Exultantes: así se vio a los ministros que estuvieron con Lenín Moreno en Washington. Ciertamente el gobierno puede mostrar como un logro tener de nuevo abiertas las puertas con Estados Unidos para establecer acuerdos comerciales, de defensa, de cooperación económica y de formación de profesores y policías. En los hechos, Ecuador retoma un camino que abandonó con el gobierno de Rafael Correa. Y eso no hace más que subrayar el tiempo perdido y los costos de decisiones irresponsables inspiradas en meros prejuicios ideológicos. A la vez indica el atraso acumulado por el país y las tareas que impone a los actores políticos y económicos para tratar de concretar esos acuerdos, y otros, en el menor tiempo posible.
Esto implica una estrategia interna que empieza por la forma cómo se comunica lo que acaba de ocurrir en Washington. Dos líneas se perciben en este punto. Uno: dar por sentado lo que por ahora son solo promesas, encaminadas es cierto, pero sin resultados concretos. “Hemos logrado más empleo, más comercio –se dice en la cadena oficial-. Avances en educación y lucha contra la corrupción”. Dos: una actitud absurda de poner el énfasis en la persona de Moreno y no en las coincidencias (políticas, geopolíticas incluso humanas) que explican el acercamiento con Estados Unidos. Ivonne Baki, coprotagonista de lo ocurrido, es la que mejor expresa, pero no la única, esta línea: “Tenemos un presidente que todo el mundo admira –dijo a El Comercio-. Eso es lo que tenemos que entender en Ecuador. Ya no hay que criticar (…). La suerte que tenemos de tener un presidente y una primera dama que están haciendo todo por el Ecuador con dedicación, con pasión, con desinterés”.
Ni hay resultados por ahora (lo cual es obvio) ni esto depende de la admiración por el Presidente (que es más un supuesto de la propaganda oficial que un dato de la realidad). Lo primero es vender la piel del tigre antes de haberlo cazado; lo segundo es una muestra de agradecimiento pueblerino que riñe con la evaluación mundial que pudiera hacerse de la figura presidencial. Las dos líneas son inadecuadas no solo para evaluar ante los ciudadanos lo que ocurrió en Washington sino para promocionar internamente las medidas que se requieren para dar cuerpo a los acuerdos.
No se ha logrado más empleo ni más comercio. Con lo que ha hecho el gobierno (y lo que queda por venir) se podría lograr más empleo y más comercio, pero sujeto a condiciones. El gobierno, en vez de promocionar los beneficios de haber revertido una situación absurda creada por el correísmo –y estaría en su derecho- da por hecho promesas que pueden -o no- materializarse. Lejos de aliviar la situación, esto entrega gasolina a aquellos sectores sociales o críticos que impugnan la falta de resultados. El gobierno, además, se echa encima (por querer capitalizar para sí el viaje) las tareas de sacar adelante estos acuerdos sin lanzar el reto normal en este caso al país: no habrá resultados sin el concurso de otros actores políticos. El acuerdo comercial, por ejemplo -si se da- debe ser rubricado por la sociedad política en la Asamblea Nacional.
Una vez más el gobierno prueba, en materia de comunicación, ser rehén de la matriz correísta: promocionar los hechos como si fueran producto del azar y no de procesos que, para producir resultados, deben ser coherentes y sistemáticos. Y poner el acento más en la figura del Presidente que en los contextos en que se inscribe su acción y el país. Se apropia de la pelota en vez de repartir el juego. Resultado: el gobierno de Moreno no ha hecho entender a la sociedad por qué dejarse guiar por la ideología, y no por el sentido común, destruye oportunidades comerciales, empleos e inversión. Ese es el bache que tuvo Ecuador durante 14 años. Si hay un mérito del gobierno Moreno, en este capítulo, es haber vuelto al sentido común y a la realidad. Eso es lo que deberían estar explicando y mostrando el entramado que lo hizo posible, en vez de dar por sentado lo que aún no existe y requiere muestras de responsabilidad de toda la sociedad para que se concrete.
Foto: Presidencia de la República.
Si el gobierno ofrecería un esquema de planificación, por el cual el Estado Norteamericano nos permitiese pensar que en los próximos diez o más años de actividad económica conjunta entre empresas ecuatorianas y norteamericanas, incremento de ventas de productos nacionales, nuevas inversiones mineras y petroleras, pesqueras o frutícolas de escala, para cubrir el des-encaje de cien mil millones de dólares que necesitamos para pagar la deuda pública y el déficit presupuestario y además sus sistemas de análisis financiero nos permitirían recuperar el dinero usurpado por la corrupción del gobierno de Correa, solamente ahí se podría pensar que el viaje a Washington habría sido fructífero.
Las encuestas de CEDATOS, marcan la popularidad menor que el 30%, si este indicador significa que todo el mundo le admira al Presidente, alguien está ciego, la Baky que está aterrizando en el puesto, Roldan que quisiera que todo sea mejor que hoy, o el Presidente que no logra convencer a los ecuatorianos que su accionar responde a su sentido común autónomo y que no le manda el dueño del ático en Bélgica. Quizás creer que un viaje de aventura entrega resultados concretos significa vivir “fuera de foco”, lo real es que se fue de paseo y que lo que consiguió “muchos ofrecimientos” deben ser concretados mediante acciones en donde la pequeña, mediana, y grande industria sumen sus fuerzas para poder competir en un mercado que se puede ampliar¡¡ si logran trabajar en acuerdos que aterricen en tierra. Y esto en el país está lejos de ser una realidad porque al común de los mortales le interesa los feriados, lo fácil, deber y no pagar, coger de las fuentes que no son del Estado (IESS), endeudarse a diestra y siniestra y hacer política desde los sueños. Sino miren los resultados de diálogos, de acuerdos nacionales, de nuevos decretos entre el PNUD, sector indígena y el Gobierno, en todos ellos cero resultados y el país estancado, todos haciendo el menor esfuerzo, ventas ambulantes por todo el país para sacar la comida del día, y los niveles de pobreza, suciedad, desorden, corrupción, irresponsabilidad campean en el país bonito.
Moreno, más perdido que avión en el triangulo de las bermudas, como ya se puso en una publicación anterior, Moreno es un estúpido, a mi pobre Ecuador le sucede las peores cosas, de un gobierno corrupto como el de Correa, pasamos a un gobierno de quizás el hombre más inepto, que ha nacido en el Ecuador, inepto que ha mantenido en los mandos altos y en los mandos medios a todos los Correistas, sin que nada haya cambiado. Ojala haya personas que para las próximas elecciones piensen su voto y voten por principios y valores y no por listas que en nada ayudaran al país.
¿Recuerdan quién dijo que allí donde todos ven un terreno aplanado, él veía una refinería? Casi, casi por el mismo camino están transitando los publicistas oficiales. Allí donde se vio abrazos y sonrisas porque las normas protocolares así lo exigen -y el encanto de doña Melania lo amerita-, quieren que veamos los dos millones de empleos, superávirt en el intercambio comercial, “chapitas” made in USA, y de “yapa”, todos hablando Inglés C1 (por lo menos).
¿Será posible tanta belleza?
Muy buen análisis… Moreno y sus transformers, en su afán por subir su aceptación y popularidad, olvidan que la carreta va detrás de los caballistas y no delante…
Extraordinario análisis, señor Hernández, la atosigante propaganda que Moreno hace de sí mismo, como único artífice de una bonanza que está por verse, es un calco bien logrado de la del prófugo de Bruselas, después de todo, ambos fueron lo mismo.
En el acápite de la lucha a la corrupción, Moreno nos queda debiendo a mares.
Pudo aprovechar ese viaje para tratar de obtener ayuda técnica para la labor de la fiscalía con miras a repatriar los miles de millones del atraco correísta, junto a los criminales que están muy orondos en ese país, pero no lo hizo, en su lugar, ha ubicado al país como mero espectador del apoderamiento de esos recursos que ese país ha hecho en su favor de los dineros atracados en Ecuador, como lo es el caso de los delincuentes que devastaron Petroecuador, pero los criminales: Polit, Bernal, Solís, etc. ¡¡Bien gracias!!
Felicitaciones; un muy buen análisis. La euforia desplegada por el presidente y su comitiva me parece exagerada, como que quieren convencernos que “ya se hizo la luz”. Se dieron la mano con míster Trump y basta. Por lo mismo, hay que seguir las recomendaciones de la Sra. Baki: ya no hay que criticar. Creo que esta es la intención, que no molesten al buen presidente que tenemos (que todo el mundo admira, y nosotros, qué mensos…). Pero, en la realidad, hay que esperar otros sucesos para que los acuerdos con los EE.UU. se hagan efectivos. Si miraran desde este punto los de la caravana, serían más recatados porque los resultados aún son inciertos. Lo que sí ya pueden llegar son los profesores de inglés, pero el resto, “tranquilo, mi loco, tranquilo, que hay que ver pa’ creer”.
El Licenciado quiere presentar como un gran logro algo que debió hacer en cuanto anunció al país que no había la tal ” mesa servida “. O cuando su canciller poetisa ensalzaba la dictadura Madurista.
Muy objetivo análisis sin duda. Pero estas cadenas baratas no se si dan chiste o rabia o que. Lo que si es cierto como el badulaque a punta de cuentos sigue ganando tiempo. Y según el no sabe cuando largarse, como será de bueno el negocio de “administrar” el país que no sabe cuando irse. Simplemente una raya mas al gato con lengua de tigre. Puro cuento nomas como el millón de empleos, los miles de casas, la cirugía contra la corrupción y etc, etc amén. Tarea de pillos de la misma banda con diferente disfraz nada más.
Y el espantoso y abultado aparato burocrático? Y la recuperacion del dinero robado que está depositado en paraísos fiscales, obra de la RC? No se dice ni pio…
El gobierno Morenista da por hecho el cacareado: “yo te ofrezco, busca quien te de”, Roldan se esmera en parecer el vendedor (en este caso el comprador) de ilusiones.
Acuerdo comercial con USA……. Ecuador compra todo, y que vende?, un poco de: petróleo, banano, flores, cacao y atún, como siempre, al precio acordado por USA.
Estimado José, me asombra su ingenuidad? Ud cree en verdad que los que ahora comen de la mano del improvisado van a decir la verdad y sólo la verdad como en un juicio americano?? Jajaja, como decíamos de muchachos: “primero veo volar un burro”.
Mucho cuento y casi nada en concreto nos ofrece el Gobierno y sus voceros. Ya lo hizo, en su tiempo el ex Ministro Campana y otros ex funcionarios de alto nivel, luego de sus largos y continuos viajes, a su retorno venía cargado de ofrecimientos y grandes inversiones que, a la postre, no eran sino promesas. Esta infinidad de periplos debieron haber costado inmensos recursos económicos al erario nacional. Ojalá, en esta ocasión, sea diferente.
Pobre hombrecito el Lic. presidente, todavía no se ha de lavar las manos.
La estrategia de comunicación que mantiene heredada del gobierno anterior le juega totalmente en contra, porque vive en las nubes, pinta un paraíso, se pintan una tarea de inútiles como grandes gestores de cambios, y la realidad es muy clara, por lo que lo que produce es un total repudio por parte de la gente.
Que podemos hacer en las próximas elecciones porque díganme habrá todavía en algún lugar del país alguien en verdad honesto en quien confiar o quizás Ecuador está condenado a tener siempre gobiernos corruptos creen que este este círculo vicioso terminara algún día.
Nos venden ilusiones y no realidades.El Ecuador esta’ sobreviviendo con deuda pública e impuestos.Estamos en franco estancamiento económico.La perfecta igualdad solo existe en la miseria.Los economistas que manejan la cosa pública parece que han estudiado la fórmula del desastre.La buena economía sirve para que las familias vivan mejor y sin angustias. ¡Ojalá la virgen y Mr Trump se apiaden de este sufrido pais.