Si sabe sumar en política, Rafael Correa convendrá que acumuló tres reveses en pocas semanas: quería alzarse con el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPCCS). Quería tener resultados exultantes en las elecciones seccionales. Quería tener un fiscal de bolsillo. Nada de ello ocurrió como es público y notorio.
En el CPCCS metió a dos de la lista que promocionó y el resultado de la campaña a favor del voto nulo es contrario: la Asamblea ya debate cómo retirar la capacidad nominadora de ese consejo. O cómo eliminarlo. Julio César Trujillo y Guillermo Lasso se han proclamado voluntarios para recoger firmas para convocar una consulta popular.
Los resultados de las elecciones muestran que el correísmo representa, a lo sumo, 15%, del electorado nacional. Hay que esperar la consolidación de datos en el CNE para corroborarlo. Pero sus cifras reales giran alrededor de ese porcentaje. Para un movimiento que mantuvo hegemonía absoluta en la vida política durante una década, ese volumen de votos ilustra un retroceso innegable. Las dos prefecturas obtenidas (Pichincha y Manabí) no pueden ocultar la derrota electoral del 24M.
Diana Salazar en la Fiscalía es quizá el mayor revés de Rafael Correa. Él así lo consagró, pues no de otra forma puede ser entendida la campaña sucia y racista hecha por él y sus seguidores contra esa candidata que, desde este lunes, es Fiscal General. Si Correa hizo lo posible para que no fuera Salazar, es porque quería que fuera otro fiscal, quizá ese sí manejable y funcional a sus intereses. ¿Y qué quiere Correa? Que no avancen sus casos (que son legión) en la Fiscalía. Que no haya instrucción y que así pueda licuar sus responsabilidades penales que, si se suman sus casos, podrían tenerlo fuera del país durante décadas. Para eso quería la Fiscalía. Y para controlar las otras funciones, quería el CPCCS. Y para tener la posibilidad de revertirlo todo, necesitaba un caudal de votos que pudiera poner en jaque a Jaime Nebot, Guillermo Lasso o Gustavo Larrea; los presidenciables que el país conoce por ahora.
Tres expectativas, tres campañas sucias, tres derrotas. El hilo conductor de las tres ha sido desprestigiar a Lenín Moreno presentándolo como un traidor y un corrupto. Si se juzga por los resultados habría que concluir que esa estrategia ha creado un ambiente de desasosiego y asco. Pero se ha devuelto, como búmeran, contra Correa, como es visible en las redes sociales. La premisa es sencilla: cuando Moreno hizo lo que Correa hoy denuncia, era parte de su gobierno o estaba protegido por él en Ginebra. El responsable directo de cualquier irregularidad que el correísmo le endose, salpica directamente y en primer lugar al propio Correa. El adagio popular “el que al cielo escupe en la cara le cae” le sienta perfectamente al ex presidente.
Esto pone, otra vez sobre el tapete, el tintineo en que se ha convertido la recomendación, que más suena a imperativo categórico, de no hablar de Correa. Se oye en cenáculos próximos al gobierno. Hay incluso estrategas políticos que explican que sus candidatos no ganaron porque se habla mucho de Correa. Si Luisa Maldonado llegó segunda en la elección de alcalde de Quito (y perdió Paco Moncayo), no es por estrategia equivocada; es porque algunos nombran demasiado a Correa. En definitiva, hay una corriente de opinión que cree que si los medios se tapan los ojos, las cosas dejan de existir. Como si no hubiera redes sociales. Como si la gente, para pensar, repasara religiosamente los medios de comunicación y se guiara por sus editoriales. Esa visión, inspirada en la primera mitad del siglo XX, cuando unos pocos creían tener el poder de dirigir la opinión pública, no solo es falsa: es una coartada.
Correa es una realidad política. Su aparato de troles existe y también sus intentos desembozados de acabar con el gobierno de Lenín Moreno. Si se agrega su ruindad, expresada en las redes sociales por él, sus amigos y sus troles, analizar lo que hace y dice él y su ejército de troles es una tarea de salud pública. No hacerlo es volver a la era en que el país, por las mismas razones, tampoco hablaba de Abdalá Bucaram. Por eso su triunfo sobre Jaime Nebot fue una sorpresa tan inesperada que un presentador de Tv. pidió tiempo, apenas se produjo la noticia, para corroborarla…
Hablar de Correa ha ayudado a la sociedad a de-construir las verdades que el huésped del ático armó gracias a su aparato de propaganda. Hablar de Correa ha contribuido a pulverizar las mentiras según las cuales el 24M logró un gran triunfo y su partido es la mayor fuerza política del país. La prensa no puede ignorar la realidad y Correa, sus infamias y su miseria humana (ratificada en estos tiempos) hacen parte del panorama público. Hablar de Correa implica decir que, en estas semanas, el caudillo autoritario ha sufrido tres derrotas inapelables por parte de los electores que leen sus mentiras, no en los medios sino en sus cuentas sociales.
Ilustración: JP/4P
Moreno es uña y mugre de mameluco son tal para cual se pelean pero en el fondo son los siendo los mismo corruptos de la decada robada.”PROHIBIDO OLVIDAR”.
La perdida de popularidad que ha obtenido el partido político del ex presidente Rafael Correa ha logrado que en las elecciones que hubo recientemente no ha podido ocupar ninguna cargo en los puestos de la política.
Esto se ha venido dando con el paso del tiempo por las serie de acusaciones de corrupción durante los años de mandato del ex presidente Rafael Corea las redes sociales como las noticias han ido informando de la serie de anomalías que ha existido dando a conocer al pueblo ecuatoriano la corrupción que se ha dado en este gobierno bajando así la popularidad en el pueblo ecuatoriano y creyendo menos en el partido político del ex Presidente y en los políticos que están vinculado con el.
El pueblo ecuatoriano por la corrupción que se ha venido dando durante estos periodos cree menos en los políticos actuales, por la falta de ética, de moral sobre todo por la falta de honradez que cada vez presenta un gobernante o una persona que esta en un puesto publico.
Las tres derrotas de Correa son causadas de la gente que lo rodea debido a que cuando el salió del poder le dieron las espaldas pero aun así el sigue teniendo acogida por las personas del Ecuador. Al dejarle a Lenin Moreno su legado no se imaginó que lo iba a traicionar, porque él nunca estuvo de acuerdo con la reforma constitucional que promovió. También debemos tener en cuenta que Correa siempre decía que su gobierno fue uno de los mejores además también dice que fue la década ganada pero en esta ocasión tiene tres derrotas las cuales podemos observar que ya no tiene una gran cantidad de personas que lo apoyan y que nada es igual la gente en la actualidad se está dando cuenta que clase de personas nos están gobernando.
pero si siempre a tenido perdido todo este sujeto pues con tanta tontera que dejo haciendo en el pais década perdida desperdiciada mangonada manipulada por este tipo, tanto que soborno al pueblo no solo el sino todos los de su partido político sacaban provecho de tales cosas para su beneficio y hasta la fecha nada le cojen preso a este tipo como solo pasa uyendo el cobarde