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La cultura no necesita de un Ministerio

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Cuando se ingresa a la página web del Ministerio de Cultura se despliega, al menos hasta hoy martes 12 de mayo, en su parte superior izquierda, un anuncio que  dice así: “Conoce el protocolo presentado por el Ministerio de Cultura y Patrimonio para permitir serenatas a las madres este sábado 9 y domingo 10 de mayo”. El dibujo de un mariachi bigotón y guitarra en mano, cantando a una mujer que se asoma con mascarilla por una ventana, acompaña al mensaje.

Conceptualmente, el impacto del aviso puede resultar deprimente. No solo por su pobreza gráfica sino por lo perturbante que resulta la idea de que una institución cuyo presupuesto es de alrededor de 20 millones de dólares se dedique a redactar protocolos de bioseguridad para mariachis.

Entrar a la página del Ministerio de Cultura realmente conduce a una reflexión que va mucho más allá de la triste experiencia de mirar al mariachi bigotón: la quiebra del Estado ecuatoriano es, dentro de lo tragedia que aquello supone, una oportunidad única para replantear el rol del Estado ecuatoriano. Ese Estado gigante y costosísimo lleno de funciones y atribuciones que se montó en Montecristi, felizmente está siendo desnudado como algo inviable e incluso perverso.

La quiebra del Estado es, en efecto, una oportunidad única para plantearse la pregunta sobre si el Ecuador necesita de una serie de organismos, entre ellos el de un Ministerio de Cultura. O, para ser más precisos,  si la cultura necesita de un ministerio.

En realidad, el correato creó el Ministerio de Cultura para montar un sistema clientelar de padrinazgos y auspicios capaz de domesticar a la intelectualidad local y legitimar así su proyecto autoritario y cleptocrático.  La receta, obviamente, no era original: la fórmula ha sido utilizada en muchísimos otros países siendo uno de los casos más conocidos el mexicano, donde el PRI pudo sostener así, durante décadas, una corte de escritores, pintores y cineastas funcionales al gobierno y al poder. El Ministerio de Cultura básicamente se dedicó durante los diez y más años de la era correísta a financiar iniciativas, a través de los llamados fondos concursables de artistas, muchos de los cuales, por gratitud o por compromiso, terminaban callando la boca o como cheerleaders de las políticas oficiales, como la de aniquilar la libertad de prensa y expresión.

El correato también usó al Ministerio de Cultura como una agencia de contratación de conciertos y espectáculos pensados para enaltecer emocionalmente los mensajes de su aparato de propaganda. Cada concierto y cada acto cultural eran odas al socialismo del siglo 21 y a sus emblemas: Hugo Chávez, Fidel Castro, Rafael Correa…

Un Ministerio de Cultura, tal como se montó durante el gobierno de Correa, es el peor enemigo de la producción artística porque el arte es y será siempre un acto cuestionador del poder.  Y la prueba está ahí: más de diez años con gastos de alrededor de 60 millones anuales en promedio no han dejado ninguna corriente o producción artística cuya calidad y trascendencia se compadezca ni remotamente con todo lo que ese dinero significa para el país, especialmente a la luz del colapso de la economía. Basta ver en la página de transparencia del Ministerio del 2014 para entender la envergadura de lo que suponía sostener ese cementerio de elefantes: 70 millones de dólares como presupuesto y 566 funcionarios, entre los cuales había más de 50 choferes y otros tantos cargos absolutamente exóticos como cientos de activistas culturales. ¿La cultura necesita de choferes y activistas?

Gabriel García Márquez se negó en 1995 a ser ministro de Cultura cuando el gobierno colombiano de Ernesto Samper (actualmente amigo y coideario incondicional de Rafael Correa) creó el Ministerio de Cultura. En una entrevista a la revista Semana, el Nobel de literatura, explicó que entre los motivos por los que se negó a aceptar el cargo era que un Ministerio de Cultura para lo único que sirve es para oficializar la cultura y, así, convertirla en una herramienta clientelar. “En cada región del país las gentes de la cultura van a tener que hacer fila en las oficinas de los clientelistas para pedirles que respalden sus planes y los ayuden a hacer lobbying ante el ministerio”: esto parece un pronóstico perfecto de lo que finalmente ocurrió en el Ecuador muchos años después.

El término cultura involucra muchísimos temas, no solo el de la producción artística, y es evidente que el Estado no puede desentenderse de todos ellos. Está por ejemplo, el de la memoria que tiene que ver con los Museos, los archivos y las bibliotecas. Un Estado democrático no puede dejar esos campos al abandono, pero para eso no es necesario un Ministerio, peor aún el tipo de ministerio que montó el correato. Para eso pueden estar, por ejemplo, ciertos gobiernos locales, las universidades y otros organismos del propio estado más pequeños y eficientes.

La producción artística, necesaria y vital en cualquier sociedad que pretenda progresar cuestionándose a sí misma, no necesita subsidios estatales porque ésto la desnaturalizan. Precisamente por lo que dijo García Márquez: el arte y el poder político están completamente divorciados. Para ese fin, hay otras alternativas que garantizan la independencia de los proyectos artísticos. El Estado tiene que facilitar la participación de la empresa privada en el campo de la creación cultural. Puede haber igualmente fondos que vayan no a los proyectos ni a los artistas sino a organismos independientes del gobierno que actúen como aupiciantes. El hecho cierto es que la producción artística no puede depender del poder político porque pierde su condición sine qua non de contrapoder.

La quiebra del Estado ecuatoriano, precipitada por la pandemia, es un hecho que muestra la inviabilidad del estatismo como mecanismo de desarrollo y de fomento artístico. Pero es, paradójicamente,  una oportunidad para repensar muchas cosas que han terminado por ser asumidas por la sociedad como normales. Entre esas, que la cultura necesite de un ministerio. En realidad, no hay nada más profundamente anti cultura que un ministerio.

Foto: Ministerio de Cultura

38 Comments

  1. Me parece irracional tener este tipo de Ministerios que lo único que generan al país son gastos y pagos innecesarios, como es posible que durante 10 años anualmente se gastaran 60 millones de dolares en un Ministerio que no generá tal cantidad y peor aun ingresos, me parece que detrás de esto se esconde una red de corrupción que beneficia a varias personas. Lo que no ven estas personas que ese dinero pudo ser destinado para el desarrollo y mejora médica para la investigación, para el progreso, para la generación de empleos, para la creación de centros de capacitación en fin, hay tantas cosas que se puede generar con una buena inversión pero esta gente, decide crear ayuda a artistas, pintores, con montos demasiado elevados. Esto es lo que actualmente debería ser eliminado y no los trabajos, ni el apoyo a los mas necesitados ni los mas vulnerables, es una lastima que hagan esto sin tomar consciencia de lo que vivimos actualmente.

  2. Comenzaré mi opinión con esta frase dicha por García Márquez: ” el arte y el poder político están completamente divorciados”, básicamente si el Ecuador no necesita un ministerio de cultura, donde simplemente fue creado este ministerio para realizar actos de corrupción, 70 millones de dolares en un año con todos los privilegios a esos 500 y mas funcionarios, donde solo se dedicaron a realizar contratos de artistas y medios públicos, existen grupos pequeños donde fomentan este tipo de arte, de nuestras raíces autóctonas, nuestras tradiciones, esos son espacios de culturalidad que fomentan lo nuestro, en cambio el ministerio fomentaba lo que mas dinero les permitiría obtener. Todo ente político busca poder y establecer normas, y relacionarlos con nuestra cultura lastimosamente están privatizando los ideales de varios artistas.

  3. Tantos ministros que no hacen las cosas correctas mas ven su bienestar el Ministerio de Cultura seria de suma importancia siempre y cuando exista una buena administración de lo contrario solo seria un gasto para el Estado y ahora lo es un gasto tan innecesario que quiere ayudar a los que tienen plata en vez de ayudar a los que no tienen, se aprovechan de lo que pasa en nuestro País…en vez de ya liquidar a tanta gente del gobierno que gana plata sin hacer nada tanta corrupción pero para ellos no hay juicio solo para la gente pobre que lo que hace es decir las cosas que ven la realidad asta ya ni expresarse habrá como porque aquí todo lo que el gobierno corrupto hace esta bien.

  4. En mi opinión un Ministerio de Cultura seria de suma importancia siempre y cuando exista una buena administración de lo contrario solo seria un gasto para el Estado. La cultura de nuestro país puede sobresalir por si sola e incluso seria hasta mas fácil para aristas ya sean pintores, artesanos, músicos ,etc ya que en ocasiones el ministerio pone varias barreras o impedimentos que se hace difícil cumplir para todas las personas y esto hace que dejen su labor a un lado . En el lado ´´positivo´´ del Ministerio de Cultura si se puede decir que se ha podido evidenciar en los últimos años , es unir por ejemplo músicos extranjeros con músicos nacionales para que realicen un intercambio cultural.

  5. En mi opinión no es necesario tener un ministerio de cultura ya que tiene un presupuesto muy elevado y no han dejado ninguna corriente o producción artística cuya calidad y trascendencia se compadezca ni remotamente con todo lo que ese dinero significa para el país
    La cultura abarca con muchos mas temas importantes y no solo la producción de los artistas.
    para mi la cultura refleja la identidad de un país sus raíces sus tradiciones y costumbres que caracterizan un pueblo.
    En esta pandemia tenemos otras prioridades que es la salud y los fondos que son destinados para la cultura deben ser destinados para esta crisis que esta afectando al país.

  6. Tiene una buena reflexión ya que no es necesario tener un Ministerio de Cultura, como dice en el artículo que Cultura no solo es la producción de los artistas, sino que este consta de muchísimos temas más por lo tanto la cultura no necesita un ministerio.
    No queremos que el país se llene de instituciones que no tengan un fruto positivo para los ciudadanos y a que solo se mal gasta el dinero del país en vez de invertir en proyectos de educación y salud. Se necesitan verdaderas instituciones que velen por el bienestar del pueblo no que solo vean por su economía deben trabajar para el pueblo. Se deben eliminar instituciones innecesarias que solo mal gasten el dinero, el Estado debe reorganizar las instituciones que sean de beneficio para el país.

  7. Un comentarista dice que el Ministerio de Cultura hace publicaciones sobre literatura, ¿en serio? La verdad es que no he escuchado que alguna vez convoque a un concurso de cuento, novela, poesía. O realice concursos de pintura, teatro, porque eso es promocionar la cultura, supongo. Para el fortalecimiento de los artistas de la música tienen organismos como SAYCE, ¿cuáles son sus logros? Porque plata sí tienen: cobran impuestos a todo local comercial, por pequeño que sea; basta que tenga un radio le alegan que transmiten música nacional, y ya está jodido. Tiene que pagar aunque no le guste. Entonces sí tienen dinero. ¿Cómo se lo reparta, no sé. Solo sé que la calidad no se impone.

  8. Disculpen, me vino al recuerdo que también tuvimos un ministerio de la felicidad, pues.. Si recuerdan?. Como apuntaba un meme, con correa habría un ministerio de la cuarentena y una secretaria de gestión de ataúdes… Con contratos de emergencia…

  9. Excelente analisis. Definitivamente el País necesita replantear el rol del Estado en la sociedad. Queremos un estado al estilo Castro-Cahvista lleno de instituciones que no generan desarrollo más bien le saca dinero al pueblo, ó un Estado pequeño, fuerte jurídicamente , con instituciones basicas; salud, educación, y Justicia. Un estado moderno no necesita instituciones burocráticas que lo único que hacen, cuál snguijuela es succionar recursos que genera
    la empresa privada para dilapidarlos infamemente sin beneficio de inventario, Menos burocracia y más eficiencia.

  10. Completamente de acuerdo en que el Ecuador no necesita un Ministerio de Cultura. Los diez años del gobierno de Correa y los tres de Moreno nos dejan un saldo negativo, pues el Ministerio de marras ha demostrado total ineptitud para divulgar proyectos culturales, pero si ha sido eficientes para hinchar la lista de sus funcionarios.

    Los doce ministros que han ocupado esta cartera se han erigido, dizque, en los defensores de los intereses del sector cultural, pero no han sido nada más que los artífices de sus propios proyectos.

    Con la Casa de la Cultura, “bien manejada y bien financiada, basta y sobra. Lo curioso es que nadie ha discutido en serio si es bueno o es malo que haya un Ministerio de Cultura. Nadie se ha preguntado cuál es la política cultural que lo requiere… Nadie ha demostrado que se necesite, y, por el contrario, lo que sobran son dudas sobre su conveniencia”, como dice el Gabo.

    Y termino con este comentario del artista franco – chileno, Alejandro Jodorowsky: “Cuando los países se desmoronan y se caen lo único que queda de ellos es la cultura, por eso es tan importante. Un país sin cultura va a la desaparición. Creo que hay que dedicar un capital a la cultura, crear productos útiles para el ser humano, tanto para su consumo como para su conciencia”.

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