Con el acuerdo con la Conaie del pasado domingo, finalizaron los doce días del paro más cruento que ha tenido el país en los últimos tiempos. Fuimos testigos de la incursión de elementos delincuenciales externos que avivaron el conflicto y muchos nos quedamos literalmente sin saber qué hacer, ante el formato distinto que nos impusieron, desde intereses políticos de desestabilización democrática.
Si bien los ciudadanos respiramos más tranquilos ante la inmediatez de la solución, la reacción postraumática amenaza quedarse por un largo tiempo con nosotros. Permanece una sensación de inseguridad difícil de eliminar, resentimiento y coraje por los bienes patrimoniales perdidos, indignación por las amenazas sufridas.
Pero conforme van pasando los días, una reflexión obligada como sociedad frente a lo ocurrido debe ser un ejercicio forzoso. Se está hablando de recomponer al país, de restaurar la República y fortalecer la democracia. Sin embargo ni lo uno ni lo otro podrá conseguirse si no empezamos con identificar y decodificar los elementos que estuvieron presentes en esta asonada. Muchos de ellos estuvieron allí siempre, conviviendo con nosotros y ni la sociedad ni nosotros mismos caímos en cuenta de la existencia de situaciones que tarde o temprano iban a estallar. Era una cuestión de tiempo.
Se vuelve fundamental ir identificando algunos de ellos:
- Los hechos se vinieron fraguando ante nuestras narices. El foro de Sao Paulo reunido hace poco; un expresidente encontrándose en Venezuela con sus mejores alfiles; una entrevista vergonzosa a Maduro, todo eso fue parte de un libreto muy bien planificado desde meses atrás, que se traduciría en los hechos recientes. Todos lo vimos, hasta en televisión, pero nadie tuvo la perspicacia de atender y entender lo que sucedía. Nos pasamos de confiados…. O de giles. Gobierno incluido.
- En la década pasada, Quito se convirtió en fortaleza correísta; gracias a la generación de una sólida burocracia que respondía siempre y en unidad a la voz cantante del mandatario, que además contribuía mensualmente a la “causa”. Esa burocracia, mermó al Estado sistemáticamente en su capacidad económica. Dio paso a una burguesía de función pública a costa del dinero de todos. Por lo tanto, era fundamental deshacerse de ese pasivo cuanto antes, porque el déficit fiscal también obedece a ellos. Sin embargo, tampoco se hizo y hemos estado todos cebando células de sedición pagadas por todos. Enemigos a sueldo.
- A la dirigencia indígena se le fue de la mano la protesta, es un hecho. Ya sea a causa de elementos infiltrados, ya sea porque no supieron manejar a sus bases adecuadamente y contribuyeron, supuestamente sin saber, a destruir ciudades y literalmente arrasar con sus lugares de trabajo. Sin embargo, no es menos cierto que las condiciones de exclusión de los grupos indígenas no han mejorado, desde años atrás. Esa brecha sigue siendo otra deuda histórica que heredó el gobierno de Moreno, no la creó él. Esa olla de presión venía en ebullición desde hace rato. Sabemos que se estaban haciendo esfuerzos para apoyar al sector, pero les falló el timing. Las protestas del Carchi previas a las del 9 de octubre fueron una advertencia.
- Las decisiones políticas en temas claves como el económico, especialmente aquellas que van a tener impacto en los estilos de vida, deben tomarse siempre en acuerdo con los actores. Con todos, como ejercicio sano de una democracia incluyente.
- Es claro que el correísmo está dispuesto a todo por ganar tiempo e impunidad y tiene activos actores políticos que son sus brazos ejecutores trabajando para eso. Tiene el apoyo en plata y persona de huestes extranjeras, y posiblemente vació algunas caletas para financiar a delincuentes y atacar el país. Allí la institucionalidad tiene un trabajo que hacer. La judicialización y condena de todos los involucrados es un deber: caiga quien caiga.
- Tenemos además un saldo de pérdidas personales que deben ser reconocidas y valoradas por igual: indígenas, manifestantes, policías y militares, porque los derechos humanos son para todos, no tienen ideología, color ni profesión.
La triste realidad posconflicto es que el país queda fragmentado. Los ciudadanos resentidos por nuestras ciudades en escombros, porque nuestra identidad y autoestima también descansa en el ornato de sus ciudades, en la belleza escénica de sus monumentos. Quedan muchas lecciones aprendidas, pero quizá la más importante es que la democracia hay que defenderla a cualquier precio y todos estamos obligados a forjar condiciones de trabajo y progreso para los más vulnerables. Si no lo hacemos, su reacción es solo una cuestión de tiempo.
Ruth Hidalgo es directora de Participación Ciudadana y decana de la Escuela de Ciencias Internacionales de la UDLA.
Paises como el nuestro y otros tantos, con diversidad de problemas etnicos, culturales, sociales y económicos, facilmente se convierte en caldo de cultivo para la reacción violenta, agresiva y delincuencial organizada. Lo que vivimos es, quizás, el primer ejercicio de una guerrilla urbana que se acaba de graduar. Creo que fue en 2014 que comenzó a organizarse formalmente, a través de células barriales, autoridad piramidal, recursos, etc. y ya sabemos dirigida por quien. Debemos contrarestar, igualmente, en forma organizada, sumando y no dividiendo, más aún. Temo que las marchas por la paz, desde un extremo de la tribuna de la Shyris, al otro, ahí sí, con “4 pelagatos”, no es suficiente.
Hay que dejar de ver al país desde las ciudades,no es mi intensión graficar lo que venía haciendo el gobernante anterior con su gabinete itinerante, válido desde todo punto de vista, sobre todo por promover el sentido de patria. Una práctica que debería servir como política de estado, cuidando de que no sirva de pretexto para sobrefacturar la contratación de la logística , es una pena que haya sido inaugurada por el man de las manos limpias,ect,etc…… Hagamos un alto por un momento, está bien que analicemos las posiciones indígenas frente a las medidas económicas por los gobernantes de turno . Los afrodescentdientes habitan el Ecuador,dónde están , que hacen , hay como visualisarlos , fueron parte de las protests , tal vez de los saqueos ????. Las mismas preguntas son válidas para los montubios. Los cabreados fueron solo los indígenas ?. Tienen más sentido las medidas económicas , cuando son aplicadas en consenso con la plutocracia, cuidando de no afectar los descomunales ingresos de la banca, práctica histórica en nuestro país hasta antes de “la década ganada”, habían movilizaciones pero no eran tan brutales, verdad?. 4P. es mi espacio favorito, les cuento que es fácil estar en desacuerdo con sus propuestas de análisis y sumarse cuando su tarea no busca la afirmación de sus creencias en sus lectores y comentaristas, es gratificante este ejercicio. Muy de acuerdo con abrir el abanico para consensuar las medidas económicas que se necesiten, la asamblea mas ni vale !!!!.
Es cierto: el País queda fragmentado; ¡más fragmentado! porque la ruptura la organizó Correa desde su primera campaña: nos dividió, a los de un lado les llamaba creo: Capuletos y a los del otro Montescos, y a través de una retórica perversa cotidiana ,costosísima fue generando odios . Ahora hay dos países (o mas) .Dios quiera que no lleguemos al enfrentamiento civil que dejó preparado
De acuerdo, pero se debe añadir la necesidad imperiosa de desenmascarar a pseudointelectuales, disfrazados de académicos, agazapados en universidades públicas y privadas, que hacen apología de la violencia étnica, llamándola sin ningún rubor y con mucha desverguenza como “gesta gloriosa…a nivel mundial” (Pablo Dávalos) o “violencia divina” ( Natalia Sierra), los dos “académicos” de la Universidad Católica de Quito, los que sin duda se suman otros tantos fanáticos mediocres en la Universidad Central, reducto de la izquierda extremista que ha revivido en éstos dos últimos años, aupada por el correismo mafioso…la sociedad democrática no puede soslayar el rol que juegan estos personajes en la construcción de la agenda etnocéntrica racista de la CONAIE, que durante la última asonada dejó ver los métodos que están dispuestos a utilizar para obtener sus propósitos…
Jorge, 4P. no se rasga las vestiduras. Siempre hemos denunciado vivarachos y corruptos. Al igual que la irracionalidad que es premiada para que el paìs siga bailando en la misma baldosa desde hace décadas. Acumulando así atrasos y problemas.
Seguro que fue correa que pacto y arrodilló al FMI y subió la gasolina seguro y la derecha allí si que para mentir hay que tener bases