El gobierno ha dado importantes pasos hacia la transparencia de la deuda pública interna y externa. En la nueva versión de deuda pública total se incorpora a la misma los pasivos por derechos contractuales intangibles, las ventas anticipadas de petróleo, los derechos especiales de giro, las obligaciones no pagadas y registradas en los presupuestos clausurados, las deudas de los GADs al Banco de Desarrollo y otros conceptos. Con este nuevo cálculo, al mes de mayo de 2019 el ratio deuda pública/PIB se ubicó en el 51,05 por ciento, magnitud superior al 45,6 por ciento observado a diciembre de 2018. La publicación de las desagregaciones de la deuda por los diversos conceptos es también alentadora. Falta aún por mejorar la confiabilidad de ciertos ítems y publicar el perfil de vencimientos futuros.
La deuda pública externa de $39.000 millones representa el 36 por ciento del PIB, la interna de $16.600 millones alcanza el 15 por ciento del PIB. El pago de intereses y amortizaciones del capital demanda unos $7.500 millones, esto es, la quinta parte del presupuesto del Estado. Los intereses internos y externos de unos $3.400 millones o 3,1 por ciento del PIB, representan cinco veces lo asignado al Bono de la Pobreza, superan lo destinado a los GADs, son seis veces la ejecución de la inversión de enero-junio de 2019, superan los $3.000 millones destinados al sector salud y más que triplican el presupuesto del sector bienestar social.
La deuda externa de $39.000 millones significa el 185 por ciento de las exportaciones totales. El pago de los $4.600 millones de intereses y amortizaciones de la deuda externa equivale al 22 por ciento de las exportaciones y al 33 por ciento de los ingresos tributarios. Como parte de la deuda externa, los “Bonos Basura” por $15.500 millones que se cancelarán hasta 2029, requieren más $1.400 millones anuales para cubrir los intereses. Los créditos con la China están cerca de los $7.000 millones. El peso del servicio de la deuda pública es una onerosa carga para el presupuesto estatal y se magnifica con una economía estancada. El servicio de la deuda externa tiene impactos no deseados en la balanza de pagos y refleja la vulnerabilidad del país en el sector externo de la economía. La calificación de la deuda externa del Ecuador es B-, esto es, grado de no inversión. El riesgo país está cerca de los 600 puntos
Chile tiene una población similar a la de Ecuador. La relación deuda pública/PIB del Gobierno Central de este país es 26,8 por ciento y existe una gran preocupación de su sociedad porque la misma podría alcanzar el 28,2 por ciento en 2023, pues, su consigna es preservar su calificación de la deuda externa de A+, es decir, grado de inversión. El pago de intereses de la deuda pública de Chile es el 0,9 por ciento del PIB y el 4,7 por ciento de los ingresos tributarios. La deuda externa del Gobierno Central en relación a las exportaciones es del 19 por ciento. Su riesgo país apenas supera los 100 puntos.
Los países del mundo conviven con diversos niveles de deuda pública/PIB, en unos supera el 100 por ciento, en Japón el 200 por ciento. Cada país tiene sus particularidades y distintos niveles de desarrollo y solvencia. Para que el Ecuador se encamine en la senda del desarrollo requiere, con absoluto rigor y disciplina, reducir en el mediano plazo a menos del 30 por ciento su nivel de deuda pública/PIB, al tiempo que sus esfuerzos se direccionen a alcanzar el grado de inversión en la calificación de su deuda externa y a reducir su riesgo país al nivel de los países vecinos.
Aliviar el excesivo peso que representa la deuda pública para toda la sociedad y alcanzar el nivel del 30 por ciento citado, sólo será posible mediante la aplicación de un conjunto armónico de políticas económicas y fiscales sostenidas en el mediano y largo plazos, que persigan un elevado crecimiento de la economía y el superávit de las cuentas públicas. Ambos propósitos que, a su vez, son condiciones para atraer inversiones, crear empleos y generar oportunidades y bienestar para todos, más para los menos favorecidos.
Los mencionados macro objetivos exigen políticas concretas para encontrar un tamaño de gasto público compatible con la capacidad de la economía para sostenerlo. Fin imposible sin reducir la masa salarial pública, los gastos operativos del Estado y su ámbito empresarial. Es tarea principal promover un Estado eficiente que equilibre sus gastos corrientes y sociales con un nivel de inversión pública que al ser complementario a la inversión privada impulse el crecimiento de la economía. En este contexto, es imperativa la reducción del peso del servicio de la deuda pública mediante operaciones de mercado facilitadas por el empeño en la reducción del riesgo-país. En este campo los espacios están en los $15.500 millones de los Bonos Basura, a fin de liberarse de la dependencia de los mercados, y en los casi 7.000 millones de la deuda con la China. Parte del producto de concesiones o venta de activos públicos debería destinarse a reducir el stock de la deuda pública, preservando de este modo la cuantía del patrimonio estatal.
Mejorar la solvencia del país es requisito esencial para la prosperidad y debe ser complementado con esfuerzos integrales para abandonar las lamentables posiciones del Ecuador en los rankings internacionales de productividad, competitividad, clima de negocios, libertad económica y percepción de la corrupción.
Las obvias distancias con Chile reflejan distintas visiones en la conducción de los Estados y substanciales diferencias en la madurez de sus sociedades para asumir como propios los fundamentos económicos e institucionales que conducen al desarrollo. Si el Ecuador persevera en la aplicación de políticas económicas, fiscales e institucionales adecuadas, llevará varios años mejorar la relación deuda/PIB y lograr altas tasas de crecimiento económico mediante el impulso de la inversión externa y de las exportaciones. Si las políticas en esta dirección son en extremo graduales, los tiempos para alcanzar el progreso serán mayores. En esa medida, la impaciencia de la sociedad será el caldo de cultivo para alimentar las tentaciones del populismo y la destrucción de los sanos fundamentos económicos indispensables para alcanzar el bienestar.
Es deber desde la conducción del Estado y de la acción de las élites económicas, políticas y sociales, cimentar la forja de otra identidad nacional en torno a los ideales de progreso, sacrificio, esfuerzo y paciencia colectiva, cualidades imperativas para alcanzar el desarrollo del país.
Estimado José: le agradecería si podría, por favor, explicar sobre los intereses internos y externos:
“El pago de intereses y amortizaciones del capital demanda unos $7.500 millones, esto es, la quinta parte del presupuesto del Estado. Los intereses internos y externos de unos $3.400 millones o 3,1 por ciento del PIB, “
Es el mero sentido común: me endeudo si estoy en capacidad de pagar con los ingresos que tengo o espero tenerlos, calculados con mesura. Pero nuestos genios económicos han botado por la ventana el sentido común. ¿Por qué lo hacen? Fácil: la corrupción a su servicio
Muchas gracias don Jaime Carrera por desmenuzar esta problemática económica de difícil solución. El Ecuador salvo contadas ocasiones ha venido siendo gobernado por un rácimo de inútiles o más parece que han sido promovidos(auspiciados) a los cargos del manejo de la economía por los mismos grupos prestamistas internacionales . Chile aun más lento pero su deuda va en aumento, es un negocio para los multilaterales vender dinero, entiéndase el dinero como una mercancía . Son muchos los países endeudados y pocos los que han reducido su deuda y han seguido el camino de progreso? cuales son?. Sin dudas en mi opinión el negocio para los países endeudados sigue siendo contratar más deuda, en el caso nuestro , con sobreprecio , los gestores al parecer reciben privilegios ,cero esfuerzo en pagarla . Poner un alto a esta irresponsable actividad , la de endeudar al país sin oficio ni beneficio,debería darse en función de enjuiciar y encarcelar a quienes con sus razones piden dinero prestado y no cumplen los objetivos que los provocan, solo así el compromiso de patria tendría cierto sentido. Los demagogos , los politiqueros,los analistas y consejeros, y todos los demás cuidarían en algo su prestigio.
Señor Carrera:
Chile, en modo alguno, es un paraíso. El testimonio de sus nacionales en nuestro país da cuenta de un frenético tren de vida que conspira con la vida familiar y por sobre todo con el medio ambiente, al punto que Santiago es una verdadera caldera que tiene su origen en las fábricas que en forma desordenada se han multiplicado en el casco urbano. ¿Merece la pena un crecimiento reñido con el medio ambiente?
Muchas gracias don Jaime por desmenuzar esta problemática económica de difícil solución. El Ecuador salvo contadas ocasiones a venido siendo gobernado por un rácimo de inútiles o más parece que han sido promovidos a los cargos del manejo de la economía por los mismos grupos prestamistas internacionales . Chile aun más lento pero su deuda va en aumento, es un negocio para los multilaterales vender dinero, entiéndase el dinero como una mercancía . Son muchos los países endeudados y pocos los que han reducido su deuda y han seguido el camino de progreso? cuales son?. Sin dudas en mi opinión el negocio para los países endeudados sigue siendo contratar más deuda, en el caso nuestro , con sobreprecio , los gestores parece reciben privilegios . Parar esta irresponsable actividad , la de endeudar al país , debe darse en función de enjuiciar y encarcelar a quienes piden dinero y no alcanzan los objetivos que los provocan, solo así el compromiso de patria tendría cierto sentido.
Estupendo y muy aleccionador artículo