A José Tuárez, presidente del CPCCS, se le puede aplicar el adagio popular que dice “arrancada de caballo, parada de burro”. Tras su gran demostración de arrogancia (“Yo soy autoridad y yo hablo (solo) con el Presidente (…); “Usted cuando es autoridad, tiene que hablar con autoridades de su propia jerarquía”…) que le valió ser arrastrado en redes sociales, el sacerdote pidió disculpas y dijo que él conversa con todo el mundo, pero que en el momento de la entrevista (en el programa Bajo la lupa) se sintió presionado. Pero la impresión que quedó es que el país tiene ante sí la encarnación del título de la novela de Augusto Roa Bastos, Yo el supremo.
En realidad, el CPCCS que salió de las urnas, es la exacta ilustración de lo que estaba previsto y que impulsó a muchos ciudadanos, este medio incluido, a pedir la desaparición de ese que fue el peor invento del correísmo. El presidente Moreno prefirió que ese poder fuera elegido en las urnas creyendo que esto cambiaba los términos del problema que, como ya se ve, se ha agravado. Ahora hay fuerzas políticas (el correísmo y si se juzga por lo que dijo en su cuenta de Twitter Luis Fernando Torres, también el socialcristianismo) apostando a la capacidad de desestabilización que pueden tener José Tuárez y sus aliados en el CPCCS. Y esto incluye irse contra la Corte Constitucional que precisamente dijo en su dictamen del 7 de mayo que este Consejo de Participación Ciudadana no ostenta las competencias extraordinarias que tuvo el Transitorio y que, por ende, “no goza de autotutela para revisar las decisiones tomadas por el Transitorio en ejercicio de aquellas”. El sacerdote Tuárez, según el artículo 21 de la Ley Orgánica del CPCCS, no podía ser designado para este cargo por ser representante de un culto religioso. Esto es a todas luces inverosímil en un Estado laico.
Chamorro, experto en estados teocráticos, muestra aquí cómo algunos políticos ya hacen fila en el confesionario del cura Tuárez.
Caricatura Marcelo Chamorro.
Tuárez y decenas de políticos electos o nombrados son la muestra de la degeneración de la política nacional. Igual mente nuestra cultura política no ha mejorado en 50 años ya que somos los electores los responsables finales al escoger. Era lógico el resultado del CPCCS ya que la ciudadanía prefirió escoger 7 desconocidos, a anular el voto para rechazar al organismo y al sistema.
Tuárez es cura dominico, la orden que lideró la “santa inquisición” en España, Portugal y en las colonias. Sus santas expresiones seguramente se derivan del pasado de su orden religiosa. Inaudito que un cura con tantas poses dirija una entidad pública en un país supuestamente laico. En todo caso no podemos quejarnos. Los pueblos se merecen las autoridades que escogen.
Que vergüenza, este sotanudo escondiendo sus limitaciones intelectuales y morales en sus polleras negras, que grotesca diferencia con ese hidalgo Caballero , el Dr. Trujillo, Ojalá este mamotreto con acrónimo cpccs , sea desterrado de nuestras instituciones políticas.
Que tristeza ver como en nuestra iglesia católica hay “lobocuras” con piel de borregos correistas, como religioso pensamos que iba a procurar continuar con el descubrimiento de gente que hizo tanto daño hizo a nuestro pueblo, nos arrancaron todo, fueron inmorales y pillastres hoy un seudo religioso católico nos ha engañado. es otro de los mismos tratando de cancelar a las autoridades que estan haciendo un buen trabajo Deberia ser expulsado de su congregación pues no ha estado con Dios sino con su alma endiablada.
El señor cura sin duda estará interesado en enseñarnos la palabra de dios, los diezmos y los diez mandamientos,si le dejamos nos dará catecismo, pero de leyes que va, no tiene ni idea.
Ser despreciable ese cura tuárez, carece de los esenciales valores humanos, Dios nos proteja de otro odiador inescrupuloso, es necesario activar los mecanismos pertinentes para desaparecer ese poder nefasto creado por el principal odiador que seguramente se frota las manos para seguir destruyendo al Ecuador con su banda de atracadores.
Antes de las elecciones se habló tanto del poder que tendría ese bodrio llamado CPCCS, que los postulantes a dirigirlo afilaban las hachas de guerra pretendiendo dejar títere sin cabeza.
A mala hora, y de manera inconstitucional, permitieron que se candidatize un cura, y ya sabemos de lo que son capaces muchos de ellos: pederastas, violadores, hipócritas, y como dijo Jesucristo, sepulcros blanqueados.
Pero jamás nos imaginamos que sus nuevos integrantes cometieran la estupidez de nombrar a Tuárez presidente del bodrio; un cura prepotente, resentido social, ladino como el que mas e hipócrita en sumo grado.
Es imperativo ahora más que nunca la desaparición de ese invento del padrino Correa, el más grande mafioso contemporáneo, que sigue dirigiendo el país tras bambalinas.
Es increible cuanta estupidez ambulante existe en el Ecuador..como lo quiso JC Trujillo, ese CPCCS tiene que desaparecer y ahora más que nunca..Tenemos ahora otro arrogante autócrata solo que vestido de negro..
A veces tengo mas miedo a los sacerdotes que a los ladrones. El ladron ya sabemos que es ladron. El cura puede resultar una caja de sorpresas escondida bajo un disfraz. Esta es mi percepcion siendo catolico. Ya imagino la percepcion de quienes no lo son.