La reciente visita del presidente Moreno a Guayaquil estuvo marcada por un hecho clave: la intención del gobierno de acercarse al PSC. Dura misión la que se ha puesto al hombro el Ejecutivo pues, desde 1988, conseguir acuerdos exitosos con el socialcristianismo ha sido un escenario esquivo a cuanto marchante cruzó por el Palacio de Carondelet. Sin embargo, el hecho de que otros hayan fracasado en el intento no deja de lado la posibilidad de que en esta ocasión el gobierno negocie de forma tal que el apoyo del PSC se convierta en una realidad. En ese caso, los operadores políticos del presidente Moreno y él mismo deberán estar claros en algunos puntos clave que caracterizan tanto la dinámica política como los objetivos que han orientado al PSC desde el retorno a la democracia. En principio, no hay motivos para que dicha estrategia política varíe en las actuales circunstancias.
En primer lugar, cualquier acercamiento al PSC debe ser pensado como un ejercicio de corto plazo. Difícilmente el gobierno podrá conseguir apoyos más allá de la coyuntura pues el partido de Nebot calcula la relación costo/beneficio de cada una de sus decisiones políticas. En ese aspecto, el socialcristianismo no negocia paquetes de políticas públicas. Por el contrario, avanza en temas específicos, los somete a evaluación, y luego decide si continúa en conversaciones o no respecto a los siguientes puntos de la agenda. Son acuerdos al por menor, al menudeo. Cierto es que dicha estrategia implica mayores costos de transacción (tiempo de negociación incluido) para unos y otros pero es el mecanismo mediante el cual el PSC mantiene el control de la relación con los gobiernos de turno. La debilidad de los presidentes, en términos de apoyo legislativo y los bajos niveles de aprobación popular del Ejecutivo, han sido dos variables clave que, en general, han jugado a favor de la estrategia socialcristiana.
En segundo lugar, hacer explícitos los acuerdos no es la forma más adecuada de acercarse políticamente al PSC. Los discursos mutuamente halagadores de la alcaldesa de Guayaquil y del Presidente Moreno deben ser entendido por el gobierno como resultado de un escenario específico en el que Cynthia Viteri jugaba en su cancha, con su público y con Jaime Nebot en el palco principal. Más allá de eso, para que la negociación con el socialcristianismo genere réditos políticos se requiere que los puntos de discusión generen limitada exposición pública y que los actores encargados de intercambiar propuestas mantengan bajo perfil. En función de las citadas características, el gobierno debe decidir quién es el vínculo con el PSC. En otras palabras, lo que se requiere es un operador político sin ambiciones electorales. Alguien que sepa cuál es su objetivo puntual y sobre todo cuáles son sus límites.
En tercer lugar, el PSC es una agrupación con estructura ideológica medianamente constituida (centro derecha conservadora). Como consecuencia de ello, hay temas de política pública que siempre serán colocados como punto de partida para cualquier acuerdo. La seguridad y la comprensión del orden es uno de ellos. De hecho, la alcaldesa de Guayaquil ha sido muy explícita en el acto cívico de días pasados al insistir en la necesidad de reformar el Código Orgánico Integral Penal a la luz del proyecto de ley presentado ante la Asamblea Nacional, a inicios de 2018, por el ex alcalde Jaime Nebot. En dicha propuesta, se plantean medidas de política criminal más drásticas en contra de quienes sean procesados por delitos como asesinato, robo, secuestro y violación. En tal escenario, el gobierno debe estar consciente de que, para recabar el apoyo legislativo del PSC en cuestiones que ahora le son prioritarias, como son las medidas de ajuste económico, debe ceder en este tema. Alta dosis de pragmatismo requerirán los operadores de Carondelet. Al final, en política no se puede conseguir todo lo que se desea, solamente lo que es factible en un momento dado.
En cuarto lugar, en la medida que el 2021 se acerque, las condiciones para alcanzar nuevos acuerdos con el PSC serán mayores. Por tanto, si el calendario electoral es una de las variables que el socialcristianismo históricamente ha considerado como parte de su estrategia política, la sagacidad del gobierno se podrá ver en su capacidad para colocar los temas que son de su mayor interés en la primera ronda de negociaciones. Si se asume que la reforma económica en la prioridad, entre nueve y diez meses es el tiempo que tienen los operadores políticos del presidente Moreno para conseguir dicho objetivo. El cuarto año de gobierno está destinado a la catarsis y a las políticas públicas que se aprueban por osmosis entre un gobierno deseoso de entregar el poder y pequeños grupos de legisladores que aprovechan los últimos momentos para conseguir leyes particularistas que potencien sus candidaturas o las de sus allegados.
Ardua tarea la que se ha puesto al hombro el Ejecutivo al intentar llegar a acuerdos fructíferos con el PSC. La 6 sabe como jugar de local y de visitante, con público eufórico y también con estadio a puerta cerrada. Frente a dicho adversario político, el gobierno debe ser cauto pero a la vez consciente de que el eventual éxito del socialcristianismo en 2021 depende ahora, mucho más que en otros momentos históricos, de su relación con Carondelet. En ese aspecto, los operadores políticos tienen frente a sí una oportunidad para negociar en mejores términos con el PSC. Negociar con el socialcristianismo sin disgustar a la bancada oficialista y, a la par, mantener buena relación con CREO, es quizás el punto óptimo que le permitirá al gobierno salir del atolladero económico y mantener el equilibrio político.
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En todo caso, si ya el intento de seducción al PSC está dado, no hay más que seguir en el flirteo. De esta relación puede salir un amorío intenso, aunque de corto alcance, o un divorcio estrepitoso con denuncias y acusaciones de por medio.
Santiago Basabe es académico de la Flacso.
Señor Basabe, con todo respeto, sin el anomo de polemizar, su Articulo “Moreno intenta seducir al PSC” , no debería titularse así. El ilegítimo asumio el gobierno gracias a NEGOT y es NEGOT el que aupó ese poder . Es increible y hasta imposible que semejante accion de NEGOT, pueda pasar por alto en personajes como Usted, muy respetable. la troncha entre ese par de simberguenzas, tuvo como fin no permitir que el Señor Guillermo Lasso, enemigo publico para NEGOT, llegue legitimamente a la Presidencia. hoy ese par de picaros ya gobiernan cabeza con cabeza y es muy lamentable que hasta la Señora Vitery tambien haya entrado a la troncha. Pero tenga la seguridad que el pueblo digno y honesto jamas llevara a la presidencia a NEGOT “SAADE”
Que triste que un gobernante desesperado, con una de las más bajas cifras de aceptación, de la historia, tenga que buscar el auxilio del PSC. Pero esto no sorprende a nadie, cuando al inicio de su gobierno cambió el rumbo de su mandato, para seguir las directrices del PSC y CREO, que sin ganar las elecciones, tomaron el control de la política del Ecuador. Lo triste será cuando tengan que desmarcarse del gobierno de Moreno, previo a las proximas elecciones. Modernos pilatos intentando convencer al electorado que con ellos será diferente. La triste realidad de nuestra política. Made in Ecuador.
Este artículo desnuda con claridad la debilidad e incongruencias del Presidente Moreno, cuyo Gobierno mantiene un acuerdo parlamentario con CREO en salvaguarda de la estabilidad democrática del País, sin embargo de ello en la Sesión Solemne del Municipio de Guayaquil, Lenin en su discurso de orden, a más de expresar loas a la Alcaldesa, le “nombró” como su sucesor a Jaime Nebot a sabiendas que los Socialcristianos se negaron a ser parte de dicho acuerdo, presentándose ante la faz pública como radicales opositores al régimen morenista.
¿Qué opinión al respecto tendrá Guillermo Lasso?. Al momento su reacción ha sido un “bien gracias”
Importante análisis político , felicitaciones . Ojalá lo analicen los” asesores “políticos de CREO , pues no es justo ni entendible que habiendo este movimiento llegado a un acuerdo para dar gobernabilidad y estabilidad al país , el Presidente en Guayaquil se pronuncie auspiciando la posible candidatura de Nebot , cuando el PSC no quiso , por cálculos partidistas , ser parte del mismo .
“Alianza país” ,partido de Lenin Moreno,”CREO”,”PSC” partido de Cinthia y Nebot, hoy gozan de una oportunidad única e histórica . Debe ser ahora cuando la reforma laboral tiene que ser parida por la asamblea nacional, otro momento no hay todos debemos empujar desde cada rincón para que esto tan esperado por quienes hacemos empresa se dé de una vez por todas. Ecuador cuenta con el apoyo bien merecido de los EEUU. pues con algo de espectacularidad Moreno cumplió con entregar al periodista Julian Assange y también un puesto de vigilancia en las Galápagos , todo está alineado para salir de este atolladero económico en el cual nos ha metido este gobierno por más de diez años. El país merece ser manejado por personas que dirigen con muchísimo éxito a la alcaldía de Guayaquil por muchos años y también y debo decirlo, por un empresario de mucho talento y experiencia que ha hecho del partido “CREO” , el señor Guillermo Lasso;una voz e influencia muy importante en ayudar a Moreno en la dura tarea de liderar el país por el desarrollo . En lo personal es muy importante que se genere trabajo, en la forma pueden haber desacuerdos pero el fondo es lo que en verdad vale la pena. Es la oportunidad para que juntos estos tres, se pongan de acuerdo , sea de frente o camuflados como aquí se dice,pero que ayuden a levantar cabeza. Mucho pedir puede ser que también consideren eliminar el subsidio que incluye a los extranjeros que por ahora están por todas partes.