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El regalo envenenado de Correa a Nebot

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En plena crisis del coronavirus, Rafael Correa no pierde la oportunidad de promocionar su deseo más ferviente en este momento: un golpe de Estado en Ecuador. Esta vez quiso unir a su causa a Jaime Nebot, pretextando la falta de liderazgo del gobierno de Lenín Moreno en la lucha contra el coronavirus.

Correa no da puntada sin dedal. Esta vez usó el miércoles 8 de abril –con su total acquiescencia- a una periodista colombiana que, en su presencia (porque lo ha entrevistado algunas veces), se conforma con el triste papel de cheerleader. Vicky Dávila juega a ser una hoja en blanco. Ante su audiencia no esgrime, y no le importa, una sola información sobre la realidad del Ecuador. Ni sobre lo que ocurrió en la década de Correa ni sobre la herencia que dejó ni sobre lo que ha pasado en el gobierno de Lenín Moreno.

Otra vez ella no contextualizó, no puso incómodo a su invitado, no hizo de abogada del diablo: se compró el libreto de Correa y, sin nada que cotejar, se dedicó a poner los intertítulos del monólogo al cual Correa está acostumbrado. Para él seguramente ella es una gran periodista: asumió que el juicio contra Correa es un complot de la Justicia y de Lenín Moreno. Se sorprendió de que con esta condena lo dejen sin derechos políticos durante 25 años. Le pidió que diga algo sobre esa justicia que “se presta para un complot de estas características”, que “se presta a confabularse con un gobierno” y que “se presta para condenar a un inocente”. Lo dejó decir sin chistar que hubo fraude procesal en su juicio y que la democracia se acabó hace rato en Ecuador, como el estado de derecho. Le permitió echarse flores por la Justicia maravillosa que había en Ecuador desde la reforma en 2011; tan maravillosa que había fila de países que venían a aprender. El colmo: lo dejó decir –como si la comparación cupiera- que en su gobierno se hacían escuelas del milenio mientras que ahora se construyen fosas comunes. Vicky Dávila causó vergüenza ajena hasta el final de la entrevista -de cerca de 40 minutos- cuando pidió a Correa que lleve sus saludos a su mamá. Con tanto afecto, todo se entiende…

Ese es el contexto en el cual Correa invitó a Nebot a unirse a su golpe de Estado. Por supuesto, ahora esgrime un pretexto, porque Correa siempre tiene uno para estos menesteres: el coronavirus y la desorganización y falta de liderazgo -bien reales- del gobierno nacional. ¿Su remedio? Que Moreno y su gobierno den un paso al costado, que permitan “una sucesión constitucional” de gente con liderazgo. Él apoyaría a un líder como Jaime Nebot, que es de derecha, pero “tiene experiencia y tiene liderazgo”. Sucesión constitucional dijo, cuando Nebot en forma alguna figura en el organigrama institucional.

El anzuelo se antoja demasiado burdo como para que Nebot lo incluyera en el menú político que podría llevarlo a la Presidencia. Se trata sin duda de un regalo envenenado. El líder socialcristiano le respondió ayer: “¡Nunca he llegado, ni llegaré jamás, al ejercicio de la función pública por la ventana, sino por el voto popular obtenido democrática, constitucional y legalmente!”. En claro, Nebot rechazó unirse a la aventura golpista de Correa, justificada por él por la necesidad de luchar contra el coronavirus. De un golpe, el ex alcalde de Guayaquil invalidó el mecanismo (golpe de Estado) y la coartada usada por los correístas (gobierno de unidad sin Moreno supuestamente para enfrentar la pandemia) para sacar al gobierno como sea. Basta ver este texto de Kintto Lucas. En él, el ex vice canciller de Correa incluso toca las puertas de los cuarteles pero, claro, dice que no quiere un golpe de Estado. Se entiende mal cómo no puede haber golpe si al tiempo afirma que el nuevo gobierno debe integrar militares “que siguen teniendo una postura nacionalista, digna, contraria a la del actual Ministro de Defensa”.

En octubre, Correa ensayó el golpe con los indígenas, a quienes reprochó luego no haberlo dado. Ahora quiso enrolar en sus planes (como si fuera niño de pecho) a Jaime Nebot. Seguramente también pensó golpear las puertas de los cuarteles, pero no vio viabilidad como lo deja presumir el texto de Kintto Lucas. “Lamentablemente hoy hacen falta militares como Carlo Magno Andrade, Miguel Iturralde, Rodríguez Lara o Paco Moncayo”.

Nadie duda de que el gobierno se ha hecho acreedor a muchas críticas por el mal manejo de la crisis económica y ahora del coronavirus. Pero en ningún país, y eso incluye al Ecuador, a nadie se le ocurre –salvo a los correístas– que un virus tan peligroso se combate cambiando de gobierno. Es obvio que el afán de Correa no es combatir el coronavirus: él necesita el caos para licuar sus problemas con la Justicia. Hasta ahora la realidad ha sido adversa a sus deseos. Y su llamado fallido a Jaime Nebot prueba que está más solo que nunca.

Foto: Metro

45 Comments

  1. El Ecuador necesita lideres que en verdad trabajen y velen por el bienestar de sus mandados no solo por la obtención del poder y todo lo que conlleva. En este caso si se tendría que cambiar de mandatario Rafael Correo debería ser el menos indicado para ocupar ese lugar debería tener un poco de ética social y ya no intentar más perjudicar el país

  2. En este momento en que nuestro País y el mundo entero se encuentra en una guerra en contra de la naturaleza no podemos seguir en discursos y discusiones políticas.
    El distanciamiento entre Moreno y Correa se ha evidenciado tambien en los ataques publicos que ambos protagonizan.
    Lo mas importante ahora es saber como manejar y sobrellevar las crisis por las que estamos pasando tanto como salud economica y social.

  3. Sr. Hernández

    Usted es prestigiado por su supuesta capacidad de análisis imparcial, ¿en verdad asume que la justicia es imparcial y no está complotada contra el ex presidente Correa? Si pudiera ser puntual y escueto en su respuesta, sería de gran valía.

  4. El ex presidente Rafael Correa es un oportunista, que está pendiente de la más mínima oportunidad que se le presente, para tratar de orquestar un golpe de estado y tumbar la democracia del país, claramente sus intenciones son las de volver al poder, colocando alguno de sus títeres políticos que hacen lo que él ordene. Pero las intenciones de Correa no es sacar al país de la crisis en la que se encuentra , su intención es la de volver a manipular los poderes del estado y desparecer todas las acusaciones a las que se enfrenta, volver a meterle mano a la constitución y perpetuarse en el poder que es los que anhela. Y la forma en la que intenta conseguirlo es penosa, agarrándose de cualquier rama. En esta ocasión trato de hacer caer en su juego a Jaime Nebot viejo lobo de la Política (mucha experiencia) el cual obviamente no se ensucio con el lodo del que está embarrado nuestro querido ex presidente

  5. En este momento en que nuestro País y el mundo entero se encuentra en una guerra en contra de la naturaleza no podemos seguir en discursos y discusiones políticas, los problemas del expresidente Rafael Correa y sus intentos por retomar las riendas no deben ser de importancia para los ecuatorianos en este momento. La ley está encargándose de las evidencias y delitos cometidos en la anterior presidencia y esperemos que llegue justicia para el pueblo. Las alianzas contraídas por Correa en otros países poco aportaran a la opinión de nuestros ciudadanos, que hemos vivido y conocemos la crisis del Ecuador. Excelente saber que los políticos actuales, como Nebot, no caen juegos o en discusiones que solo esperan incrementar el caos. Por otra parte, no podemos obviar la triste realidad de la falta de liderazgo del actual presidente Lenin Moreno, por eso es el momento correcto para que todos hagamos conciencia y pensemos en las medidas que debemos tomar en las próximas elecciones.

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