En estos días ha recorrido por el mundo la noticia de que Ecuador va a permitir el uso de Galápagos para el abastecimiento de combustible y aterrizajes de emergencia de aviones de vigilancia anti-narcóticos, Orión P-3, del Comando Sur de EEUU. La noticia ha venido acompañada de la desafortunada expresión del Ministro de Defensa Oswaldo Jarrín de que Galápagos es un “portaviones natural”. ¿Qué motivó un acuerdo bilateral en este sentido?, ¿y de parte de Ecuador es correcta la decisión de abrir a Galápagos a operaciones de corte militar por parte de una potencia extranjera, aunque sean muy limitadas?
Ante la noticia bajo discusión, EEUU ha negado la existencia de un acuerdo para el uso militar de Galápagos e incluso de negociaciones al respecto. La negación seguramente es parte de una estrategia de mantener las operaciones militares estadounidenses en otros Estados en un plano informal para impedir cuestionamientos de sus sociedades civiles. Si no hubiera un acuerdo de este tipo, es improbable que el Ecuador hubiera anunciado su existencia, así que se puede dar por hecho que es una realidad.
El acuerdo de Galápagos se enmarca en la pugna geopolítica continental que se está librando en este momento. Hay una puja por definir si América Latina va a optar por el multi-polarismo o el uni-polarismo. La opción del multipolarismo cobró fuerza con los gobiernos de izquierda que buscaban minimizar las relaciones con EEUU e incrementar la interacción con China y Rusia, ambas potencias que intentan balancear el poderío norteamericano. En ese contexto, los pocos gobiernos de derecha, como los de Colombia y Perú, se mantuvieron leales a EEUU. Ahora con el giro regional a la derecha, se ha fortalecido la opción unipolar. Claramente, Brasil y Argentina se han realineado con EEUU en búsqueda de beneficios económicos o una identidad de régimen opuesta a la que había existido bajo los gobiernos de izquierda. En Venezuela, en cambio, la pugna entre los exponentes del multi-polarismo y los del uni-polarismo se mantiene intensa, y a largo plazo, su desenlace incidirá en la orientación geopolítica del continente.
El Ecuador claramente ha optado por el unipolarismo desde el fin del oprobioso correato. La remoción de Julián Assange de la Embajada en Londres y la creciente cooperación con EEUU en el control de la frontera norte lo comprueban. El acuerdo sobre Galápagos se fundamenta en una aparente coincidencia de intereses entre Ecuador y EEUU en el campo de la seguridad. EEUU busca patrullar el Pacífico occidental para frenar el narcotráfico y Ecuador quiere contrarrestar la penetración del crimen organizado y al mismo tiempo las incursiones de las flotas pesqueras chinas.
No obstante, vale preguntarse si conviene realmente al Ecuador permitir el uso del aeropuerto de San Cristóbal a los aviones de patrullaje norteamericanos. A los ecologistas preocupa la posible afectación a los frágiles ecosistemas del archipiélago. Obviamente, todo manejo de combustible, sobrevuelo y aterrizaje, diurno y nocturno, tiene un impacto, pero en este caso no parece ser tan significativo y se suma al uso civil del aeropuerto, que fue remodelado recientemente. Pero la política de conservación ambiental no solo implica las acciones materiales para asegurar la integridad de los ecosistemas, sino también los mensajes que se emiten al respecto. En el plano de la política simbólica, ¿quiere el Ecuador realmente presentarse ante el mundo como un Estado que permite el uso militar de Galápagos a una potencia externa o más bien demostrar al mundo que el Ecuador es un custodio ideal de este patrimonio de la humanidad. El interés global que ha generado la noticia del acuerdo indica que a la opinión pública mundial le sorprende que el Ecuador permita el uso militar de Galápagos. Adicionalmente, la noticia ha visibilizado el hecho de que Ecuador ha abandonado los límites al turismo de Galápagos y que este ha aumentado significativamente en la última década con la proliferación de hoteles en las islas. Quizás esta coyuntura sea provechosa para repensar la política de conservación del archipiélago.
El gobierno de Lenin Moreno haría bien en insistir a EEUU que continúe utilizando aeropuertos en el Ecuador continental para el abastecimiento con combustible y aterrizajes de emergencia de los Orión P-3. Este esquema funcionaba desde el año pasado y desconcierta el giro que se ha anunciado. Es probable que el cambio tenga que ver con los costos de combustible de desviarse hacia el territorio continental, en lugar de mantenerse en la zona nuclear del patrullaje que está en el entorno de Galápagos. Como dijo el Ministro Jarrín a Expreso: “no debería salir un avión del continente si tenemos una base en Galápagos”. No obstante, para EEUU no sería grave solventar esta diferencia de costos. Además el Ecuador debe diversificar en algo sus relaciones internacionales, cooperando, por ejemplo, con la civilizada Europa, en lugar de entregarse totalmente a un EEUU que se ha mostrado recientemente tan impetuoso y belicoso.
Carlos Espinosa es profesor/investigador de Historia y Relaciones Internacionales en la USFQ.
Y cómo así solo los EEUU. pueden vendernos ese tipo de vigilancia?. Mejor sería contratar a los chinos, qué les parece?.
Estimado Sr Espinosa, el texto de su artículo no se armoniza con su contenido. Habría querido encontrar un análisis más conjeturado sobre la expresión “portaviones natural”. Me parece que para ese contexto, valdría la pena analizar si justifica o no, utilizar una plataforma de proyección estratégica (i.e. portaviones) para contrarrestar las las amenazas a la seguridad y a la misma Reserva Marina de Galápagos.
La región alrededor de las Galápagos, se han convertido en área de tránsito para el tráfico de drogas , este delito es conexo con otros delitos que son una amenaza a la seguridad nacional, además el empleo de estás líneas de tráfico es tan efectivo que los carteles mexicanos cobran un peaje para su uso ( Ana Lilia Pérez- Mares de Cocaína).
Por otro lado, tenemos la pesca ilegal no declarada no reglamentada, existe una serie de flotas de bandera extranjera pescando alrededor de las islas Galápagos, esta pesca es tan perjudicial que podría acabar con el mismo ecosistema de las Islas. Si se limita su capacidad de recuperación, esta actividad también es una amenaza a la seguridad. La RMG tiene una estructura que permite el control de las actividades humanas al interior de ella, pero para el control de las amenazas externas, se requiere no sólo ingenio…sino recursos, el empleo y soporte del Estado para combatirla. Esto último incluye la cooperación internacional en temas de seguridad y defensa.
Para combatir ambas amenazas, es necesario tener “permanencia” y “posición”, esas dos cualidades deben aprovecharse para asegurar una ventaja sobre los delincuentes en el mar. Esas cualidades parece darlas perfectamente la base aeronaval de Cristóbal.
En fin considerando la posición geoestratégica del Archipiélago, y las amenazas existentes a la seguridad, entonces, si…Galápagos es un portaviones natural.
La modalidad es la misma,dejar pasar dejar hacer,los delincuentes comunes hacen de las suyas porque quienes están llamados a precautelar la seguridad miran para otro lado ,los militares. Al poner suficiente alboroto mediático sobre la inseguridad,son los mismos ciudadanos que renuncian al gozo pleno de sus libertades autorizando medidas como la de la garita en Galápagos . Ya no tenemos conflictos bélicos con los vecinos del sur,eso significa que existen más recursos para ocuparlos en tareas como las de vigilar y controlar nuestra patria marítima e ictiológica . El ministro de defensa tiene particular admiración por los militares de EEUU.ese es su mas preciado talento y es respetable su gusto por ellos, entonces que los use para cuidar su casa y libere a nuestros soldados de esta tarea,en mi opinión falta poco para pedir más presupuesto, debería ser llamado a juicio político por entreguista.
Gracias por sus valiosos comentarios. No obstante, no dije que no se debería permitir la vigilancia anti-narcóticos de EEUU, sino que el centro de operaciones debería estar, como es ahora, en territorio continental, aunque sea un poco más costoso para el principal interesado. Así no habría ninguna discrepancia con el objetivo principal de la política frente a Galápagos, que es la integridad de los ecosistemas. Asimismo, no propuse un retorno a los alineamientos con China, Rusia, e Irán, sino algún grado de diversificación en las relaciones internacionales. La cooperación con la UE, por ejemplo, resulta interesante en muchos temas. La consigna de la defensa de la soberanía es absurda, pero se debe mantener un margen de autonomía y capacidad de negociación ante actores externos.
Una gran publicación profesor Espinosa,nos permite enterarnos que sucede en nuestro país,(característico de los Pelagatos) Personalmente pienso que el Gobierno hace lo correcto en acordar con los EE.UU, el uso del aeropuerto de Galápagos para abastecer los aviones que emplean para controlar el narcotrafico. Pienso que como país salimos ganando de una Potencia como es EE:UU la protección de nuestra fauna, nuestro mar territorial y de la República toda, con mucho respeto Profesor, esperar algo de los europeos es muy difícil.Se que unos falsos patrioteros verán mal este acuerdo, u otros quieren que se hagan acuerdos con China, Rusia y el medio oriente y que el País entregue nuestros recursos y ellos cobran.
El daño ya se hizo cuando se permitio que el narcotráfico campée y dañe a la juventud en el Ecuador si así son los rumores de que aviones aterrizarán en Galápagos para abastecerse de gasolina en el combate al narcotráfico da pena por la especiie animal pero el ser humano esta por encima de cualquier especie, se debería permitir la ayuda de EE, UU de una forma más directa para combatir a éste flagelo que está acabando con la sociedad.
Estimado Sr. Espinoza, para todos los ecuatorianos y el mundo, es evidente que en Ecuador y también en las Islas Galápagos los tentáculos del narcotráfico han proliferado en todas las esferas del gobierno y de la sociedad, y esto lo demuestra claramente la gran cantidad de militares, policías y ex- empleados públicos a quienes se les ha ubicado como colaboradores de los grandes carteles de la droga de México, Colombia y quien sabe de que otros países más. La situación en Galápagos en este aspecto es señalada como un secreto a voces que las islas son paso de la droga hacia centroamérica y el consumo entre la juventud en Galápagos está saliendo de control.
El gobierno per se, es incapaz de controlar el avance de esta plaga a nivel mundial, entonces por qué no permitir que vuelos de vigilia de los EEUU se hagan desde el aeropuerto de la Isla San Cristóbal. Con los actuales vuelos que llegan a ese aeropuerto no se han visto afectaciones al medio ambiente y no creo que 2 o 3 vuelos adicionales al mes vaya a cambiar la situación. Por el contrario, esta coyuntura ayudara muchisimo al control del narcotráfico que llega desde Colombia, Perú y desde el mismo país y de aquí se redirecciona hacia Centro y Norte América. Se dice que Galápagos es un punto de abastecimiento de combustible para las lanchas que transportan droga hacia Centroamérica. Esto se debe parar ya, y para eso servirán esos vuelos dedicados justamente al control del narcotráfico y actividades relacionadas.
Y ni qué decir de los grandes barcos pesqueros de China que cada año se parquean a pocas millas de Galápagos y extraen grandes cantidades de fauna marina protegida a vista y paciencia de la paupérrima flota de guerra del Ecuador. Seguramente estos vuelos de los aviones de USA van a coadyuvar a un mejor control de nuestro mar territorial.
¿Una ventaja adicional para las Islas Galápagos? Seguramente van a recibir un mayor flujo de turistas de alto nivel sobre todo de norteamérica que es lo que Galápagos requiere, y por ende va a mejorar el nivel de vida de San Cristóbal y de las otras islas habitadas. El saber que Galápagos coopera con EEUU en este y otras temas, influye positivamente en la imagen que el mercado norteamericano tendrá para su decisión de viajes de turismo hacia las Islas Galápagos y también al Ecuador.
Por último, creo yo que la gran mayoría de los ecuatorianos preferimos tener una influencia norteamericana, antes que una China o Rusa, o Iraní. Los resultados de estas últimas influencias han sido nefastas no solo para los pueblos de Cuba, Venezuela, Nicaragua, etc. sino también para el Ecuador, o ¿ya nos hemos olvidado de las contrataciones de las “magníficas obras” que hizo Correa con los chinos, rusos (Toachi Pilatón), árabes, etc? Miles de millones de dólares se han perdido en coimas y sobreprecios.
Seamos prácticos y pensemos en nuestro país y no en ideologías baratas que tanto mal nos han hecho.