Luego de severas crisis en las finanzas familiares, en las empresas o en el Estado, los procesos de corrección deben ser objeto de un seguimiento riguroso y constante evaluación. Hasta el mes de mayo, el país lleva cinco meses de ejecución de un programa fiscal y monetario que pretende hasta fin de año un ligero superávit en el Sector Público no Financiero (SPNF), acumular depósitos del sector público por $2.700 millones y más reservas internacionales netas por $3.000 millones.
Entre enero-mayo del presente año, el déficit del presupuesto estatal se ubica en unos $300 millones, valor que se duplica si como ingresos petroleros se consideran los efectivamente ingresados a la caja pública. Este resultado fue posible con la utilización de unos $8.400 millones provenientes de los impuestos, petróleo y otras fuentes. Ingresos similares a igual período de 2018. Mientras, el gasto total de unos $8.700 millones crece casi el uno por ciento en relación a enero-mayo de 2018. Los gastos corrientes aumentan 8,2 por ciento. Los gastos de inversión se reducen 20,5 por ciento, los cuáles al excluir las transferencias a Municipios y Prefecturas, presentan una reducción del 44,5 por ciento entre los citados períodos.
En estos meses los dólares de la sociedad entregados al Estado cubrieron los gastos operativos del sector público, los sueldos de la burocracia, las transferencias al IESS, ISSFA e ISSPOL, el pago de los diversos bonos de desarrollo humano, los intereses de la deuda pública y las transferencias a Municipios, Prefecturas y Juntas Parroquiales. La inversión pública está casi paralizada, pues, de los $3.800 millones asignados apenas se han gastado cerca de $500 millones.
Además de los movimientos de ingresos y gastos descritos, se pagaron unos $1.000 millones por amortizaciones de la deuda pública, también se liquidaron otros pasivos del Estado. Para cubrir las necesidades de financiamiento determinadas por el déficit, amortizaciones y otras deudas, se utilizaron los $1.000 millones de los Bonos Basura emitidos en enero, $225 millones del saldo de un préstamo chino, $652 millones del FMI, 200 millones de la venta anticipada de petróleo, unos $1.000 millones de los organismos multilaterales, además se emitió de deuda interna.
Entre enero-mayo 2018-2019, el gasto en bienes y servicios del presupuesto crece 11,7 por ciento y el pago por sueldos apenas se reduce 1,4 por ciento. Para alcanzar el pequeño superávit previsto para fines de 2019, los rubros citados deben reducirse en más de $600 millones cada uno. Este ajuste del gasto luce de difícil concreción. Que el peso del ajuste sea asumido por el presupuesto estatal parece inviable. La austeridad debe ser compartida por los GADs, IESS, Universidades, Empresas Públicas y otras entidades que conforman el sector público. Sin embargo, el Ministerio de Finanzas no tiene la fortaleza técnica y legal para someter al rigor fiscal a todo el sector público.
Los números evidencian que las finanzas públicas se debaten en constantes sobresaltos en su lucha permanente por sobrevivir sufragando los gastos de una dieta mínima, con una caja pública en sequía permanente, aliviada por los ocasionales flujos de dólares de los organismos multilaterales que luego de consumidos, vuelven al Tesoro Público a su crónico estado de inanición. Este ritmo de una maratón fiscal apenas iniciada es imposible sostenerlo, más, cuando los requerimientos futuros de gasto serán mayores por su estacionalidad, y para cubrir las necesidades de financiamiento futuras se requerirán más recursos que los previstos por los organismos multilaterales.
El proceso de sostenibilidad fiscal y estabilidad económica en un contexto de dólares escasos apenas ha comenzado. Resta aún, un mundo de reformas legales y acciones ejecutivas sin horizonte claro de viabilidad. Este año en poco tiempo concluirá, 2020 será un año electoral y en los primeros meses de 2021 habrá cambio de gobierno.
La capacidad de concretar imperativas reformas fiscales y económicas se debilita de modo importante cuando los valores éticos y morales que deben ser inherentes a la conducción del Estado, sufren agresiones inadmisibles en el ejercicio del Gobierno. La burda negación del conocimiento de hechos de corrupción en campañas electorales para llegar al poder corroe la moral pública, descalifica la acción gubernamental, enarbola la indecencia política y mina la credibilidad de quienes, al estar involucrados directa o indirectamente en tales hechos, ostentan el ejercicio del poder público.
La variopinta corrupción, activa o pasiva, en los estamentos públicos y privados asociados al poder en el manejo del Estado, tiene un severo juzgamiento en el callado oprobio de la mayoría de la sociedad. Paisaje poco amigable a admitir reformas económicas y fiscales que minimicen los tiempos para estabilizar las cuentas públicas y la economía. Todo hace prever que la posta de gran parte de estas responsabilidades será entregada al próxima gobierno.
Jaime Carrera es economista.
En resumen, estamos jodidos….
En otras palabras, Sr. Carrera, el ogro estatal sigue consumiendo mucho más de lo que los trabajadores y las empresas generan con el sudor diario. Basta mirar el ejemplo del IESS, en el 2007 tenía 10.800 enrolados entre personal médico y administrativo, hoy tenemos cerca de 38.000 enrolados. ¡Linda revolución! Por eso dos ilustres ladrones, González y Espinel tuvieron el arca abierta hasta para fundar sus propios partidos políticos.
No se ve ningún éxito, nada está mejorando, todo al contrario. El país va rumbo a Argentina! Esa “corrección” no sirve!
Nada nos lleva a pensar que el estado actual de la situación económica no llegó para quedarse,nada nos hace pensar que el actual gobierno no hará lo mismo que su antecesor en el afán de cubrir su corruptela, su inoperancia también es evidente; apoyándose en grupos políticos y en grupos económicos asociados , de su salida un desastre una verdad difícil de creer. Muy pocas son las personas que poseen la certeza de que se vienen días más complicados para el Ecuador. Sin inversión , sin confianza , sin moral , sin ética,sin vergüenza, además de no socializar debidamente esas certezas ,sin dudas terreno preciso para apoyar a quien los mismos grupos asociados para la corrupción , nos propongan con aturdidoras campañas , salidas basadas en el sacrificio sin los de siempre. De verdad me permito sugerir a quienes tienen la responsabilidad de sostener con sus trabajos sus hogares no se endeuden…