En estos días se está leyendo en los clubs de libros quiteños la interesante novela de Óscar Vela, Ahora que Cae la Niebla, que narra la historia del cónsul ecuatoriano Manuel Antonio Muñoz Borrero que emitió pasaportes para que cientos de judíos lograran salir de campos de concentración alemanes. Como indica la novela, el caso de este “Schindler ecuatoriano” fue dado a conocer hace unos diez años gracias a dos investigadores israelís, cuya investigación llevó al Estado israelí a conferirle el reconocimiento póstumo de “justo entre las naciones”.
No voy a comentar los recursos literarios de la bien lograda novela de Vela: sus cambios frecuentes de narrador, la ausencia de una narración lineal o las alusiones a Kafka. Lo que me interesa de la novela es su afirmación de que el Ecuador en esa época era filo-Nazi y que la abrupta cancelación del nombramiento que sufrió Muñoz a inicios de 1942 se debió a las simpatías que existían con la Alemania Nazi, en el Ministerio de Relaciones Exteriores, en el gobierno de Arroyo del Río y entre sectores de la elite ecuatoriana. ¿Fue el Ecuador un estado pro-Nazi entre 1938 y 1941? ¿Podemos leer en esa supuesta orientación ideológica y geopolítica la existencia de una corriente autoritaria en la historia ecuatoriana?
Muñoz Borrero, como afirma la novela, actuó con base a convicciones humanitarias. Su objetivo era salvar a muchos judíos de los campos de exterminio. Para cumplir este noble fin estuvo dispuesto a violar las leyes ecuatorianas al emitir pasaportes a extranjeros, incluso una vez que su nombramiento fue revocado. Su emisión de pasaportes fue descubierta, como se lee en la novela, cuando el consejero comercial chileno en Turquía recibió sorpresivamente una valija de pasaportes ecuatorianos destinados a judíos polacos. Según la novela, la Cancillería ecuatoriana reaccionó de manera vehemente ante este incidente, cancelando el nombramiento de Muñoz Borrero en enero, 1942.
La relación bilateral alemana-ecuatoriana en los años 30 y hasta 1941 fue similar a la de otros estados latinoamericanos. Alemania estaba interesada en lograr acceso a recursos estratégicos que tenía Ecuador. El Ecuador, a su vez, veía a Alemania como un socio comercial importante y acaso como un contrapeso frente a EEUU. ¿Existió además afinidad ideológica? El dictador militar Enriquez Gallo supuestamente admiraba a Mussolini, pero sus aliados políticos eran los liberales y los socialistas. Carlos Arroyo del Río, asimismo, era un liberal que se alineó claramente con EEUU en 1942. La figura de la elite gubernamental que tuvo cierta cercanía a las corrientes europeas de extrema derecha de esa época fue Julio Tobar Donoso, Canciller en los años 1938-1944, aunque no era exactamente un adepto del nazismo.
Tobar Donoso era un erudito intelectual católico adherente del catolicismo social que estaba a favor de un estado corporativista: una sociedad organizada en gremios reconocidos por el Estado. El catolicismo social buscaba, sobre todo, mejorar la condición de los obreros urbanos, pero también era anti-semita y más o menos autoritario. En los periódicos ecuatorianos vinculados a esta corriente se identificaba como siniestros enemigos del proyecto católico de instaurar el “reino de Cristo” a una supuesta triple alianza de masones, judíos y comunistas. Asimismo, el fascismo italiano era visto como un dique contra el comunismo mundial.
Si bien el nazismo era considerado en los círculos católicos de esa época como preferible al comunismo, el catolicismo social no estaba de acuerdo con la religión política pagana del nazismo y se quejaba de la persecución Nazi a la Iglesia en Alemania. Fue, sin duda, con base a principios ideológicos social católicos, incluyendo el semitismo y anti-comunismo, que Tobar Donoso expidió la circular de 1940 que básicamente prohibió la migración judía. Aunque la orden fue un acto deplorable, hay que reconocer que otros países americanos como Brasil y hasta EEUU restringieron la migración judía. Quizás por su oposición a la migración judía Tobar Donoso fue condecorado con la Gran Cruz de la Orden del Águila Alemana, condecoración reservada a extranjeros que rindieron servicios al nazismo como Henry Ford, el piloto Charles Linbergh, y el director de la entonces innovadora empresa IBM.
Un informe de la FBI de los años 40, desclasificado en 2008, apunta a otros personajes de la elite criolla ecuatoriana con simpatías autoritarias, incluyendo Jorge Luna Yépez que poco después lideraría el movimiento filo-falangista, ARNE. Los verdaderos adherentes del nazismo, en cambio, eran casi exclusivamente inmigrantes o diplomáticos alemanes, un fenómeno que se dio en varios países latinoamericanos, especialmente Brasil.
Más allá de una minoría de falangistas y una insidiosa corriente de anti-semitismo católico, la elite ecuatoriana no era ideológicamente de ultra-derecha. Una interesante encuesta realizada en 1939 por Hipatia Cardenas de Bustamante a decenas de notables sobre cómo evitar las dictaduras en Ecuador registró mayormente criterios liberales y democráticos. El autoritarismo en el Ecuador ha sido una corriente minoritaria alimentada por el ideal de la república católica en algunos casos, como también por el caudillismo bolivariano y el militarismo liberal. Correa, con su mesianismo y alergia al pluralismo, se inspiró en estas tres corrientes para su autoritarismo al servicio de un proyecto mafioso.
Carlos Espinosa es profesor/investigador de Historia y Relaciones Internacionales en la USFQ.
Francisco Nuñez del Arco, presentó un libro sobre el nazismo en Ecuador. Y un gran préstamo de Alemania, el ahora embandera la ultra derecha. Cree ud verdadero su testimonio?
Manuel Muñoz Borrero, ejemplo claro de que la moral está por encima de la ley. Violar la ley con el fin de salvar vidas humanas, es un acto de absoluta moralidad. El mismo Schindler, fabricar una mentira gigantesca para salvar judíos, otro acto de moral superior. Puede haber situaciones, donde lo moralmente correcto, sea justamente ir en contra de la ley como sucedió con la famosa pero fallida operación Valkyria: matar al tirano, para salvar a la humanidad.
No olvidemos la deportación de miles de judíos y otros refugiados alemanes desde Perú y Ecuador hacia EEUU durante los socialcristianos en este periodo. De sus negocios exitosos que así cambiaron dueños de manera forzada, se aprovecharon en un pacto cáustico los comerciantes poderosos locales junto con las empresas exportadoras de EEUU….
Hay algunas pruebas respecto al pronazismo local de la época en el libro “El Ecuador y la Alemania Nazi” de Francisco Núñez del Arco. Sería interesante analizarlo para hacer un contrapunto a lo relatado en el artículo.
Estupendo artículo que resalta la labor humanitaria del diplomático ecuatoriano Manuel Muñoz Borrero , valora la excelente novela de Óscar Vela , y nos da una idea clara y fundamentada de corrientes ideológicas existentes en el país en los tumultuosos años de la segunda guerra mundial .