Los mensajes y argumentos de los candidatos al Consejo de Participación Ciudadana, que se promueven con la supuesta categórica credencial de anticorreísmo, muestran el relativismo ético que es común en el elector promedio. Se parece al relativismo de aquel que ataca al dictador mientras no sea sujeto de su admiración. Es el mismo relativismo que acompañó el inicio y buena parte del gobierno de Correa. A pocos nos importó que las supuestas buenas intenciones, la supuesta moralidad del fin convertía en moral los medios. En esos momentos, Correa se apropió del poder con reprochables golpes de Estado, con violación de toda norma y principio democrático. El 82% aplaudió los abusos y la represión a los pocos que se desgañitaron defendiendo principios.
En esta etapa se reproduce parecida realidad: por un lado un grupo de ciudadanos que espontáneamente promueven la anulación del voto para la integración del engendro del autoritarismo denominado cínicamente Consejo de Participación Ciudadana, basados en que es preciso una expresión potente de rechazo que lo deslegitime en las urnas, que suene como un grito pidiendo una consulta popular para eliminarlo. Por otro lado, el correísmo haciendo campaña por sus colegas de pandilla con el descarado discurso de usar ese ente para recuperar sus días de gloria, según suplicas del impresentable Ricardo Patiño. Y en el mismo bando, aquellos que se fabrican haber sido adalides de la defensa de las libertades durante el correísmo, que defienden la existencia, la conveniencia y la pertinencia del Consejo de Participación Ciudadana porque en su manos, dicen, no será lo que fue durante el correísmo. No será una aberración que rompió con los principios institucionales de una República, será; dicen, instrumento de bondad y buenas acciones.
43 desconocidos, la mayoría sin ligazón con ninguna entidad u organización. Con la única convicción que serán buenos. Expresión acabada de voluntarismo: solo hace falta la voluntad, independientemente de las realidades e, incluso, de las otras voluntades, para que ese mamotreto burocrático y expresión de perversidad política, se convierta en vocería de la participación ciudadana. Pues no es solamente aberración por el rol de nominador de altas posiciones en el Estado sino porque convierte a la sociedad civil en parte del Estado. Por definición, los ciudadanos y sus organizaciones actúan por fuera del Estado.
Correa, con descaro y atentando contra la decisiones del CNE, promueve los nombres de siete de sus adláteres con la amenaza de revocar lo que ha hecho el Consejo Transitorio. Es más fácil controlar siete voluntades. Nebot, para no coincidir con Lasso, reniega del voto nulo aunque reconoce que ese Consejo debe desaparecer. Pero no propone una vía para eliminarlo e, igual que Correa, emite certificados de idoneidad a personas de bajísimo nivel de identificación y reconocimiento. Hay que desaparecerlo, pero mejor que se integre nomás con siete personas, que así es más fácil de controlar.
A este despliegue de doble moral, se añade la expresión de ingenuidad de ciudadanos que creen que los electores, que en casi el 90% no tienen idea quiénes son los candidatos, van a ir masivamente con una polla electoral para elegir, con sapiencia y disciplina, personas que se autocalifican o que sus amigos lo hacen de anticorreístas. Lo que reemplaza cualquier demérito, sustituye cualquier limitación. Es mérito suficiente decirse anticorreísta y eso lo hace bueno y, como tal, capaz de convertir un engendro en un prodigio. Y deben ser siete iguales o por lo menos cuatro.
En redes sociales, luego de que una de las recomendadas por Jaime Nebot -que aparecía virtuosa en varias listas de sugerencia- fue expuesta en un video en el que despotricaba contra Julio César Trujillo, se pidió que se cambie el nombre. No tardó otro candidato, un exmilitar de apellido Molestina, en proclamar el lema correísta de la muerte de la tesis de Montesquieu sobre las tres funciones del poder del Estado y justificar, tal como lo hacían los correístas, la creación del llamado quinto poder; malo en manos correístas pero virtuoso en sus manos.
A estas alturas el gobierno, que pierde esfuerzos en evitar una investigación por una denuncia contra el presidente Moreno, vuelve a mostrar su falta de perspectiva. El presidente Moreno debería estar iniciando la ruta para convocar una consulta popular para reformar la Constitución, reformar el rol y funcionamiento del Consejo engendro y una nueva forma de elegir los altos cargos de la entidades estatales, que no puede ser otra sino la clásica: que lo haga la Asamblea de ternas enviadas por la Presidencia, con impugnación de la sociedad organizada.
Con cierta elementalidad los detractores o escépticos del voto nulo lo rechazan porque así no desaparece el Consejo engendro. Lo que es una obviedad. Pero sí lo debilita. Y de allí, la eliminación por medio de la consulta popular a la que deberán confluir el gobierno y las fuerzas democráticas en lo que podría ser un primer acuerdo político y, sin duda, el primer real cambio de la corrupta estructura legal y administrativa que creó el correísmo para subordinar el poder del Estado a un partido político. Hacerlo rápido es fundamental: aquí es donde aparece la duda que el presidente Moreno entienda la urgencia de hacerlo.
Diego Ordóñez es abogado y político.
Hay que saber diferenciar entre el militante político que es Diego Ordóñez y un periodista, lo pongo de esa forma, tuvimos una consulta popular donde uno de los 7 puntos aprobados mayoritariamente por los ecuatorianos era la elección de ciudadanos para el CPCCS, y ahí el Sr. Ordóñez no decía nada de eliminar ese punto porque Guillermo Lasso decía 7 veces SI, ahora que Lasso dice voto nulo al CPCCS, vemos a Ordóñez respaldando tal teoría, a futuro hay que estar atentos que quiere Lasso y ver al militante político Diego Ordóñez que dice.
Y apoyo a esa señora que tubo lo que muchos no tienen porque son serviciales, de apretar en la llaga, no puede Trujillo decir que el CPCCS es una novelería, después de un año de estar en él y elegir a autoridades de control, hay que ser inteligentes y no tontos útiles. No soy correista soy un ecuatoriano que piensa y analiza y como muchos ya están despertando.
Claro que votar nulo es ingenuidad, Maduro está totalmente deslegitimado y sin embargo sigue gobernando.
Excelente comentario.
No sería bueno que a través de “alguien” (v.g. 4 pelagatos) así como hemos propugnado la anulación del voto para elegir miembros de PCCS,- inicie una campaña de recolección de firmas para pedir una consulta popular porque francamente el Sr. Moreno no tiene la capacidad (textual) ni lo va a hacer, entonces que sea el pueblo quien pida la consulta y de una vez por todas se elimine ese engendro correista que es el 5o. poder a donde irán los supuestamente no correistas por quienes mucha gente ingenuamente
va a votar
Muy difícil convencer pero la gente debería votar nulo, ya es hora de renovar la conciencia y no votar por miedo. Si finalmente vuelven los corruptos por culpa del voto nulo bienhecho para que la gente aprenda y algunos responsables de ese engendro que están pasando de agache respondan por lo que hicieron.
Considero imprescindible motivar el voto nulo, mismo que de ganar forzaría a una nueva votación que muchos critican por su nuevo costo, pero la Ciudadanía debemos ser conscientes que este macabro organismo creado por el correísmo para satisfacer sus apetitos de poder, debe ser exterminado por el propio Pueblo, votando masivamente en las urnas. Esta segunda ratificación permitiría que la Asamblea Nacional encamine una enmienda constitucional que se sellaría con un pronunciamiento favorable de la Corte Constitucional, conformada actualmente con Ciudadanos probos, revestidos de los más altos quilates de moral y profesionalismo
Excelente artículo . La única manera de deslegitimar , y posteriormente eliminar a ese engendro , creación de la ROBOLUCIÓN , es votando masivamente NULO en las tres papeletas para elegir “supuestamente ” buenos ciudadanos . No es asunto de nombres , es asunto de eliminar al monstruo .
En primer lugar no creo que volviendo a poner a la asamblea a elegir por terna enviada por el ejecutivo sea la solución ya que en el pasado esto no funcionó. Primero Tenemos que reconocer que el Ecuador está controlado por grupos de poder que son los dueños de los partidos políticos y son estos los que no dejan que se haga justicia y exista corruptcion por sus intereses económicos vde robarle al estado y el de sus amigos sean estos de izquierda o derecha la misma vaina son la única diferencia es que los unos son menos descarados que los de la última década. Segundo solo el 1% de los electores saben que es y para qué sirve el Cpccs es mi opinión que a lo largo de los últimos 30 años de vida política del ecuador es clara la necesidad de tener un organismo de control que evite los desmanes de los partidos, gobierno y asambleístas como en la última exactamente como lo haríamos en una empresa privada ese es el concepto del control social debido a que nuestro sistema de control actual sigue sin funcionar por eso debe de existir una forma efectiva de controlarlos. Tercero dentro de este 1% están los periodistas que son los que más conocen la situación política del ecuador y son los llamados a informar y crear opinión pública e investigar la historia política de los candidatos y comunicarla a la ciudadanía con el fin de que no nos equivoquemos en elegir. Cuarto el votar nulo con el fin de que sea un referente este voto para indicar que no se está decuerdo con el Cpccs es una aberración lo único que se puede concluir con este voto es que los candidatos no representan a los electores más no la eliminación del Cpccs. Quinto la forma legal de eliminar al Cpccs es por constituyente no por consulta. Sexto si es cierto qué hay el riesgo de que el Cpccs caiga en manos de los correistas o de otro partido (6) pero es ahí donde ustedes periodistas tienen que actuar como lo expliqué en el punto tercero. Nos jugamos el futuro del país así que es mejor trabajar por ello y no encontra
¡Excelente análisis el del Dr. Diego Ordóñez!. El CPCCS es un engendro del correísmo, y no depende de quienes lo integren, porque siempre será atentatorio contra una verdadera división de las funciones del Estado: al contrario, permitió que Correa, perversamente, lo maneje a su antojo, y se elija a las autoridades de control a su gusto. El voto nulo no es la solución perfecta, pero es una muestra de rechazo a ese nefasto organismo.
Suponiendo que se eligiera a 7 anticorreistas para el nuevo CPCCS, en este país que por la plata baila el mono, el perro y el loro, y tomando en cuenta que los correistas tienen cualquier cantidad de dinero mal habido, no será nada imposible que hagan “vaca” y compren a 4 miembros del CPCCS y ahí tendrían mayoría para tratar de hacer lo que les de la gana, así que preferible será votar nulo y así darle una ayuda a quienes vayan a tomar la batuta, para hacer la Consulta Popular y desaparecer ese engendro inventado por el delincuente Correa.
Es Un secreto a voces que todo seguira igual o peor la” democracia es un error estadistico porque en ella elige la mayoria que esta formada por imbeciles “j.l.b
El hecho de que una gran cantidad de anticorreistas, no apoyemos la consigna de anular el voto, no nos hace defensores del CPCCS. A diferencia de los arrogantes políticos de oposición, jugamos con las reglas y legalidad existente. Y esa legalidad nos dice que los votos nulos no cuentan para nada, que están desvalorizados; y que los candidatos que tengan mayor cantidad de votos válidos se llevarán los puestos. Gracias a la campaña del voto nulo, esos votos facilitarán el acceso de Correa a ejercer el poder a través del CPCCS. Una vez hechos con el poder, no lo van a soltar. Se dan cuenta que responsabilidad es promocionar el voto nulo?
Un CPCCS no Correista por el contrario podría facilitar una consulta para eliminarlo.
Paco, un poder perverso manejado por quien sea sigue siendo perverso. El problema es de diseño institucional. Y para cambiar ese poder, lo único que puede hacer un demócrata es deslegitimarlo en las urnas. Votar nulo no es ser irresponsable: es no ser ingenuo y creer que los llamados no-correístas devolverán ese poder perverso si lo llegan a capturar. También lo usarán.
Mi estimado, cualquier persona que se presente a votar, así sea que anule la papeleta del CPCCS legítima, al decir de vuestra jerga, el acto y por consiguiente al CPCCS.
La forma que Yo veo de no legitimar al CPCCS, es NO Presentarse a Votar el 24M.
Permítame discrepar mi estimado señor Hernández: Los anticorreístas no defendemos al engendro; lo que sucede es que da PAVOR que ante los votos nulos de la oposición, los correístas bien organizados se tomen nuevamente el Estado a través del Concejo de Participación Ciudadana.
¿Acaso no ha escuchado a los candidatos correístas amenazar con revisar todo lo actuado por el actual consejo transitorio?
Roberto,
Por todo eso y porque ese poder no calza en un diseño democrático, hay que eliminarlo. PAra hacerlo, lo primero es deslegitimarlo lo más posible en las urnas votando nulo. Y gane quien gane, eliminarlo por vías totalmente constitucionales.