El prefecto del Guayas, Carlos Luis Morales, quiere terminar el contrato con la Armada para el dragado del río Guayas: sostiene que los términos ni eran los más convenientes para la provincia ni los marinos estaban haciendo bien los trabajos. Pero Morales no quiere que el contrato, firmado por aproximadamente 58 millones de dólares durante la administración provincial de Jimmy Jairala, termine por acuerdo mutuo entre las partes sino por decisión unilateral de la Prefectura.
Es tan vehemente el interés de Morales por romper abruptamente el contrato en forma unilateral, que llegó a firmar un oficio en el que desconoció un entendimiento para la terminación por mutuo acuerdo al cual su administración había llegado con los militares. En efecto, luego de meses de quejas e interrupciones con el trabajo del dragado (la Marina sostiene que fue por incumplimientos de la Prefectura), Morales consiguió que la Armada decidiera, por voluntad propia, no seguir con los trabajos. En realidad, la Armada lo hizo a pesar de la resistencia de algunos oficiales que pensaban que la decisión era injusta con la institución, porque las acusaciones de Morales, a sus ojos, no son ciertas.
Ese contrato se firmó el 8 de julio del 2019 y todo parecía que iba a terminar bien; en forma relativamente amistosa. Pero no: menos de mes más tarde de la firma, Morales ordenó que se desconozca el acuerdo. Al mismo tiempo, cambió de administrador de contrato y de fiscalizadores de la obra. Eso sí, se cuidó de no firmar el documento y delegó la firma al Secretario General de su despacho. Con esa decisión, ahora sí la guerra entre los marinos y la Prefectura socialcristiana del Guayas está en pleno curso. Incluso el ministro de Defensa, Osvaldo Jarrín, salió a pedir al prefecto socialcristiano que respete la terminación por mutuo acuerdo. Pero eso parece que será muy difícil.
Como la Armada se sintió tan perjudicada e incluso ofendida por la sorpresiva terminación unilateral del contrato, su comandante Darwin Jarrín presentó un recurso ante un juez de Guayaquil que otorgó una medida cautelar a su favor para que la decisión de Morales quede en suspenso. Eso ocurrió el jueves 5 de septiembre. Sin embargo, Morales ordenó a sus funcionarios que se negaran a recibir la resolución del juez. De todos modos y a pesar de eso, la medida cautelar logró congelar la decisión de Morales porque el juez envió la resolución por correo electrónico.
Pero ¿por qué Morales está tan interesado en terminar unilateralmente el contrato? 4P. trató de comunicarse con él pero fue imposible, a pesar de las llamadas y los mensajes enviados. La viceprefecta y coidearia socialcristiana, Susana González, dijo que la única persona autorizada para hablar del tema es Morales y no quiso dar su versión. 4P. se contactó con la asesora de comunicación de la Prefectura, Yokasta Brunner, quien se ofreció a conseguir la declaración de Morales. Pero esa gestión resultó infructuosa.
La única versión que se tiene de Morales sobre el tema del dragado, es la que ha dado en apariciones públicas, en las que ha hablado sobre los motivos por los que él cree que el contrato con la Armada no le conviene a la provincia. Según él, el contrato tenía tantos vicios e irregularidades que era necesario hacer una fiscalización. Por eso, fue hasta la Fiscalía del Estado y la Contraloría, en Quito. Morales ha dicho en declaraciones públicas que la administración de Jairala actuó de forma deshonesta en el contrato y que los marinos no estaban haciendo el dragado. Además que la draga ni siquiera había llegado al sitio de los trabajos. Los marinos han respondido que la draga solo iba a llegar al lugar cuando hayan concluido los trabajos para acondicionar la ubicación final de los sedimentos. Las declaraciones de Morales han sido en actos públicos o ante la prensa a su entrada a la Fiscalía. No ha dado entrevistas personales sobre el tema.
Según oficiales de la Armada que han trabajado en el proyecto de dragado y que defienden la participación de su institución, Morales tiene un interés concreto para que el contrato termine de forma unilateral: según la norma legal, si se acaba así el contrato no hay que hacer una nueva licitación sino escoger al nuevo contratista. Eso dice el artículo 146 del reglamento a la Ley Orgánica del Sistema Nacional de Contratación Pública. En ese sentido, los marinos, aseguran que Morales tiene todo listo: el contrato con la empresa belga Jan de Nul, una de las firmas más experimentadas y calificadas en este campo en el mundo y que firmó, en 2018, un contrato para trabajos en el Puerto de Guayaquil con el entonces alcalde Jaime Nebot. Según ellos, Jan de Nul tiene excelentes relaciones con los socialcristianos y Morales está decidido e incluso urgido a firmar con ellos. 4P. no pudo obtener la reacción de Morales ante esta versión.
Que el dragado lo haga Jan de Nul o la Armada tiene sin embargo una diferencia clave: el financiamiento. Como el Estado no está capacidad de financiar casi 60 millones de dólares que cuesta la obra, se hacía necesario un financiamiento. Según documentos oficiales esto implicaba un pago de cerca de 32 millones de dólares en intereses. Los marinos, antes de la firma del contrato, habían logrado que el Gobierno se comprometa a financiar la obra pero por segmentos. Habían recibido 13 millones 800 mil dólares. Ese dinero, sostienen los marinos, va a la Cuenta Única del Tesoro, lo cual hace imposible el desvió de los fondos. Así, el Estado se ahorraba los 32 millones que hubiera costado el financiamiento externo de la obra.
Con la fórmula de Jan de Nul o con cualquier otra, todo sería distinto: sería necesario conseguir una línea de crédito para el financiamiento. Según los marinos, eso aumenta significamente el costo al dragado. ¿Entonces por qué hacer con una empresa distinta a la de la Armada? 4P quiso obtener la respuesta de Morales, pero fue imposible. Los marinos sostienen que luego de que ellos consiguieron los fondos del Estado para evitar la intermediación financiera, se desató una violenta reacción de personas y sectores vinculados con el negocio financiero y que estaban interesados en ese trabajo. Por eso, ellos creen que el verdadero interés para que ellos no hagan la obra, que ya habían comenzado, está en los intereses de los intermediarios financieros que quieren conseguir el crédito.
Mientras tanto, las relaciones entre la Prefectura socialcristiana y los marinos se ha tensado. En el interior de la Armada, las cosas tampoco están bien. Existen tensiones muy grandes ya que hay sectores que creen que los almirantes no han defendido como deberían los intereses de la institución. Esta es la pequeña guerra por el dragado del Guayas que fue declarada por el prefecto Morales, hasta hace poco partícipe entusiasta de la Revolución Ciudadana del correísmo y ahora integrante de la fuerza socialcristiana.
Foto: Fiscalía del Estado
La Marina debe dedicated a sus tareas específicas de seguridad en el Mar territorial; tantos problemas que no resuelven o enfrentan como: la flota pesquera international que depreda nuestro mar,la pirateria que roba y asesina en sus caras a nuestros pescadores artesanales, El tráfico de armas, de drogas, de personas al exterior, El contrabando,etc. Deben rendirle al pueblo por su trabajo, por cuantos millones invertimos en ellos en su preparación diaria, alimentación, logistica, armas, equipamientos y entonces..para qué. Regresen a lo suyo.Tampoco estoy de acuerdo en la politiqueria y el atraco de Nebot con su pandilla y ahora con su nuevo títere. El Pueblo se cansa, el de a pie, el informal, el estudiante, El obrero, el campesino, etc. Miremos Colombia regresa a las armas, la corrupción, la mala distribución de la riqueza.
Está clarísimo… este señor nos quiere ver la cara de tontos a los ecuatorianos, al terminar el contrato en forma “unilateral” se le abren las puertas para entregar a dedo un nuevo contrato, pregunto, que habrá de por medio… fin del comunicado