa fiscal se cumple con rigor y se logra reducir los requerimientos de financiamiento, los recursos del FMI y multilaterales serán insuficientes. La obtención de recursos para cubrir las necesidades de financiamiento debe ser absolutamente creíble. Por tanto, para cada año, el país y los agentes económicos deben conocer con claridad las fuentes de financiamiento: los préstamos de cada organismo multilateral destinados a proyectos y de libre disponibilidad, créditos de bancos, China, deuda interna y otras fuentes. A estos empeños  se deben agregar la transparencia y tratamiento de las deudas acumuladas del presupuesto público, de las empresas petroleras, las que por uso de la liquidez de otros mantiene la Tesorería del Estado, los Certificados de Tesorerías (CETES), etc.

El año 2019 ya presenta interrogantes que el país espera dejen de serlas al publicarse la Carta de Intención y sobre todo mediante acciones concretas del gobierno. Como los ingresos tributarios y petroleros serán muy inferiores a los previstos en el presupuesto, aún si se redujese el déficit del presupuesto de más de $6.000 millones a unos $4.000 millones o menos, las necesidades de financiamiento se ubicarían en torno a los $8.000 millones. El gobierno anunció que $4.600 millones provendrán del FMI, multilaterales y otros. Si el FMI otorga un primer desembolso de $1.400 millones o menos, es sólo un supuesto, estos deben aumentar las reservas del Banco Central. Por tanto, se asume que $3.200 millones ingresarán de multilaterales. En este año, los desembolsos de multilaterales para proyectos presupuestados son de alrededor de los $1.200 millones -no hay información confiable-, con lo cual se deduce que tales organismos desembolsarían $2.000 millones adicionales, lo cual parece poco creíble. Restaría aún, la certeza del resto de fuentes de financiamiento y el monto real de flujos de libre disponibilidad.

En los tres años del Acuerdo con el FMI, sólo el tramo inicial de una maratón de al menos diez años, se deben concretar un conjunto de reformas que consoliden la sostenibilidad de las finanzas públicas y una estructura económica sólida con capacidad para luego de tal período impulsar el crecimiento, las inversiones, la productividad y la creación de empleos. Cumplir estos anhelos implica recorrer caminos escabrosos para aprobar leyes, mejorar notablemente los procesos de gestión fiscal y administración del Estado, mantener absoluta austeridad en el gasto público y disciplina en el conjunto de la sociedad, institucionalizar procesos que permitan obtener cuentas públicas e información económica absolutamente confiables, y encontrar estadios de gobernabilidad que hagan posible el cumplimiento de las metas propuestas.

Será indispensable el mensual monitoreo del cumplimiento de las metas esperadas, objetivo sólo posible con la absoluta transparencia de las cuentas y acciones públicas. Obligación que demanda la radical transformación de la mentalidad de los servidores públicos y de quienes dirigen el Estado, que al capturarlo se apropian de la información pública sin entender que son administradores de los dineros de la sociedad y que, es su deber intrínseco rendir cuentas al país y entregar la información sin restricciones.

La credibilidad asociada al acuerdo con el FMI y organismos multilaterales, es sólo prestada, el país debe ganarla con la apropiación de las reformas y la convicción y rigor del Gobierno para implementarlas. Si las seculares y deformadas conductas de la mayoría de actores políticos, económicos, sociales y de la conducción del Estado, perseveran en sus miopías opuesta al desarrollo, condenarán al Ecuador a la ingobernabilidad y perpetua pobreza.

Jaime Carrera es economista.

3 Comments

  1. Qué acciones debería tomar el estado para asegurar la disciplina y transparencia permanentes que se requieren para sacar provecho del acuerdo?

  2. El estado de propaganda mitómano del morenismo, heredero del correísmo: Ya se están invirtiendo en el país esos 10 mil y más, gastando en beneficio del la sociedad y de los “viejecitos”. Y los ingenuos, no se dan cuenta que Moreno está llevando al país al completo despeñadero. El morenismo es de la misma matriz del correísmo.

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