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Cuentas a febrero: antesala de la carta de intención

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La Tesorería del Estado recibe cada día los impuestos que pagan las personas y las empresas y los ingresos por el petróleo. En los dos primeros meses de 2019 los ingresos del presupuesto fueron de $2.854 millones, apenas el 14 por ciento de los $21.400 millones esperados para todo el año (se excluye la amortización de las ventas anticipadas de petróleo y la cuenta CFDD de importación de derivados que distorsionan los ingresos efectivos a la caja pública). Por impuestos, el ingreso efectivo a la caja pública fue $2.400 millones de los $15.224 millones esperados para el año. Cualquier proyección razonable hace prever que estos ingresos tributarios serán notablemente inferiores, por tanto, el déficit aumentará. Los ingresos petroleros efectivos apenas fueron $93 millones de los $1.781 millones esperados, sólo el 5,2 por ciento, es obvio que estos ingresos serán muy inferiores a los previstos, en consecuencia, el déficit será mayor.

Ahora veamos como repartió el gobierno los $2.854 millones de ingresos. Gastó $2.968 millones, esto es, le faltaron $114 millones (el déficit). Los $2.968 millones gastados representan apenas el 11,4 por ciento de los $26.057 millones que se espera gastar en todo el año (se excluye la cuenta CFDD de importación de derivados que distorsiona el gasto). El pago de sueldos consumió $1.412 millones de los $ 9.431 millones estimados para 2019. En el gasto operativo del Estado (Bienes y Servicios) se gastaron $213 millones, el 9 por ciento de los $2.342 estimados para el año.

De las transferencias corrientes que se hacen del presupuesto se entregaron $397 millones, es decir, el 11,5 por ciento de los $3.446 millones previstos para 2019. El IESS, de los $1.448 millones asignados, recibió $123 millones por el 40 por ciento de las pensiones y otros rubros. A la seguridad social de las FF AA (ISSFA) se entregaron $68 millones de los $425 millones asignados y a la seguridad social de la policía (ISSPOL) $17 millones de los $121 millones destinados para 2019. A los GADs por competencias sólo se ubicaron $14 millones de los $159 millones previstos. Por los diferentes bonos de solidaridad se entregaron $106 millones de los $700 millones presupuestados.

Por los intereses de la deuda pública interna y externa se pagaron $357 millones, el 10,6 por ciento de los $3.353 millones presupuestados para 2019. Falta bastante por pagar, pues, las fuertes erogaciones son cada trimestre. Existen discrepancias entre los registros del Tesoro y la unidad de financiamiento público.

De los $7.337 millones asignados para gastos de capital e inversión, de los cuales $3.397 millones son transferencias a los GADS, entre enero-febrero se gastó el 7,7 por ciento o $569 millones. De estos, $484 millones se ubicaron a los $GADs (Municipios, Consejos Provinciales, Juntas Parroquiales). De los $3.940 millones asignados para inversiones propiamente dichas, se gastaron sólo $83 millones, esto es, el insignificante 2,1 por ciento.

Como se infiere del torrente de números descrito, el déficit de $114 millones se logra  con gastos de mínima subsistencia. Los $1.000 millones de los bonos basura colocados en enero, el ingreso de $225 millones del saldo del préstamo de la China en 2018, el desembolso de la CAF por $88 millones, y la colocación de deuda interna y CETES, permitieron financiar el déficit, pagar amortizaciones de la deuda pública y otras deudas del presupuesto, y mantener algún saldo en la caja pública.

No resulta difícil colegir que el déficit del Presupuesto del Estado se ubicará alrededor de los $6.000 millones. Mantener las restricciones de los dos primeros meses del año es imposible, como también es inviable un déficit de $6.000 millones. El punto intermedio es reducir el déficit a la mitad mediante disminución de gastos y generación de ingresos. Aún así, las necesidades de financiamiento para cubrir el déficit, las amortizaciones de la deuda pública y otras deudas del Estado se ubicarán alrededor de los $8.000 millones.

Entre la colocación de bonos y otros desembolsos internos y externos, entre enero y febrero se han conseguido unos $1.600 millones y el gobierno ha anunciado que $4.600 millones provendrán del FMI y organismos multilaterales, aún si se concretan, faltarían unos $2.000 millones bajo el supuesto de que el déficit se reduzca de modo importante. Sin embargo, el Tesoro Público requiere uno $3.000 millones de libre disponibilidad para cubrir amortizaciones de la deuda pública y otros pasivos. Las informaciones al respecto son incoherentes entre el Banco Central, el Ministerio de Economía y Finanzas y el Banco Mundial, con cifras diferentes sobre los rubros de libre disponibilidad.

No hay duda de que el lector se sentirá abrumado con números y conceptos poco habituales. No obstante, es nuestra obsesión intentar transmitir con objetividad la realidad fiscal del Ecuador, a fin de que el control de las cuentas públicas sea parte del quehacer cotidiano de la sociedad, así como la cabal conciencia del imperativo nacional de asumir la sanidad y buen manejo de las mismas como requisito de la prosperidad. Anhelamos que con la Carta de Intención suscrita con el FMI se publique un programa fiscal serio, creíble y coherente, que tenga como punto de partida cifras fiscales y económicas absolutamente confiables.

Los desembolsos programados por el FMI y organismos multilaterales brindarán oxígeno en los críticos momentos de asfixia fiscal. Sin embargo, durante los tres años las tensiones fiscales y de financiamiento serán permanentes. Por el bien de la nación, esperamos que al término de tal período el Ecuador pueda respirar por sus propios medios y capacidades.

Jaime Carrera es economista. 

2 Comments

  1. Ceguera ideológica emparentada con ingenuidad no es objetividad! El país va rumbo a Argentina y por tanto se niegan publicar la “oxigenada” carta de intención. Por cierto, en ningún país del mundo, las recetas del FMI sanaron la economía, más bien serviron los intereses militares y económicos de los países prestadores. Sin excepciones.

  2. Excelente análisis de la triste realidad económica que vive el país , consecuencia de diez años de despilfarro ,indolencia y corrupción y quince meses en los que el actual gobierno poco o nada hizo para corregir la misma . Felizmente ahora ya se reconoce la crítica situación , y se toman decisiones que finalmente lograrán sacarnos del abismo al que nos condujo el desgobierno .

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