A 100 días del inicio de su gestión, algún indicio se puede tener sobre lo que serán las líneas de trabajo de un funcionario público que accede al cargo vía elección popular. En el plano presidencial, se dice que ese es el tiempo de gracia que otorga la opinión pública y la ciudadanía en general para que el Jefe de Estado asuma sus primeras decisiones sin mayores cuestionamientos. En la arena política seccional, los 100 días también constituyen un buen momento para evaluar lo que podría deparar la administración de alcaldes y alcaldesas. Mejor aún, en el espacio municipal es posible plantear un análisis más preciso de la realidad pues la comparación del desempeño de unos burgomaestres respecto de otros, en igual período, facilita la identificación de similitudes y diferencias en su comportamiento político. Las diferencias siempre son mejores aliadas del análisis pues ayudan a esbozar hipótesis que podrían dar respuestas a los distintos resultados observados.
Guayaquil y Quito son dos ciudades comparables entre sí pues son las más grandes en términos poblacionales y, además, las que concentran el mayor poder político y económico del país. Por tanto, evaluar los 100 días de gobierno municipal de Cynthia Viteri y Jorge Yunda es plausible. En primer lugar, se puede decir que mientras en Guayaquil se observa una política pública claramente delineada y temas prioritarios en los que la alcaldesa va a concentrar sus esfuerzos, en Quito reina la incertidumbre respecto a las líneas maestras de acción del gobierno municipal. La presencia de una estructura partidista consolidada (al menos en lo local) y cuadros políticos que conocen la realidad guayaquileña son dos variables que explicarían las diferencias anotadas. Desde luego, el hecho de que la alcaldesa Viteri continúe la agenda marcada por su antecesor mientras que su par capitalino empiece la gestión casi desde cero también son factores a considerar al momento de analizar las diferencias en los resultados.
En segundo lugar, mientras la alcaldesa de Guayaquil toma el pulso político nacional y se posiciona como interlocutora legítima del gobierno central, en Quito sucede lo contrario. En la capital, el alcalde es un actor circunscrito a su entorno más cercano y su voz apenas se escucha en los espacios en los que se discuten los temas clave para la agenda política y económica del país. La primera es una actora política de larga data, con experiencia en diferentes arenas de toma de decisión pública. El segundo es un empresario radial con pocas destrezas para la negociación e intercambio político. Allí una explicación de las diferencias en el alcance e impacto de lo que se gestiona desde Guayaquil respecto a lo que ocurre en Quito. Viteri tiene pretensiones electorales en el mediano plazo. Yunda da la impresión de que cuenta los días para volver a sus actividades privadas. Para ella, la alcaldía es un trampolín político. Para él, el cargo es un logro más en su trayectoria profesional.
En tercer lugar y en prospectiva, es mucho más probable que Guayaquil se posicione como un polo de intercambio económico y comercial en comparación con Quito. Viteri entiende las bondades de la relación entre lo público y lo privado y los beneficios mutuos que de allí se derivan. De hecho, la alcaldesa no sólo entiende la interacción anotada sino que hacia allá apuntan los dardos de su gestión. Yunda, por el contrario, no termina de convencerse de que esa es una opción para la capital. Más allá de que entre sus ofertas de campaña haya estado la necesaria simbiosis entre ambos sectores, en los hechos hay mucho escepticismo de que esto ocurra. Junto a las distancias ideológicas de la alcaldesa y el alcalde, una explicación adicional de lo dicho podría estar en la enorme diferencia en cuanto al apoyo popular con el que ambos dignatarios accedieron al cargo: 52,60% y 21,39% respectivamente. Dicha diferencia no sólo permite que la alcaldesa de Guayaquil tome acciones de este tipo con mayor firmeza sino también que, a diferencia del alcalde de Quito, goza del respaldo político de la gran mayoría de integrantes del concejo municipal.
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A 100 días del inicio de su gestión, Viteri y Yunda tienen más diferencias que similitudes. Ella tiene una agenda de política pública definida, se posiciona a nivel nacional y asume un modelo de gestión económica para su ciudad. Él, no ha decidido aún los objetivos de su administración, le cuesta entender las implicaciones políticas de ser alcalde de la capital: y, en el plano económico, sus dudas son mayores que sus certezas. Así están las cosas en Guayaquil y Quito, hoy por hoy. En la Perla del Pacífico hay una trayectoria clara, marcada por varias décadas de una misma orientación política y económica. En la Luz de América, por el contrario, se va de tumbo en tumbo. En Quito, se ha pasado de dos alcaldes sumisos y entregados a las directrices del gobierno de la década pasada, a otro que, más allá de la entrega de canes por doquier, carece de una visión clara de lo que quiere y puede hacer por la capital del país.
los social cristianos que han empeñado a la urbe a 30 años para seguir con los privilegios que tiene nebot con interagua como socio vitalicio, el mismo modus operandi aplicarái viteri, mientras la delincuencia se apodera de las calles de la urbe porteña, la alcaldesa contrata una empresa cuestionada en españa para la recolección de basura en la ciudad, quiere gastar los recursos o por lo menos hacernos creer que lo va a gastar para una nueva central teléfonica, y
el ECU 911 para que está, su fortalecimiento sería lo óptimo,
Primer Proyecto: “Hoy no circula”.
Innecesario y hasta tonto. La ciudad luce desierta pasadas las horas pico, consecuentemente absurdo impedir la circulación de ciertos vehículos todo el día.
Segundo Proyecto: “Déjalos cruzar”.
En lugar de educar a la gente (incluso mediante sanciones a las familias que tienen perros en la calle), nos hace pensar que tendremos una proliferación de perritos callejeros, por largo rato.
Tercer Proyecto: Ya no tendremos Reina de Quito.
Por último: Parece que quiere descontaminar el río Machángara. Pero no ha dicho cómo.
Es indiscutible que Guayaquil ha tenido por más de 25 años una administracion en su Alcaldía liderada por los Social Cristianos que ha permitido a la ciudad avanzar, con respecto a la nueva Alcaldesa de Guayaquil en los 100 dias de labor no se ha pidido visualizar alguna avtividad de renombre, está señora cuando fue Asambleista no hizo nada de lo que promicionaba en su campaña ejemplo eliminar la tabla de drogas que solamente ha servido para que los jóvenes se hundan en tan obscuro mundo, así que no cuenta con credibilidad, esperemos que siga los lineamientos de León Febres Cordero y Nebot en la Alcaldia de Guayaquil. Con respecto al Alcalde de Quito es una pena decirlo hasta el momento no salgo del asombro de cómo llego a ocupar ese puesto, que le queda muy grande, los quiteños tienen por tradiición racionalizar bién su voto y llevar a la Alcaldía gente de bién que trabaje por la ciudad pero en los ultimos 11 años se a equivocado tremendamente al elegir gente indeseable , si existiera justicia en el Ecuador este señor Yunda estuviera rindiendo cuentas por la adquisición de un montón de frecuencias radiales a nombre de familiares sercanos cuando el trabajo en el Gobierno anterior.
El análisis del articulista, sin ser inválido, gira alrededor del concepto político y sus consecuencias derivadas de esa visión, pero no toca los temas prácticos, los que interesan a la gente, relacionados con el Darío vivir, que son los que los Alvaldes, están llamados a solucionar… Es evidente, que la capacidad de la alcaldesa de Guayaquil es muy superior a la del señor Yunda, que no da pie con bola…! Tiene en sus manos, poner en marcha (e ingresar los fondos que empiezan a amortizar la deuda nversion) el proyecto más grande y ambicioso que la ciudad ha generado en su historia, y esta tonteando: No se ha contratado AP operador, no se ha diseñado y acordado con los transportistas urbanos la reestructuración de las líneas de buses, a fin de que contribuyan eficientemente al sistema Metro. No se ha fijado la tarifa y decidido si será integral con derecho a conexión, o solo servirá para el Metro y ha gastado el tiempo en nimiedades y bobadas…
Quito sufre -por culpa exclusiva de su pueblo- tres períodos seguidos de deterioro e ineficiencia de su Alcalde y Concejo Metropolitano, salpicado de pillos sin vergüenza, que hacían mofa de ir con grillete colocado solo a los pillos observados por la justicia y así no vamos a ningún lado… y Yunda, bien Gracias !! Cuidando de los perros callejeros…
Totalmente de acuerdo con el artículo , menos que la Alcaldia sea un trampolin politico para ella.
En lo que se refiere a nuestra Alcaldesa Cynthia Viteri, Ella está trabajando por la ciudad y sus habitantes. Guayaquil la quiere de Alcaldesa de largo.
Qué vergüenza. Como diría mi papá:”publireportaje”. Ya es horita de que abran los ojos a que el “modelo exitoso” no es ni modelo ni exitoso (Guayaquil es la ciudad más inequitativa del país, ni los servicios básicos han logrado resolver-le reto a que tome agua de la llave en Guayaquil por si lo duda).
Yunda todavía tiene que demostrar si va a poder hacer todo lo que anuncia, pero en 100 días de gobierno local ha hecho 100 veces más que Rodas en 5 años.
El otro día que estuve en Guayaquil le pregunté al taxista que cómo les va con Cinthia. Y me dijo “no se le oye, no se le ve”.
¿Cuándo saldremos del país en el que se hagan afirmaciones en base a datos y a hechos y no sólo a percepciones y medias verdades? Ya hagan los deberes vean señores periodistas ya es horita. Lean y profundicen la discusión sobre la política pública y el desarrollo (económico, social, físico) de las ciudades. No es un tema de popularidad (uno creería que después de Rodas algo habrían aprendido).
Peor que los de los noticieros que ahora sólo pasan lo que sacan de youtube están ustedes.
Nietzsche escribió: “no existen los hechos, solo las interpretaciones”. Tanto el artículo como sus comentarios (y los míos) son interpretaciones, es decir, formas de ver las cosas.
Señor Morales: podría indicarnos que ha hecho el Alcalde Yunda?, nada, solo sumirnos en la tristeza por ver a nuestro Quito sin personalidad y sentir envidia de otras ciudades del país que respetan sus tradiciones, fiestas, desfiles, reinas etc. En Quito ya no se canta su Himno ni se oye el ¡viva Quito! es una ciudad que se esta muriendo. En cualquier pueblito en su aniversario existe un prioste, una misa, un buen pilche de chicha, un gran baile con sus banda luego los toros de pueblo, son felices. Que hacen los ediles y las edilas? No entiendo porque tenemos que aceptar los sentimientos y deseos de un “guairapamushca”?
Señor Morales, de seguro usted debe ser muy joven… un “milenial” de esos que son campeones para manejar computador, pero que ni saben lo que significa devaluación, o inflación de doble dígito, o que y como era Guayaquil hace 25 o 30 años, en manos de rateros que la depredaron y la mantenían como un pueblo inmundo…No se puede desconocer, a no ser que usted sea un fanatico o un comunista recalcitrante, el inmenso progreso así como el dramático cambio para bien, a manos de Febres Cordero, Nebot y ahora la señora Viteri… ojalá el Ecuador, hubiese avanzado en esa misma proporción y sentido… Le invito a leer e investigar y luego opinar… se lo sugiero en el mejor de lis sentidos !
Se nota la diferencia entre los tipos de liderazgo de los dos alcaldes, la alcaldesa de Guayaquil cuenta con el respaldo de su ciudad, y tiene muy claro lo que debe hacer por la urbe porteña. En el caso de la capital, estos 100 días deben servir para que el alcalde recapacite y cambie el rumbo de su gestión por el bien de los ciudadanos, aún esta a tiempo.
Guayaquil tiene una alcaldesa dinámica y con un plan de trabajo; Quito tiene un alcalde encantador de perros, esa es la gran diferencia
Yunda es un improvisado. Punto.
Bueno…..toca ir a la revocatoria 8 años y tres meses sin alcalde en Quito. Pero como dicen los hipocritas politicos y comunicadores: la vooooz del puebloooo es la voz de diooos . Y asi estamos..jodidos
Las diferencias son abismales: del locutor de medio pelo con la ejecutiva y administradora de una gran ciudad, del promotor de la multiplicación de perros para ensuciar la ciudad a la enérgica luchadora por la seguridad ciudadana. No podemos esperar que los musgos florezcan y que las cloacas huelan a lavanda.
Los dos alcaldes son diametralmente opuestos, la señora alcaldesa sabe lo que tiene que hacer y sabe como hacerlo , mientras el alcalde de Quito no tiene ni idea de lo que debe realizar, el estuvo para contar chistes muchos ellos de mal gusto a la radio y teleaudiencia , por lo que el cargo de primer personero de la ciudad le quedo extremadamente grande.
Quito sumido en el más completo abandono.