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La muerte cruzada más allá de la amenaza

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Cuando en el año 2008, la euforia de la reconstrucción de la Patria inundó el país entero, la esperanza de que era posible un cambio hacia mayor democracia, participación, equidad y justicia, trajo el diseño e incorporación de nuevas figuras en el sistema político y del Estado, que fueron incorporadas a la estructura institucional en la Asamblea Constituyente de plenos poderes de Montecristi.

Allí se gestó un cambio en la matriz institucional que trajo consigo la incorporación de nuevos mecanismos que prometían inaugurar un nuevo país; algunos de ellos inspirados en modelos parlamentarios anglosajones y que fueron forzosamente traídos para ser implementados en nuestro sistema presidencial, como fue el caso de la muerte cruzada.

Es así como, por ejemplo, se introdujo la figura de la silla vacía como mecanismo para garantizar voz al ciudadano y profundizar su derecho de participación en la toma de decisiones. Esto de inicio fue un tremendo avance que, de haberse mantenido como se aprobó, habría significado la consolidación de la participación ciudadana per se. Pero más tarde se politizó dando posibilidad de voto sin representación popular y convirtiendo ese mecanismo en un espacio de manipulación política.

Otra muestra de ello, fue la introducción del derecho a la resistencia; figura nueva y con un diseño normativo confuso y de amplia interpretación que fue creada al calor de la aceptación popular y que, luego, según la visión del gobernante, terminó siendo arrasada cuando se criminalizó la protesta social.

Dentro de estos nuevos aportes que se sumaron a la Constitución de Montecristi se incluyó la figura de la Muerte Cruzada. Se introdujo según el criterio de que, en ese entonces, vivíamos el fenómeno de un Estado fallido, con debilitamiento institucional, partidos políticos contaminados por malas prácticas y que había que crear mecanismos que le dieran viabilidad a la democracia ecuatoriana que nos garanticen, a largo plazo, niveles aceptables de gobernabilidad.

En esa lógica, se creó la muerte cruzada como un mecanismo coyuntural que plantearía una solución, en los casos en los que la fractura entre las principales funciones del Estado -legislativo y ejecutivo- fuera de tal magnitud, que produjera inviabilidad de los procesos democráticos, por ejemplo por bloqueo de leyes e iniciativas. Entonces esta herramienta sería usada como una manera de neutralizar la hegemonía política de una de las funciones en disputa, facilitando y mejorando la gobernabilidad.

En los últimos días, hemos escuchado recurrentemente la idea de que podría estarse pensando la aplicación de este mecanismo si el legislativo no aprueba las leyes urgentes enviadas por el ejecutivo. De aplicarse la muerte cruzada con este criterio, dejaría fuera del juego político a los dos representantes de las principales funciones del Estado porque, independientemente de quien la aplique, si bien el proponente elimina al otro, al mismo tiempo también se autoelimina. Una situación bastante compleja en términos de gobernabilidad y si pensamos su aplicación ahora, más difícil aún por la dificultad real de entrar en elecciones en momentos de confinamiento, con emergencia económica de por medio y consecuentemente sin recursos para poder financiar lo que sería en el fondo, dos procesos electorales. Primero, habría que elegir a quienes completarían el período cesado, -en este caso por un año- y, luego, volver a escoger presidente y asambleístas para un nuevo período.

Como se puede ver, aunque el espíritu de su creación haya sido dar una solución jurídica y constitucional a las pugnas entre el ejecutivo y legislativo, en realidad lo que se creó fue un espectro que amenaza desde las sombras y que, dado el caso, podría generar más conflictos políticos. Por otro lado, no promueve el esfuerzo que deben hacer los actores políticos legislativos y los representantes del ejecutivo en pro de generar consensos y plantear diálogos horizontales entre ellos sino que, más bien, se vuelve una herramienta coactiva para ser usada cuando los mecanismos de diálogo son nulos, a falta de operadores políticos válidos.

La aplicación de la muerte cruzada en las actuales circunstancias debe ser analizada con total responsabilidad de lado y lado, y no solo como una amenaza o un as bajo la manga. Mientras el país se desangra por una emergencia sin precedentes, mientras seguimos enterrando a nuestros muertos, nos merecemos que quienes nos gobiernan, desde el Ejecutivo y el Legislativo, hagan los esfuerzos necesarios para lograr consensos, dejando de lado posiciones beligerantes y cálculos electorales y nos entreguen soluciones viables y racionales para salir de esta crisis, producto del aporte serio y honesto de sus líderes. Los ciudadanos nos merecemos al menos eso, ¿no?

Ruth Hidalgo es directora de Participación Ciudadana y decana de la Escuela de Ciencias Internacionales de la UDLA.

6 Comments

  1. La muerte cruzada es una herramienta que plantea soluciones en las principales funciones del Estado el Legislativo y el Ejecutivo para facilitar y mejorar la gobernabilidad. Pero en estos tiempos de confinamiento por la pandemia sería una mala idea que se realicen elecciones porque en vez de buscar una solución tendremos más conflictos políticos; en esta situación merecemos que quienes nos gobiernan hagan los esfuerzos necesarios para lograr consensos y nos entreguen soluciones viables y racionales para salir de esta crisis.

  2. Me parece un artículo muy interesante debido a que el Ecuador se encuentra en un momento de crisis que no se puede interpretar mejor que como lo ha hecho la Sra. Ruth, pues hoy día no sabemos si la muerte cruzada entre el poder ejecutivo-legislativo sería una manera eficaz para frenar las medidas por las que se están optando; si nos reeplanteamos es la segunda vez en 6 meses que se pretende optar por está medida. Últimamente se ha observado que el presidente pretendía disolver a la asamblea nacional o viceversa, pero debemos tener en cuenta que esta resolución no sería la más conveniente puesto que el Ecuador con la pandemia que está viviendo actualmente no está en la situación de convocar en siete días a elecciones legislativas y presidenciales anticipadas para el resto de los respectivos periodos. Debido a que debemos tener en cuenta que la situación amerita enfocarnos en temas más importantes como es controlar y prevenir el esparcimiento del Covid19 en el Ecuador. Pienso que deberíamos en esta situación buscar otras alternativas de viabilidad de mejora en el país y poder con la ayuda del pueblo ecuatoriano unido salir adelante juntos.

  3. Este articulo me pareció muy interesante debido a lo que se analiza es muy importante y crucial en estos momentos debido a que el gobierno esta tomando medidas drásticas y pide al legislativo que si no considera y da una respuesta afirmativa, deberá asumir las consecuencias, considero que el legislativo si debería analizar las medidas y dar una respuesta cociente y tomando en cuenta todo la situación crucial en la que nos encontramos todos los ecuatorianos y analizar medidas que no perjudiquen al pueblo, a la clase baja que en estos momentos se encuentra desesperada, y que las soluciones no solo beneficien a un grupo de personas como siempre en toda crisis ha pasado que solo un grupo son beneficiarios de estas medidas, y usted también tiene mucha razón en lo que dice que “La aplicación de la muerte cruzada en las actuales circunstancias debe ser analizada con total responsabilidad de lado y lado”, esperemos que así suceda.

  4. Interesante aporte, ya que, el país al incitar a la muerte cruzada piensa que esto mejorará la situación que estamos afrontando, pero lo que se desconoce o se teme es que esta decisión afecte aun peor a la estabilidad ejecutivo-legislativo, ya que tampoco se puede convocar a la elección de nuevos mandatarios con los problemas que afronta el Ecuador. También se desconoce si esta sea la decisión adecuada, ya que, de darse por aprobada no se puede tener la certeza de que esto mejore la economía del país.

  5. Se introdujo la figura de la silla vacía como mecanismo para garantizar voz al ciudadano y profundizar su derecho de participación en la toma de decisiones. Esto de inicio fue un tremendo avance que, de haberse mantenido como se aprobó, habría significado la consolidación de la participación ciudadana per se. Pero más tarde se politizó dando posibilidad de voto sin representación popular y convirtiendo ese mecanismo en un espacio de manipulación política, también fue la introducción del derecho a la resistencia; figura nueva y con un diseño normativo confuso y de amplia interpretación que fue creada al calor de la aceptación popular y que, luego, según la visión del gobernante, terminó siendo arrasada cuando se criminalizó la protesta social.
    Dentro de estos nuevos aportes que se sumaron a la Constitución de Montecristi se incluyó la figura de la Muerte Cruzada. Se introdujo según el criterio de que, en ese entonces, vivíamos el fenómeno de un Estado fallido, con debilitamiento institucional, partidos políticos contaminados por malas prácticas y que había que crear mecanismos que le dieran viabilidad a la democracia ecuatoriana que nos garanticen, a largo plazo, niveles aceptables de gobernabilidad.

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