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Coronavirus: los que más tienen pasan de agache

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Apenas se tomó conciencia de que el coronavirus acarrearía costos monumentales, surgió una incógnita: ¿cómo se van a repartir en una sociedad tan inequitativa como la ecuatoriana? Pues ahora ya se sabe: esos costos los pagarán, en prioridad, los empleados del sector privado y parte del público (aquellos vinculados al Ejecutivo).

¿Es injusto? Lo es. A triple título: esta pandemia pilló a la sociedad sin reservas. Sin fonditos, como decía Rafael Correa y es herencia suya: la factura del derroche la tenía que pagar la sociedad. Dos: el Estado está quebrado y no tiene capacidad financiera alguna para inyectar recursos que alivien las nuevas condiciones que enfrentan los ciudadanos. Tres: el coronavirus es una catástrofe. Y ante la tragedia es lógico que contribuyan aquellos que más tienen.

Parecía que estas evidencias iban a ser procesadas por el gobierno y por la sociedad política en la Asamblea Nacional. No ocurrió así. Y como las cosas no suceden como los pajaritos cantan –decía Manet– es clave devolver la película en este punto. El gobierno quiso en su proyecto de Ley de Apoyo Humanitario obligar a contribuir a todos los empleados que ganen más de 500 dólares. Ese piso subió inicialmente en la Comisión de Desarrollo Económico a 720 dólares. Finalmente las fuerzas políticas se dividieron entre el oficialismo que quería que toda la sociedad pague, correístas y socialcristianos que se opusieron a cualquier tipo de impuesto y CREO que pidió que solo contribuyeran aquellos que ganan más de 50 000 dólares al año. La conclusión ya se conoce: el presidente pidió retirar las contribuciones de la ley. Así Lenín Moreno, que se dice socialista, no siguió la propuesta de Guillermo Lasso que es un capitalista liberal. Los correístas que son los nuevos mamertos del tablero político ni siquiera siguieron a Thomas Piketty; el nuevo gurú de esa tendencia que acaba de pedir, en el diario Libération, que, para enfrentar la crisis del coronavirus, Francia cree un nuevo impuesto a las grandes fortunas. Y los socialcristianos  protegieron, en los hechos, a los que más tienen.

El resultado es el anunciado: los que más tienen no contribuirán. Se antojaba conveniente que las empresas no sean golpeadas, pero personas naturales con altísimos ingresos, sí. Y no lo van a hacer, salvo algunas que colaboran en algunos fideicomisos de ayuda humanitaria. Es un pésimo mensaje para la sociedad saber que el costo de la irracionalidad fiscal y el coronavirus tendrá que ser repartido entre empleados privados (cuya capacidad adquisitiva está llamada a disminuir) y los funcionarios del Ejecutivo (que perderán cerca del 20% por la reducción horaria). Nadie ignora que había que pagar las dos facturas (derroche correísta y coronavirus). La nueva realidad a la que dio paso el juego político en la Asamblea está lejos, sin embargo, de ser equitativa y solidaria. Miguel García, presidente de la Federación de Servidores Públicos lo dijo ayer en Teleamazonas; habló de discriminación de la norma que solo se aplica a los funcionarios del Ejecutivo. Y propuso considerar un mejor reparto del esfuerzo entre los trabajadores públicos.

Ahí se vuelve a notar la debilidad política o la falta de arrestos por parte del presidente de la República. En su mensaje al país, él habló de haber acordado con las otras funciones del Estado una reducción entre el 10% y 15% del gasto corriente. ¿por qué solo gasto corriente y no reducción salarial, pues esa es la realidad a la cual están abocados trabajadores privados y funcionarios del Ejecutivo? ¿Y por qué el 10% o el 15% cuando para el resto será mínimo del 20%? El Presidente debió haber percibido en la reunión con esas entidades autónomas y, en particular, con los representantes de las Fuerzas Armadas que no tienen el menor deseo de ajustarse a la nueva talla de cinturón económico en el país. No vale decirles que este año los ingresos petroleros (presupuestados en 3 600 millones de dólares) apenas llegarán, si llegan, a 500 millones. Y que el país perderá alrededor 10 puntos del PIB. La respuesta imperturbable es que el esfuerzo es para el vecino. Si no hay una orden del presidente a su ministro de Economía de hacer recortes uniformes, el país tendrá dos realidades nuevas en su panorama: funcionarios privilegiados y otros de segunda categoría. Y si no hay medidas para hacer contribuir a los que más tienen, en el país habrá nuevos resentimientos y se agravará la fractura social: de esta pandemia la sociedad debía salir más unida, no más dividida.

El país tiene, además, espacio para hacer recortes estructurales: hay bodrios correístas que persisten en la administración pública como el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, con 7,3 millones de dólares de presupuesto, o la Superintendencia del Control del Mercado con un presupuesto de 4,6 millones de dólares. Hay instituciones que en esta pandemia y esta bonanza de la corrupción han probado no servir al país. El Servicio Nacional de Contratación Pública (Sercop) es el caso paradigmático y su presupuesto es de ocho millones de dólares. Y hay instituciones convertidas en plena pandemia en oficinas de activismo mamerto, como la Defensoría del Pueblo que tiene un presupuesto de 10,5 millones de dólares.

Dicho de otra manera, el gobierno tiene tareas por delante si quiere por lo menos reivindicar que supo repartir los costos equitativamente entre los que más y algo tienen para proteger a los que nada tienen.

Foto: diario El Universo. 

50 Comments

  1. La pandemia evidentemente ha acabado con la economía de nuestro país, las personas han perdido su empleo tanto en el sector privado y parte del sector publico.
    Considero que es injusto ya que esto es el resultado de la mala administración económica, no contar con planes de emergencia que en este caso nos ayudaría a sobrellevar esta pandemia.
    Pero no es así estamos expuestos a la mal manejo del dinero de Estado Ecuatoriano, se puede percibir la debilidad que tenemos no podemos sobrellevar este tipo de situaciones.
    No estamos preparados económicamente, y lo que es peor no se hace nada al respecto, para poder cambiar, y dar una pronta solución, a la economía que vive actualmente nuestro país.

  2. El resultado es el anunciado: los que más tienen no contribuirán. Se antojaba conveniente que las empresas no sean golpeadas, pero personas naturales con altísimos ingresos, sí. Y no lo van a hacer, salvo algunas que colaboran en algunos fideicomisos de ayuda humanitaria. Es un pésimo mensaje para la sociedad saber que el costo de la irracionalidad fiscal y el coronavirus tendrá que ser repartido entre empleados privados (cuya capacidad adquisitiva está llamada a disminuir) y los funcionarios del Ejecutivo (que perderán cerca del 20% por la reducción horaria). Nadie ignora que había que pagar las dos facturas (derroche correísta y coronavirus). La nueva realidad a la que dio paso el juego político en la Asamblea está lejos, sin embargo, de ser equitativa y solidaria. Miguel García, presidente de la Federación de Servidores Públicos lo dijo ayer en Teleamazonas; habló de discriminación de la norma que solo se aplica a los funcionarios del Ejecutivo. Y propuso considerar un mejor reparto del esfuerzo entre los trabajadores públicos.

  3. La Cámara de Industrias y Producción ha estimado cuánto perderían las empresas de 20 sectores económicos. Los gremios hacen sus propuestas para salir de la crisis generadas por la pandemia de Covid-19. Los estragos económicos del coronavirus ya se sienten y Ecuador no es ajeno al impacto que dejará el descenso de la demanda y la interrupción de la oferta, el gremio estima que si se considera solo la caída en ventas de la primera quincenaS, las empresas se enfrentan a pérdidas por USD 12.804 millones.

  4. En este articulo nos damos cuenta la avaricia que tiene los que mas tienen tenemos representantes que no les interesa sacar el país a delante sino llenar sus bolsillos a costa del pueblo Ecuatoriano. Las autoridades deberán tomar decisiones para que no afecte a la clase media ni baja tendría que pedir que ayuden a las grandes industrias que rigen en el país

  5. La ciudad más poblada del país, Guayaquil, se ha visto sobrepasada por la cantidad de fallecidos por covid-19 o por causas aún no determinadas.

    Decenas de cadáveres han sido abandonados en las calles, en parte por la falta de capacidad de los servicios forenses y también por el cierre de servicios funerarios que han rechazado el manejo de los cuerpos de víctimas mortales del covid-19

  6. Para mi el estado debería empezar por que aporten los que más tienen ahí gente en nuestro país que tiene muchas riquezas y no aportan en nada a la economía del país ya que ahí algunos que tienen varias empresas pero a nombre de familiares cercanos para no pagar altas tasas de impuestos y como lo hemos vista las empresas grandes buscan que no sean tocada gravemente en sus bolsillos por eso consiguen como echar a sus empleados aprovechándose hoy en día diciendo que por la pandemia no generan ingresos y liquidez para poder pagar a sus empleados la cuál para mí es mentira por que como en otros países dicen la riqueza de los que tienen no se van a ver afectadas por un pequeño decenso en sus carteras pero en la cartera de los trabajadores y empleados si se va a sentir por que de ahí dependía una familia de ingresos por trabajadores en cambio los empresarios pueden tener liquidez para vivir hasta dos vidas como lo dijo el presidente que daría gusto tener en un país como el nuestro (Nayim Bukele -Presidente de El Salvador).

    • Si bien es cierto es justo que las personas que tienen más sean las que aporten, pero también no hay que olvidar que el Gobierno siempre está esperansando en los ciudadanos, que sean los que aporten frente alguna situación, tragedia, etc.
      Y por por no tener fondos, por despilfarrar el dinero con el excesivo pago de sueldo de las entidades públicas, cogiendo más de lo que deberían, y así afectando a las personas que menos tienen y se ven perjudicadas en el transcurso de la pandemia.

  7. Hay personas que tienen un poco mas que otras personas y hay personas que teniendo un poco ayudan de todo corazon . algunas personas importante de nuestro pais se han echo presente pero la gran pregunta es ? Llegara el dinero a las manos mas necesitasdas quizas no lo sabremos nunca solo esperemos que las auutoridades hagan un buen Si se cumple el pronóstico que vamos a caer un 10% o más el PBI,eso significa que estaremos como la gran depresión de 1929.El panoroma es sombrio y tétrico.
    Hay que encontrar maneras para enfocarse en garantizar el ingreso básico de la población y su protección.La solidaridad es fundamental y el gobierno tiene la imperiosa necesidad de ajustar a toda la sociedad : civil , militar y religiosa.

  8. Con la situación del coronavirus podemos evidenciar el mal manejo que existió en años anteriores de los recursos públicos a tal punto de no tener reservas para algún tipo de crisis, las medidas que estaba por tomar el presidente no son las mejores ni las más necesarias pero un punto importante es que todos debemos contribuir para sacar al país adelante ya que sentarnos y arrepentirnos del pasado no ayudara en nada, sin duda el gobierno de Correa mal gasto el dinero que estos momentos hubiera sido de gran ayuda y ahora muchos de sus seguidores que permanecen en la política les duele el bolsillo cuando tienen que apoyar al país, sin embargo muchos de ellos se aprovecharon y sacaron tajada del dinero ecuatoriano.
    Para mi estaba bien la idea de que todos aporten una cierta cantidad de dinero obviamente basándose en el nivel de ingresos que cada uno tiene y su clase económica, pues los que más han lucrado deberían apoyar más al país donde el cual han generado tal riqueza. Sin olvidar que se deberían bajar un mayor porcentajes en los sueldos de los altos funcionarios públicos y sin dejar de un lado que algunos reciben hasta bonos.

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