Parecía que solo Pablo Dávalos tenía, como economista, una desmemoria capaz de borrar de sus diagnósticos al correísmo como la fuente más próxima de los problemas fiscales y económicos del país. Pero no. Carlos de la Torre, Diego Borja, Pedro Páez, Katiuska King y Andrés Mideros hacen parte de ese club de afectados por el Alzheimer. No solo olvidaron que hicieron parte del gobierno de Correa y que tienen responsabilidades (por acción u omisión) sobre esa gestión y la corrupción, la más voluminosa de la que se tenga memoria. Ahora hablan, en un Manifiesto al país, de actitudes de las cuales dieron prueba de desconocer hasta el significado que les da la Real Academia, durante la administración a la que sirvieron. Por ejemplo, transparencia, sensatez, responsabilidad, respeto por la autonomía de ciertas instituciones; entre ellas la Seguridad Social.
El texto del Manifiesto al país
El hecho cierto es que hay nuevos miembros en el club de desmemoriados. Su enfermedad no es noticia, porque se ha vuelto habitual en el correísmo. Basta con observar la segunda naturaleza de Correa que es conocida y es popular: “no lo he visto” – “no lo conozco”. En ese contexto, el primer párrafo del manifiesto es un gran sofisma. Nosotros “que, en diferentes momentos de la historia, hemos asumido responsabilidades en la conducción de la economía y la planificación pública, y que hemos estado vinculados permanentemente a la academia, la investigación científica y la acción política comprometida con la búsqueda de un mejor Ecuador…”
Los desmemoriados son, además de economistas, toreros expertos en hacer el quite. No dicen que, esos momentos de la historia, son los del correísmo. No dicen que las responsabilidades asumidas los convierte en corresponsables del drama económico producido por esa gestión que, precisamente, inspira las medidas que ahora critican. No dicen que el argumento de ser académicos lo usó el correísmo, cual aureola de santo, para pretender imponer lo que se les antojaba. No dicen que “su acción política comprometida con la búsqueda de un nuevo Ecuador” es, cabalmente, el mamertismo político que los indujo a usar fórmulas que condujeron el país al despilfarro y al endeudamiento. De lo contrario, Ecuador no estaría donde está.
La decencia intelectual no consiste en reivindicar el legítimo derecho a criticar las políticas económicas del actual gobierno: consiste en demostrar que esas criticas son coherentes con las prácticas que asumieron cuando conducían la economía.
Ahora hablan de transparencia. ¿Acaso su gobierno, el de Correa, lo fue? ¿No torturó las cifras, las acomodó o las ocultó al punto de declarar algunas de ellas secretos de Estado (los contratos con la China, por ejemplo)? ¿No hicieron parte de ese gobierno que invitó al país a ver un refinería donde solo había un terreno aplanado? Ejemplos hay durante la década para componer una letanía.
Ahora hablan de sensatez: ¿qué será esa palabra para Pedro Páez que alquiló la Casa Guayasamín para la Superintendencia del Poder del Mercado por $20 mil por mes (cuando tenía otras dependencias) y no vaciló en montar campañas de imagen por cerca de $200 mil? ¿Quería él, perseguidor de empresarios, ser bien visto por la ciudadanía? Oírlos hablar de sensatez deja perplejo: Los ejemplos de irracionalidad producidos por el gobierno que sirvieron no solo conciernen la actitud de Correa sino sus políticas. ¿Algo dijeron? ¿Diez años de autoritarismo, y de silencio de su parte, no los invita a evitar ponerse tan groseramente en evidencia?
Ahora hablan de respeto por la autonomía de ciertas instituciones: ¡Qué osadía! ¿Respeto tuvo Richard Espinosa por esa autonomía? En septiembre de 2016 asaltó las cuentas del IESS y borró del “balance de comprobación del Fondo de Seguro de Salud” $2507 millones. ¿Algo dijeron? Lo hizo para bajar las deudas del gobierno, preocupado porque estaba violando en ese punto hasta la Constitución. Y no fue el único favor que Espinosa hizo al gobierno de Correa poniendo el IESS y el Biess a su servicio. ¿Dijeron algo sobre esos atracos estos repentinos partidarios del respeto a la autonomía de las instituciones?
Ahora hablan de un diálogo amplio y real: ¿Dijeron algo cuando aquellos que pedían lo mismo durante el gobierno de su patrón eran arrastrados en sabatinas y cadenas y enviados a ganar elecciones antes de poder abrir la boca?
El nuevo club no solo prueba su aptitud para la desmemoria sino para el oportunismo político: durante el correísmo fueron obsecuentes y contribuyeron a instalar el modelo estatista y autoritario del prófugo Correa. Ahora dan lecciones.
Vaya cinismo de estos tipejos. Ellos fueron autores, cómplices y encubridores del saqueo protagonizado por el corrupto Correato, que quebró al país. Tener la osadía de hoy pronunciarse por el estado desastrozo de la economía, que generaron es impresentable.
Hay que ubicarles correctamente, no son desmemoriados sino una BANDA DE VIVOS que pescan a rio revuelto y como mediocres que son personalmente y en sus conocimientos, se venden al de turno por lo que sea. Analicen como llegaron cada uno de ellos a ser participes de la banda de delincuentes dirigida por el loco del ático, entonces que mas podemos esperar? Acuerdecen la prepotencia cuando eran funcionarios publicos, trataban de cubrir su mediocridad y como todos servian para hacer los mandados y cumplir ordenes de su jefe. Ahora quieren nuevamente aprovecharse de la debilidad del gobierno para presentarse como salvadores, pero NUNCA VOLVERAN, las personas de bien, que somos mas, nunca lo permitiremos
MAMARRACHOS!
PRESO correa PRESO!!!
Ps. Junto con sus mamarrachos!