Se dice que la educación de los pueblos suele ser directamente proporcional a su desarrollo. Países con ciudadanos educados, producen sociedades más civilizadas que se autoimponen normas de convivencia, que van desde el respeto por el espacio público, el sometimiento a la autoridad y el orden, y manejan como regla de oro, el respeto al otro en toda la dimensión de la palabra.
Lo ocurrido en las playas de Salinas, una vez terminado el feriado, a más del natural sentimiento de indignación, nos ha provocado a muchos una profunda preocupación sobre los comportamientos sociales que pueden desatar destrucción en una comunidad. Ser testigos de cómo ciudadanos llegan a un lugar turístico, se sirven y disfrutan de él, hasta dejarlo convertido en un botadero de basura y contaminación, habla de una sociedad que no entiende el compromiso y responsabilidad que uno adquiere cuando va de visitante a un lugar o, simplemente, está concibiendo la destrucción como parte de la diversión y esparcimiento.
El ejercicio del turismo es quizá una de las actividades de descanso por excelencia. Por eso, los feriados son la oportunidad de acudir a los lugares que ofrece nuestro país, porque, además, ayudamos a la reactivación económica del sitio que visitamos. No obstante, vale recordar que la visita a los sitios de atracción turística, podría ser comparado a cuando vamos a visitar casa ajena: es decir, se entiende que deberíamos velar por la integridad de los bienes que no nos pertenecen pero que disfrutamos de ellos. No cabría siquiera la idea de que un invitado llegue a destruir la casa de su convidante. Lo mismo aplica para las playas, parques, caminos, bosques y páramos. La belleza escénica de nuestro país es patrimonio de todos y, por lo mismo, merece respeto porque alberga flora y fauna que, si es agredida con contaminación, produce daños irreparables.
En el caso puntual de lo ocurrido con las playas de Salinas, llama la atención la falta de controles adecuados por parte de la gestión local, porque, si se esperaba una afluencia importante en estas fechas, era responsabilidad tanto de las autoridades municipales como de los agentes del orden, tener listo un plan y estrategia de contingencia ante cualquier desmán, incluido el ambiental.
Está claro que no existió ningún plan ni coordinación entre los varios actores del orden y gestión local, demostrando que es evidente que este feriado fue visto únicamente como una oportunidad de reactivación económica y no con una visión integral. Si bien es muy importante que lleguen turistas y gasten en el sitio que visitan, era igual de importante que las autoridades los reciban con suficientes herramientas para mitigar el uso intensivo de las playas: para ello era fundamental doblar el número de contenedores para basura, desplegar personal suficiente para control de eliminación de desechos, desplegar señalética adecuada, gestionar suficiente personal municipal y, sobre todo, hubiera sido oportuno una ordenanza que controle y sancione con claridad desmanes y contaminación: solo por dar un ejemplo.
Por el contrario, lo se vivió fue un feriado de desafueros y excesos que llegaron a poner en peligro la misma integridad de los operadores del orden que, a destiempo, trataron sin éxito de detener actos violentos y fueron repelidos con botellas rotas, ante lo cual tuvieron que desalojar el lugar porque no tenían ningún tipo de instrucción para conducirse en esa situación.
Este escenario no solo refleja la debilidad de un gobierno seccional; también refleja un problema conductual de los ecuatorianos como sociedad. Se ha puesto en evidencia que estamos manejando una concepción errada de lo que debe ser el esparcimiento porque con lo ocurrido se visibiliza que los ecuatorianos estamos viendo la destrucción como parte de la fiesta y de la diversión: allí se evidencia un problema social.
Pensar que el estado en que quedaron las playas de salinas fue consciente y que quienes lo provocaron sabían que se quedaba la playa en destrucción espeluzna a cualquiera porque es una fotografía de los antivalores de nuestra sociedad moderna: falta de empatía total con el medio ambiente en su conjunto; desapego al orden y al cuidado de los bienes públicos e irrespeto a la autoridad en toda la extensión de la palabra.
Lo ocurrido en Salinas debería ser el pretexto para plantearnos mejorar nuestras formas de convivencia entre nosotros y rectificar nuestra manera de relacionarnos con los espacios públicos. Por ahora, la foto de Salinas nos ha mostrado una sociedad indolente con el medio ambiente, con los demás ciudadanos y con los bienes de todos. A la vez nos marca el desafío de trabajar desterrando estas prácticas vergonzosas, porque el respeto a los espacios públicos también es ser buen ciudadano.
Ruth Hidalgo es directora de Participación Ciudadana y decana de la Escuela de Ciencias Internacionales de la UDLA.
Es lamentable , y preocupante , como HOY X HOY L DECADENCIA DE LA SOCIEDAD GUAYAQUILEÑA SE VIENE demostrando , en todos los aspectos , la pérdida de valores impuesta por un gobierno corrupto , tiene mucho q ver , hoy nuestros jóvenes creen en hacer dinero fácil , antes q prepararse, el q no se aprovecha de un puesto o cargo público es gil , o el famoso roban pero hacen obras , como justificativo ; espeluznante . DEBEMOS IR AL RESCATE DE ESOS VALORES PRINCIPIOS Y CIVISMO , Todos los q nos creemos ser buenos padres , buenos abuelos , buenos vecinos , buenos patrones , buenos amigos , BUENOS PARA ALGO , urgente o se unde la nave , hoy al garete , eso sumado A LA AUSENCIA DE DIOS , q hoy también nos quieren arrebatar , combinación mortal , DIOS NOS LIBRE Y FAVOREZCA DE ESTA ÚLTIMA PODREDUMBRE Q NOS TOCO X 10 años y q esperemos q Moreno reaccione YA , o el Capitán se unde con el barco , misericordia DIOS. !!! Y tu justicia DIVINA INFALIBLE .
No solo en Salinas sino en todos los sitios del país donde las hordas de” turistas” arrasan con todo lo que pueden, similar a las hordas de Octubre, dejan destrucción, suciedad y muerte por accidentes, hasta el próximo feriado que repetirán y con mejoras la barbarie de fin de año.
EN GRAN MEDIDA, LO OCURRIDO OBEDECE A UN MOVIMIENTO MIGRATORIO TEMPORAL POR FERIADO, AL CUAL CONCURREN MILLARES DE PERSONAS ESPECIALMENTE DE LA SIERRA Y SECTORES SUBURBANOS DE GUAYAQUIL, QUE VAN CON LA IDEA DE DISFRUTAR DE EXCESOS EN ALCOHOL Y SUSTANCIAS, POR EL POCO CONTROL POLICIAL QUE EXISTE DESDE HACE MUCHO TIEMPO EN ESTOS BALNEARIOS DE SANTA ELENA.ESTOS EXCESOS LOS VEMOS SEMANA A SEMANA EN MONTAÑITA, DONDE UNA MAFIA SE LUCRA CON UN DESCARADO, ABIERTO Y PERMISIVO COMERCIO DE ALCOHOL Y DROGAS HAN PRODUCIDO TRAGICOS EPISODIOS DE VIOLACIONES SEXUALES A JOVENES TURISTAS EXTRANJERAS QUE INCLUSIVE TERMINARON EN ASESINATOS. ESTE TAMBIÉN ES EL RESULTADO DE INEXPERIENCIA E INOPERANCIA DE LAS AUTORIDADES MUNICIPALES, QUE FUERON ELEGIDAS EN FORMA DUDOSA, ÚNICAMENTE POR PERTENECER A GRUPOS PILITICOS QUEVSE HAN CONVERTIDO EN DUEÑOS DE LA PROVINCIA Y QUE FORMAN PARTE DEL “EQUIPO DEL LLEVE” DEL EMPERADOR CISNEROS.
Debe haber un trabajo conjunto entre las autoridades de turismo,los hoteleros y los municipios para que la gente no bote basura.Ningún Alcalde en el Ecuador ha liderado una minga para recoger basura en los parques.El Ministerio de Educación ? Bien gracias. Como ecuatoriano me da mucha pena ver los sucios que son los compatriotas.Pensar que hay países en el mundo donde no hay basureros porque no se necesita.La gente sencillamente no ensucia.Será esto posible en el Ecuador? Tal vez en 100 años.
Es una pena, que ciertas personas no sepan comportarse bien en un espacio publico,
como una playa, por este motivo no acostumbro, visitar las playas en los feriados.
Lamentablemente, las autoridades y el personal que debe controlar la afluencia de gente,
no estan preparados, para estos actos.
Completamente cierto que lo sucedido en Salinas es la foto de lo que ocurre en nuestra sociedad. Es deprimente ver a nuestra juventud que, en casi todo el país, se ha dedicado al consumo de alcohol y otras sustancias; se los ve en cualquier lugar, calles, parques; y no en grupos pequeños, por cientos; y no solo los varones sino también las chicas (¿equidad de género?). Y muchos terminan tendidos en las aceras, ¡qué lástima!. Y a esto se suma la violencia: hordas atacando a la policía, vigilantes; no los obedecen. Y en esto están también los vendedores ambulantes. No hay orden ni respeto a la autoridad. Y también infractores de tránsito, los “entroncados”. La basura echada en cualquier sitio, inclusive amontonada junto al recipiente colector, ciudades completamente sucias; para los extranjeros que nos visitan es lo primero que les llama la atención. Les he oído decir. ¿Eleva nuestra autoestima? ¿Hacia dónde caminamos? El Ec. Jaime Carrera señalaba en otro también buen artículo de 4-P., que en Japón, la limpieza es parte del currículo escolar, de tal forma que el aseo se ha convertido en hábito que distingue a los japoneses. Claro, para ellos el HONOR está por sobre todo, inclusive la vida; prefieren la muerte antes que la deshonra. En nuestro país, irrita ver que posibles delincuentes que la Justicia los marca con un grillete electrónico para saber dónde andan lo toman como “señal de dignidad”. Funcionarios públicos que tienen problemas con la Justicia desempeñando cargos con todo el descaro. ¡Y más bravos!. La solución para evitar la extinción de nuestra sociedad, es la educación de nuestros niños; pero para romper el círculo vicioso, empezar por la enseñanza de conductas básicas a los maestros primero; y más arriba, las autoridades educativas que están en el vértice de la pirámide deben ser aquellas que tengan mística, visión de patria y no improvisados que llegan a cargos de tanta importancia sólo por tener una “chambita” en qué ganarse la vida. La labor de concienciación que Uds. los 4-P realizan es loable. ¡Adelante!.
Doña Ruth su optimismo de poder cambiar hábitos de una mentalidad que no evoluciona desde siglos antes que Darwin emitiera su Teoría sobre la evolución de las especies no es realista.
No es posible arar en el mar.
No es posible extraer agua de las rocas.
No se puede esperar que la mentalidad de esa mayoría resentida social, llena de envidia y odio que desgraciadamente elige y tumba presidentes cambie.
Seamos honestos, reconozcamos y aceptemos que la mayoría de los “educadores” están en la profesión porque es un medio para ganar el sustento diario y no todos tienen la preparación, el sentido común y el compromiso de formar futuros buenos ciudadanos.
Reconozcamos que sin educadores que reúnan requisitos mínimos y tengan el compromiso patriótico de educar a ciudadanos para que sean responsables.
Todo educador que no está capacitado y comprometido con su vocación debe buscar otra fuente de ingresos conforme a sus habilidades.
Lo que es todos no es de nadie, reza el refrán. Lo que se necesita es una política “autonomizadora” de lo comunal, hay que dar más responsabilidades a las autoridades locales para que de forma autónoma implementen medidas de protección, exclusión y conservación de las áreas comunales como las playas. Algo así como se hace para la protección de las áreas forestales. En otras palabras, tener guardias playeros que prevengan el daño y multen a los infractores bajo una organización autónoma, separada del gobierno central. Pensar en que la educación resolvería el problema me temo que es una utopía.
Muy penoso y vergonzoso definitivamente , estuvimos en Salinas unos días antes con mis hijos pequeños y lamentablemente fuimos testigos los 4 días q estuvimos , como gente que aparenta una cierta instrucción educacional y posición social dejaban sus desperdicios sin ningún cuidado.. entonces desde luego q ante una avalancha de gente eufórica por la celebración de fin de año u otra ocasión cualquiera iba a resultar en ese triste espectáculo.
Es una verdadera pena pero nuestra sociedad en su conjunto no tiene la educación necesaria aún para comportarse .
Comenté esto con un conocido de la zona y me dijo: “¿cuál es el problema? Eso es normal”. Vaya, el caso es realmente grave. La falta de conciencia da lugar al cinismo y a la indiferencia que terminan por “validar” un comportamiento claramente destructivo. A este paso llegaremos a “normalizar socialmente” las acciones criminales en pocos años.
Este es un problema que desde hace mucho se daba en Salinas; un municipio sin presencia ni iniciativa para dictar normas de uso de la playa que llevan todo y de todo, tomada por vendedores ambulantes y de alquiler de carpas, sin presencia de policía municipal ni nacional y si están son ciegos de conveniencia, sin presencia ni acción de la policía, que solamente se pasea en sus camionetas; sin planificación o al menos sin evidencia de un plan coordinado entre las autoridades y una Gobernación sin acciones privativas para todas las playas y no solo Salinas.
La única forma de evitar el horror de Salinas es cerrar el acceso al lumpen destructor, caotizante y vandálico, de forma similar al blindaje de Guayaquil en Octubre ya que eran las mismas hordas con los mismos sujetos/as. Es posible ? No, entonces estamos condenados a la destrucción irremediable de nuestro medio y no es cuestión de falta de planificación o gestión, es que no existe la tecnología para introducir dos neuronas en el coco vacío de los” turistas”.
TOTALMENTE FALSO. EL comportamiento humano es impredecible. Esta demostrado hasta la saciedad que una sociedad educada no produce ciudadanos ejemplares. SI asi fuese entonces Estados Unidos y algunos paises de la Union Europea serian la materialización pura de la convivencia humana. Pero no es asi, en esos paises vemos a diario ataques contra otras personas porque no son blancos, no hablan ingles o simplemente pertenecen a una religion no católica, por no decir que son judíos.
Y ojo, estos paises han vivido episodios de destrucción masiva horripilantes teniendo a la lucha racial como elemento conflictivo. Despues de tanto tiempo por que sigue habiendo estos comportamientos? Los sistemas educativos europeos o norteamericanos se han modernizado incorporando elementos de democratización, asi como valores de convivencia con otras culturas. Entonces, cual es la falla?
No esta en el sistema educativo, sino en la naturaleza humana donde conviven elementos reparadores asi como elementos destructivos. Partiendo de esa base no se esta sugiriendo que se elimine la educación, se debe seguir insistiendo y masificando un modelo de enseñanza que sea moderno y útil para la convivencia. Pero tambien la fuerza publica debe tener mas elementos de disuasión. Se deben modernizar los sistemas de monitoreo. La policía y en general la fuerza publica deben tener equipos de ultima generación para controlar los excesos de la sociedad, que no es un mal ecuatoriano, sino mundial.
No sigamos con explicaciones causales y deterministas que solo eluden la verdadera naturaleza del problema.
Brillante descripción de estos males sociales: basura, desorden, irrespeto por lo ajeno, daño ambiental. Muestra también, los “complejos” de una sociedad que, de la mano de una tan cacareada inclusión (término eufemístico tan de moda en los casi 13 años de robolución ciudadana), que permitió a hordas completas de acomplejados, acceder a espacios públicos que antes creían vetados, no tanto porque exista una norma expresa al respecto, sino más bien, porque su automarginamiento al ver personas que intuían de otro nivel social, algo en su interior les aconsejaba no acudir a esos lugares “pelucones” como la playa para despedir el año. Insisto, no había una norma expresa, pero, llegó la dichosa inclusión correana y el perro, el gato, el ratón, la hormiga, el elefante y toda la fauna urbana (con y sin billete, pero obviamente sin mucha cultura), prevalida de un empoderamiento en supuestos derechos y conquistas históricas (más no en obligaciones) va y hace lo que le viene en gana en cualquier parte a donde acuden. Y si les reclamas que no rayen, pinten, destruyen, arrojen, orinen, defequen, desbaraten, desordenen en equis o ye lugar, se transforman en las bestias acomplejadas que siempre fueron y prepárate para los consabidos insultos que su mentor, el prófugo de Bélgica les enseñó cual catecismo sabatino durante diez años. Lo mínimo que te dirán es: pelucón, sufridor. Digo lo mínimo, porque si las palabras mataran (bueno, sí matan a su manera), muchos a los que nos duele la naturaleza, a los que nos preocupa no incomodar ni irrespetar el derecho ajeno, ya estaríamos sepultados en una playa olvidadamente pelucona.