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La dolarización sin modelo económico compatible

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Aunque resulte cansino, más en los actuales momentos, cabe siempre recordar en breves rasgos los avatares económicos y fiscales de los casi 50 años precedentes. En el primer boom petrolero de los años 70s el gasto público creció en exceso, como los ingresos no alcanzaban el país se endeudó sin medida para financiar sus elevados déficits. También se acumularon subsidios petroleros y de las tarifas públicas. La economía creció por el gasto público y la deuda.

En los años 80s y 90s había que pagar las deudas y la renta petrolera era insuficiente. El país vivió entre déficits heredados al fin de cada gobierno, los llamados paquetazos para corregirlos al inicio de los nuevos gobiernos, los frecuentes impagos de la deuda externa y acuerdos incumplidos con el FMI. Las recurrentes irresponsabilidades fiscales de la mayoría de gobiernos, las frecuentes demandas de recursos públicos mediante paros y huelgas; y, los intereses de la élites políticas, económicas y sociales, tuvieron como consecuencia el colapso del sistema financiero y de las cuentas públicas. Se pulverizó el sucre.

La dolarización surgió como una desesperada solución a la crisis, ante la hiperinflación en ciernes y una economía dolarizada de facto, pues, casi todo se transaba en dólares. El costoso dolor de la crisis se tradujo en tácitos acuerdos sobre las responsabilidades fiscales, un sano manejo económico y la consolidación del sistema financiero. Entre 2000-2006 la economía creció, el gasto público fue el 21 % del PIB, hubo superávit fiscal y fondos de ahorro, se redujo la pobreza y la deuda externa.

Entre 2007-2017, con el auge del segundo boom petrolero renacieron las viejas prácticas de los años 70s: duplicación del gasto público, reiterados déficits fiscales, incremento desproporcionado de la deuda externa, subsidios crecientes. A las añejas irresponsabilidades económicas y fiscales se agregaron otras reñidas con la camisa de fuerza de la dolarización. El Banco Central prestó al Estado dólares que no tenía en una suerte de creación secundaria de dinero. Surgieron los créditos de la China con garantías del petróleo. Se empeño el oro para conseguir dólares y financiar el déficit. En el paroxismo de la irresponsabilidad fiscal, para cubrirla se emitieron cuantiosos millones de dólares en bonos basura a altas tasas de interés.

Hoy, como la renta petrolera aporta poco a las arcas públicas y la deuda externa pública ya no es una opción por su volumen y costo, el Ecuador ha revivido las crisis fiscales y económicas del pasado con una diferencia substancial: tenemos una economía dolarizada y un sistema financiero sólido. En el nefasto período del irracional populismo económico y fiscal, la dolarización se alimentó del torrente de dólares de la explosiva deuda externa y la abundancia petrolera. A la par, se destruyeron los fundamentos económicos y fiscales inherentes a una economía dolarizada.

Después de la crisis de 1999, el dolor viabilizó la dolarización. Hoy, existe poca conciencia de que esta se ha mantenido con la ficción del petróleo y de la deuda externa. Ficción que sustituyó el esfuerzo de la sociedad para sostenerla con su eficiencia para traer dólares del resto del mundo. La dolarización nos brinda seguridad económica a todos: a los pobres que cuidan cada centavo de dólar, a cada trabajador, burócrata, empresario, político, campesino, indígena. La dolarización es parte del patrimonio nacional. El Ecuador no tiene ninguna otra opción que no sea preservarla y fortalecerla, más, cuando es la única forma de forzar al orden económico y fiscal en una sociedad caracterizada por su secular indisciplina.

Ante acciones difusas y contradictorias, urge diseñar e implementar con rigor un modelo económico coherente y compatible con una economía dolarizada; y, retomar las buenas prácticas económicas y fiscales implementadas en sus inicios. Este modelo debe perseguir en el mediano y largo plazos el crecimiento económico en función de abundantes exportaciones e inversión extranjera directa. Como sustentos básicos de estos objetivos son requisitos sine qua non el superávit fiscal, la solidez del sistema financiero, la productividad y competitividad en los diversos ámbitos que las integran. Crecer a tasas elevadas en dolarización al tiempo de reducir las desigualdades sociales son los ejes centrales de un modelo económico de una economía dolarizada.

Este ejercicio teórico no resulta difícil con algo de sentido común. Sin embargo, la actual realidad está muy alejada del deber ser en dolarización. Acortar estas distancias lo más pronto posible en un marco de gobernabilidad política, económica y social, exige elevar la conciencia nacional y el sentido de patria en pro del progreso del país.

Las desigualdades sociales se disminuyen con un modelo económico que limite la acción del Estado a las atenciones en educación, salud, seguridad interna y externa, bienestar y seguridades sociales, y un nivel de inversión publica complementaria a la inversión privada. Todo en un marco de orden y superávit fiscal. Postulados insuficientes si la economía no crece a tasas elevadas para crear empleos, complemento indispensable para reducir las desigualdades sociales.

Los gastos sociales y de seguridad citados, más el pago de intereses de la deuda pública y las transferencias a Municipios y Consejos Provinciales, representan casi el noventa por ciento del gasto total del presupuesto. Estos crecieron muy por encima del crecimiento de la economía en el gobierno anterior. Una primera y urgente tarea es reducir el déficit fiscal con rapidez, al tiempo de mantener los gastos sociales, de seguridad y de los GADs en un contexto de reducción del déficit y de una economía estancada. Además de volver eficiente el gasto y de algunas reducciones del mismo, más ingresos a la caja pública son inevitables. No obstante, el bloqueo en estos ámbitos castra las soluciones.

De otra parte, las reformas económicas para ganar en productividad y competitividad e impulsar las exportaciones y la inversión extranjera adolecen de falta de claridad y consenso nacional. El transito entre los desajustes actuales hacia la consolidación de las exigencias de una economía dolarizada, será largo y lleno de sacrificios. Camino propicio para que la impaciencia colectiva sea tentada por los populismos que destruyen las economías, para los cuales acabar con la dolarización poco importa ante las desmedidas ambiciones de alcanzar el poder para satisfacer venganzas, odios y resentimientos sociales.

La dolarización la queremos todos como medio de progreso y bienestar general. Esta exige una sociedad más eficiente, un trabajador más competitivo, una empresa más productiva, un gobierno transparente y eficaz; y, unas élites económicas, políticas y sociales que no velen por sus intereses sino por el bienestar general. La dolarización requiere un país de exportadores y que cobije la inversión y capitales extranjeros. Es nuestra obligación repetirlo día tras día hasta que sea parte de la cultura nacional.

29 Comments

  1. En este artículo sobre la dolarización estoy de acuerdo con lo expuesto ya que la adopción del dólar como moneda oficial para el Ecuador fue una medida extrema, nos dio una salida de la crisis en la que el país se encontraba a punto de sufrir una hiperinflación, pero a pesar de todas las medidas de aquella época fueron momentos difíciles para el país ya que un dólar no equivalía más de veinticinco mil sucre hasta que nos adaptamos a este nuevo modelo y gracias a ello ahora nos damos cuenta que ha traído con ella muchos beneficios para todos los ciudadanos, la economía del país creció significantemente, estabilizo la tasa de inflación, la tasa de desempleo fue decreciendo, también tuvo efectos crecientes en el PIB y sobre todo nos brindó seguridad económica a los miles de ciudadanos en el país

    Nuestro país no tiene más salidas que hacer crecer al dólar para que permanezca circulando y beneficiando a miles de ciudadanos. esto requiere a un ciudadano mas competitivo, a empresas que generen mas empleo y que sean mas efectivas.

  2. Según lo que yo opino la dolarización es un recursos que deberia resguardarse para que no se pierda, pesar de que ha sufrido muchos percanses que han intentando desetabilizarzarla, y si llegara a pasar eso no sería bueno para ninguna persona en el país, además de que seria un golpe muy duro para la ecnomia del país, mantenerla deberia ser un prioridad importante, y aspi nadie saldría perdiendo.

  3. En este artículo sobre la dolarización estoy de acuerdo con lo expuesto ya que la adopción del dólar como moneda oficial para el Ecuador fue una medida extrema, nos dio una salida de la crisis en la que el país se encontraba a punto de sufrir una hiperinflación, pero a pesar de todas las medidas de aquella época fueron momentos difíciles para el país ya que un dólar no equivalía más de veinticinco mil sucre hasta que nos adaptamos a este nuevo modelo y gracias a ello ahora nos damos cuenta que ha traído con ella muchos beneficios para todos los ciudadanos, la economía del país creció significantemente, estabilizo la tasa de inflación, la tasa de desempleo fue decreciendo, también tuvo efectos crecientes en el PIB y sobre todo nos brindó seguridad económica a los miles de ciudadanos en el país

    Nuestro país no tiene más salidas que hacer crecer al dólar para que permanezca circulando y beneficiando a miles de ciudadanos. esto requiere a un ciudadano mas competitivo, a empresas que generen mas empleo y que sean mas efectivas.

  4. La economía nacional está atravesando etapas críticas, en donde la deuda externa se ha vuelto casi impagable, varias empresas han tenido que cerrar sus puertas por falta de liquidez y miles de personas han perdido sus empleos que les servían para sustentar a sus familias y permitía además que el consumo haga fluir la economía en su ciclo natural. Todo esto a causa de decisiones fiscales irresponsables por parte de los gobiernos, quienes en épocas de bonanza económica, principalmente a causa del boom petrolero, elevaron bruscamente el gasto público y los subsidios, y para mantenerlos así debieron adquirir deudas costosas con entidades internacionales.

    Ahora la solución a largo plazo para esta situación se debe focalizar en la generación de empleos a partir de la inversión de capitales privados mediante reglas de juego claras que permitan que inversores encuentren en nuestro país un lugar atractivo para generar riqueza, además de tomar medidas para mantener la dolarización, que aunque en un inicio fue una decisión extrema y dolorosa, ha permitido mantener niveles de inflación normales y un sistema financiero relativamente estable. Serán tiempos difíciles en los cuales las decisiones fiscales que se tomen para solventar la situación marcarán el rumbo de la economía nacional y por tanto la de los ciudadanos.

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