Uno de los grandes aprendizajes que nos deja las elecciones del pasado domingo es que el país requiere una profunda reforma político-electoral. Aunque los cambios van por diferentes vías legales y requieren la intervención de diversos actores, lo de fondo es que si tenemos responsabilidad cívica con el mediano y largo plazo, los acuerdos deben forjarse ya. Si bien algunas modificaciones tienen que procesarse de forma más rápida que otras, en conjunto deberían estar listas un año antes de que se convoque a las elecciones presidenciales y legislativas de 2021. Por ello, tanto el discurso conciliador del Presidente Moreno como los buenos augurios de los candidatos derrotados respecto a las nuevas dignidades seccionales electas, podrían ser asumidos como eventos que abren el espacio para diseñar a la brevedad posible un proyecto de reformas institucionales que morigeren el caos electoral en el que vive el país.
En primer lugar, el hecho de que el voto nulo haya superado el 20% en la elección al Consejo de Participación y a la par se haya situado como el “candidato” con mejores resultados en las papeletas de hombres y mujeres, expresa la voluntad ciudadana de que dicha institución debería desaparecer (en un escenario ideal) o al menos verse limitada en cuanto a sus atribuciones nominadoras. Si bien lo óptimo es que este objetivo se cumpla partiendo de una iniciativa popular, lo pragmático es que hay que priorizar la vía que genere menores costos políticos, económicos y de tiempo. En ese aspecto, las propuestas del Ejecutivo (que ojalá se pronuncie pronto sobre el tema), la Asamblea Nacional y, desde luego, los distintos sectores sociales, tienen que discutirse a la brevedad. No hay que esperar las primeras decisiones controversiales del nuevo Consejo de Participación para emprender este proyecto.
En segundo lugar, la excesiva oferta electoral que el país observó a lo largo de las últimas semanas tiene su origen en la laxitud que ofrece nuestra ley electoral para la creación de movimientos políticos provinciales, cantonales e incluso parroquiales. No es comprensible que en un país de menos de veinte millones de habitantes existan más de doscientas agrupaciones electorales. No es comprensible tampoco que se intente fortalecer a los partidos políticos nacionales cuando a la par se propicia la dispersión de candidatos y recursos económicos por la vía de estas pequeñas micro organizaciones de ínfima duración. En este aspecto, urge una reforma conducente a crear mayores filtros de acceso al registro electoral. No se trata de limitar la participación ciudadana. Por el contrario, se trata de fortalecerla a través de organizaciones políticas sólidas, estructuradas, con enraizamiento nacional y provistas de afiliados permanentes.
En tercer lugar, es necesario reformar el diseño de la papeleta electoral. Actualmente el país utiliza el sistema de listas abiertas y desbloqueadas, que permite al elector seleccionar candidatos de una misma lista o incluso entre diferentes listas. Este tipo de papeleta genera efectos nocivos para la competencia electoral tanto en el interior de las agrupaciones partidistas como en relación al sistema político en general. Por un lado, el diseño de la papeleta electoral propicia que cada candidato se preocupe por potenciar su propia imagen (independientemente del lugar que ocupe en la lista) y no la de la agrupación política que lo patrocina. Así, los partidos y su posición ideológica pierden capacidad de generar identidad en el electorado. Por otro lado, la presencia de listas abiertas y desbloqueadas incentiva la generación de caciques locales. Dado que el candidato asume que los votos son suyos y no del partido, se sienta las bases para que el actor político pueda hacer “viajar” sus votos de una agrupación a otra. Esa es la razón por la que en cada elección vemos los mismos nombres en distintas organizaciones políticas.
En cuarto lugar, es necesario regular de forma más eficiente el financiamiento que ofrece el Estado ecuatoriano, a través del Consejo Nacional Electoral, a las organizaciones políticas. La salida no es eliminar este aporte pues afecta la competencia electoral, colocando en asimetría de oportunidades a quienes desean hacer vida política y no tienen recursos económicos frente a las grandes maquinarias electorales. Finalmente, la obligatoriedad o no del voto es otro tema a debatir. Si bien el voto facultativo da cuenta del ejercicio de libertad democrática para hacer parte o no del proceso electoral, el riesgo está en que el clientelismo político y la compra de votos se podrían incrementar. Por ello, para valorar la viabilidad de esta reforma, la discusión teórica tiene que ir de la mano del análisis empírico del caso ecuatoriano.
***
A partir de los resultados electorales del pasado domingo, es necesario pensar en una urgente reforma político-electoral. Aunque la discusión debe surgir de forma espontánea desde los distintos espacios de la sociedad ecuatoriana, el Consejo Nacional Electoral puede facilitar el debate y los canales para procesar los acuerdos alcanzados. De esta forma, la actividad de dicha institución no se vería limitada a la mera organización del proceso electoral sino que trascendería a lo que es su objetivo de fondo: la generación de convivencia democrática en medio de una ciudadanía vibrante.
Santiago Basabe es académico de la Flacso.
Contribuyo diciendo que es notoria y necesaria un cambio en las reformas políticas-electorales, como participe en las elecciones previstas el 24 de marzo, evidencie las faltas e incidentes que sucedieron dentro de este evento, espero no ser la única; como es el caso de exceso de candidatos participes en movimientos electorales dentro ciudades con poca población, ¿Qué resultados esperamos si los votantes son menos? por lo que estoy de acuerdo que se necesitan reforzar las reformas electorales, ya que, necesitan un buen análisis en su estructura, al igual que se haga cumplir los requisitos obligatorios establecidos a los candidatos, pero lo mas importante que las personas seamos honestas para una justa democracia dentro de estos eventos que nos benefician a nosotros como ciudadanos con derechos. Combatir con estas faltas nos permitirá mejorar el control en el campo electoral, para que este, sea igualitario y seguro en el cual permita la participación de la sociedad dentro de la política.
Totalmente de acuerdo con las propuestas realizadas. La función del CNE, no debe limitarse únicamente a organizar y supervisar los procesos eleccionarios, sino debe trasecender mucho más allá; revisando y proponiendo, junto con la Asamblea Nacional, el marco legal necesario para garantizar el ejercicio pleno de la democracia, evitando el desperdicio de recursos, las ofertas clientelares y demagógicas, la excesiva cantidad de agrupaciones políticas y de cantidatos y finalmente, incentivando la participación política de ciudadanos con elevada formación, experiencia, y sobre todo, ética.
Si se vota por listas, la adjudicación debe ser proporcional a los votos alcanzados.
Si se vota por personas, se debe votar por UNA persona, listada alfabeticamente y los puestos se asignan en el orden alcanzado. De esa manera se acaba que un “talento” de TV arraste al resto de la lista.
Y la forma de asignacion de puestos no es relevante ? Es lo,peor del correato
Los requisitos que deben cumplir los /las candidatos/as es indispensable, no puede ser que los faranduleros ocupen puestos de representación nacional, porque nos condenan a los ciudadanos en unos casos a retroceder y en otros casos a estancarnos en la mediocridad y en un proyecto fallido. Deben ser personas con capacidad intelectual para conocer la cosa pública y no dependan de un sinnúmero de asesores que representan costos para el gobierno local y nacional. Es necesario volver a los movimientos políticos nacionales, y revisar que firmas las respaldan porque de lo que se conoce todos se basaron en una feria de firmas y esta evaluación y constatación de firmas le corresponde al CNE- y de acuerdo con el Dr Basabe, que hay que limitar su actuación ya¡¡¡ para que no crean que con el 20% de votación pueden cambiar decisiones importantes del Consejo Transitorio….
Estoy muy de acuerdo se debe trabajar en el perfil de los candidatos así como validar su honorabilidad no puede ser el caso que se tenga candidatos con juicios o denuncias por corrupción
En el mundo internacional hoy día ya no hay absolutamente ningún argumento en favor de la votación obligatoria. Únicamente sirve para los partidos y sus redes clientelares.
Las listas pluripersonales y los metodos de asignacion de escaños deberian desaparecer. Ya tenemos distritos y parroquias, una papeleta de candidatos inedividuales en orden alfabetico (o cualquier orden, pero no agrupados en listas de partido) haria que los dignatarios elegidos tengan que responder a la gente de su circunspeccion. Ademas esto impediria el uso de famosillos en el primer puesto de la lista para arrastrar votos para la lista, asi como el consabido “vota todo todito 5” (o 35 o 6 o lo que sea)
Primarias. Se necesitan primarias para seleccionar mejores candidatos o eliminar chimbadores. Así cada elección sería de dos o tres candidatos. Quizás se podría eliminar la segunda vuelta si después de las primarias solo van dos candidatos
Santiago pero no dice nada o poco sobre los requisitos personales de los candidatos por ejemplo no tener concesiones de ningún tipo para frecuencias de TV, radio o prensa, sea medio privado o comunitario. Tener por lo menos una formación socio-política o administración pública. La dispersión es el resultado de la pereza de los grandes partidos o movimiento políticos nacionales, surgen por doquier grupos familiares que con prestafirmas obtienen un cupo en el CNE y reciben financiamiento con recursos del Estado. Aparte debemos exigir el cierre de los partidos o movimientos nacionales, regionales o locales que no obtuvieron más del 5% de los votos en todas las circunscripciones
no marco no se puede discriminar a un tipo de negocio, eso mismo lo proponían los correistas para dueños de bancos y medios de comunicación, que será entonces si viene un enemigo de las consesionarias de autos de de los camaroneros o cualquier actividad a querer imponer prohibiciones a esos grupos, solo se discrimina al juez del proceso, es decir a miembros, familiares y allegados de toda la función electoral
ESE CÓDIGO DE LA DEMOCRACIA NECESITA MUCHOS CAMBIOS:
– que no se permita ser candidatos a gente con problemas legales, tributarios, glosas, etc; no es posible que corruptos con grillete sean candidatos libremente, por eso estamos como estamos
– que los candidatos sean profesionales, necesitamos que nos gobierne gente preparada; los burros de montecristi decían que la gente del pueblo también merece participar, argumento que se cae fácilmente pues la educación es gratuita; no es posible que el burro asambleísta que levanta la mano y no estudió gane el doble que el asesor que es el que realmente trabaja y encima paga diesmos
– que los sueldos de las dignidades de elección popular bajen al nivel de los de servidores de nivel jerárquico superior, para que trabajen los que quieran servir y no robar, las elecciones no son bolsa de empleo
– que no se asignen recursos públicos a los partidos y movimientos políticos, las elecciones no son bolsa de empleo; y como santiago asegura que los nuevos movimientos ciudadanos están en desventaja ante los partidos tradicionales entonces que desaparezca todo tipo de gasto, por eso también que se prohíba todo tipo de campaña
– que se prohíba todo tipo de campaña, suena descabellado porque nadie en el mundo lo ha hecho, y precisamente no se ha hecho por mantener el status quo y la estructura de poder dominante; que se prohíba la campaña del circo, los regalos, las demagogias y las hojas volantes, y que se incentive (o incluso que se obligue) los debates, conversatorios y demás actos y eventos informativos formales para que los candidatos expongan sus planes, mediante medios de comunicación e instituciones y espacios involucrados en el proceso electoral; que las redes sociales y medios tecnológicos sirvan para dar a conocer los planes de trabajo y no para el circo la pelea y la difamación; se necesita un cambio cultural en la campaña, del circo hacia la información
me faltó una elemental, que se elimine el voto de menores de edad, una aberración clientelar del correismo