Ahora sí Balda secuestró a Correa

Si hay algo de lo que Rafael Correa se arrepentirá hasta el último de sus días es de haberse granjeado la enemistad de Fernando Balda, el momento en que ordenó secuestrarlo en Bogotá. Correa no imaginó que ese adversario suyo, más bien opaco y en aquel entonces un político de muy poca monta, terminaría convirtiéndose de secuestrado en su secuestrador.

Pues sí, durante su rueda de prensa del pasado martes 3 de marzo, Balda dejó sentado que posee tanta información sensible sobre Correa (lograda por otros que lo espían y lo graban) que no es descabellado afirmar que tiene en sus manos al menos una parte del destino de quien alguna vez quiso ser dueño del suyo.

Balda, en la rueda de prensa que dio con dos diputados españoles de Vox, divulgó un video preparado por él en el que se destapa información altamente comprometedora para el ex presidente a partir de una serie de audios y chats que Correa y su ex secretario de Inteligencia, Pablo Romero, tuvieron con Julia Angulo, una correísta residente en España que, hasta ahora, era una de sus personas de mayor confianza.

Si el contenido de la información es comprometedora para Correa, más aterrador aún debe ser para él saberse espiado y grabado y que ese material termine en manos de una persona que ha jurado destruirlo políticamente. El material, además, fue conseguido, al parecer, gracias a la decisión de entregarlo de su hasta ahora amiga y confidente Julia Angulo. Esto debe agudizar en Correa la profunda crisis de confianza que ya tenía en quienes lo rodean.

El material que presentó Balda consiste en las comunicaciones que Correa y Romero, por separado, tuvieron con Angulo quien aparece como la intermediaria de una estrecha relación entre ambos. Los audios y chats filtrados son, básicamente, mensajes que Correa le envía a Angulo para que los pase a Romero y viceversa.

Del contenido de los mensajes se desprende una idea principal: Correa estaba dedicado con persona y dinero a gestionar, por todos los medios posibles, que Pablo Romero no sea extraditado al Ecuador, donde la justicia lo quiere procesar por el secuestro a Balda y su gestión en la Senain. Correa, como queda expuesto de forma cruda en los mensajes, no solo que ha pagado ciertas expensas de los abogados de Romero sino que ha hecho gestiones o dice haber hecho gestiones con Pablo Iglesias, actual vicepresidente del gobierno español, para conseguir que Romero no sea extraditado. “Acabo de hablar con Pablo Iglesias y me pide que le envíe una ayuda memoria sucinta sobre el caso del vecino”, se le escucha decir a Correa en uno de los mensajes enviados a Angulo.

Cuando aparentemente las gestiones de Correa con Iglesias no dan resultado, entonces parece cundir la desesperación: “Solo le queda la isla o Venezuela”, le dice Correa en su mensaje a Angulo. Las comunicaciones eran hechas en gran parte con nombres cifrados, lo que le da un tono de película sobre mafiosos: Correa llama “vecino” a Romero y éste a su vez se refiere a su ex jefe también como “vecino”.  Hay otros nombres cifrados que se citan: la madre de Nadia, El Mayordomo, El Soviético, La Princesa… Como en cualquier capítulo del Cartel de los Sapos.

Uno de los temas al que más se refieren Correa y Romero es el de los abogados. Por un lado, están las comunicaciones sobre cómo pagar tal o cual trámite y, por otro, las indicaciones sobre dónde hacer los depósitos para los pagos. “Un buen amigo me regaló 25 mil dólares que lo acepté como préstamo”, se le escucha decir a Correa en un audio donde se queja por las dificultades que dice tener para conseguir el dinero. En algún momento hace consultas sobre si se podría hacer una fundación para recoger fondos para la defensa de Romero y en otro informa que ya hizo un transferencia de 7 500 dólares para que Angulo pague a uno de los abogados. En resumen, mantener a Pablo Romero lejos de la justicia ecuatoriana ha sido para Correa un objetivo tan prioritario que decidió financiarlo con su dinero.

Hay cosas curiosas en los audios. Por ejemplo, el tono con el que en ciertos momentos Romero habla de su “vecino”. Se le escucha riéndose con cierto son de burla del ofrecimiento que Correa aparentemente le hizo para facilitar su fuga de España, gracias a la ayuda de unos “amigos” que tienen unos barcos. “A mi también me dijo: yo tengo unos amigos que tienen unos barcos, jajajaja !qué loco! jajaja”, dice con gran complicidad el ex secretario de la Senain a Julia Angulo.

En sus esfuerzos por salvar a Romero, se escucha también a Rafael Correa gestionar entrevistas en el Ecuador -cual relacionista público- con su ex secretario nacional de Inteligencia. Con Francisco Herrera de Ecuadorinmediato descarta que se pueda hacer algo porque dice que Romero no lo llamó cuando Herrera esperaba su llamada y anuncia que llamará a Orlando Pérez para que lo entreviste. “Pablo es un gran expositor”, afirma el ex presidente. Los intercambios de mensajes permiten ver que los equipos de abogados de Romero y Correa estaban en constante contacto. Incluso en uno de los audios se le escucha a Romero decir que su abogado en el Ecuador, Stalin Oviedo, estuvo en Bélgica reunido con los abogados de Correa y con él.

Balda hace énfasis en el tema de los depósitos y de los fondos de los que se hablan en las comunicaciones.  Por lo que se ve en el video, Balda logra conseguir una fotografía del celular de Correa luego de que hizo una transacción bancaria: ahí se ve el número de una cuenta suya en el ING Lyon Bank. También incluye en el video los chats en los que se ve que para pagar a los abogados de Romero hace transferencias no solo Correa sino también una persona cercana a Ricardo Patiño y el propio Romero. Balda, sin embargo, extrapola datos de forma antojadiza para decir que Correa gasta 60 mil dólares mensuales. Para llegar a esa cifra, suma lo que en algunos chats y audios se ve que gasta en el tema de Romero, lo que no necesariamente significa que esos sean sus gastos regulares cada mes. De la misma manera, anuncia haber encontrado la ruta del dinero de Correa: en realidad solo hay un número de una cuenta sin movimientos o saldo.

Balda logró, gracias a sus opacos contactos y relaciones en el extranjero, conseguir una información que deja mal parado a Correa, no solo por su ostensible interés por salvar a Romero de la extradición sino por su retorcido manejo de los fondos que tiene para financiar ese objetivo. “Hay manos generosas -dice en un chat- que nos están ayudando”.

La veracidad de la información, hasta ahora, no ha sido objetada ni por Correa ni por sus partidarios. En su cuenta de Twitter, el ex presidente se ha limitado a deslegitimar a los diputados españoles de Vox que se presentaron en la rueda de prensa de Balda (Vox investiga en España las posibles relaciones de Pablo Iglesias con Correa y los gobiernos bolivarianos de la región) diciendo que son de extrema derecha y afirmando varias veces que “son enemigos de nuestros migrantes”. En ningún mensaje del ex presidente niega la veracidad de los audios y los chats, mientras partidarios obsecuentes suyos dicen que se ha violado el derecho a la intimidad del ex presidente. Ni Correa ni ningún correísta ha negado la veracidad de la información de Balda.

La reacción de los correístas a la denuncia permite corroborar que la información Balda la consiguió gracias a la decisión de Julia Angulo de delatar a Correa. Es evidente, además, que todos los audios y chats provienen del teléfono de Angulo.

Así, ahora en vez de uno, Correa tiene dos pesadillas. Una, en la Corte Nacional de Justicia donde enfrenta el proceso por el caso Sobornos. La segunda, por el secuestro a Balda y por lo que Pablo Romero pueda decir sobre ese episodio y sobre el manejo de la Senain.
Correa, es muy probable, estará cuestionando su decisión de secuestrar, en 2012, a un adversario que, de no ser por aquello, ahora no tendría ninguna relevancia ni estaría pensando en ser candidato a la Presidencia de la República.