//

Así fabricó el correísmo un frente electoral por Zoom

lectura de 7 minutos

Entre las tareas del correísmo para las elecciones del 2021 hay una que para ellos es importantísima: hacer que sus candidaturas aparezcan como si fueran producto de un acuerdo político de movimientos de la tendencia. Que se perciba al correísmo y, por supuesto a Rafael Correa, como parte de un acuerdo político de amplio espectro y no como lo que realmente son: una agrupación cerrada, jerárquica y nada pluralista.

¿Tiene algún problema la tarea de montar un gran frente como ese? Pues sí, que en realidad eso es imposible: ese frente ni existe ni es posible que exista porque nadie quiere ser parte de él. ¿La solución? Sencillo: fabricarlo, así como se fabrica un mueble o se construye una pared.

Y fue así que se decidió fabricar la Unión por la Esperanza, UNES, cuya presentación a la sociedad fue hoy miércoles 8 de julio en una accidentada por la cantidad de problemas tecnológicos que tuvo su transmisión y a momentos hasta cómica ceremonia. El lugar para la presentación fue la sede de la Federación de Abogados del Guayas, organismo ultra correísta que ha pedido la anulación de los juicios en contra de Correa. Ahí se sentaron, uno junto al otro, los representantes de ocho movimientos que se presentaban como si cada uno encarnara una corriente política independiente. Ahí estaba, entre otros, José Agualsaca, asambleísta alterno de Gabriela Rivadeneira representando a una organización indígena; Eduardo Franco, el combativo abogado de Jorge Glas, como parte de una Coalición Nacional por la Patria; Vanessa Freire, ex mano derecha de Iván Espinel, ahora preso, en representación de Compromiso Social listas 5, y, Enrique Menoscal, del Centro Democrático de Jimmy Jairala, viejo conocido y aliado del correísmo.

Como la presencia de ocho movimientos supuestamente independientes no era suficiente para fabricar la idea de un frente o de una coalición, era necesario acompañar la ceremonia con un relato que, al menos, lo disfrazara. De eso se encargó el embajador Horacio Sevilla Borja, que habló a nombre de un Frente Progresista Nacional. Muy instalado en su personificación intelectual, Sevilla mediante Zoom habló a los concurrentes desde su biblioteca donde aparecía, como fuente inspiradora, un busto de Eloy Alfaro.

El ex estrella de la diplomacia del correato, arrancó hablando de la importancia que han tenido en la historia las unidades o coaliciones políticas que, independientemente de su ideología según dijo, se proponen salvar a la patria. Citó, por ejemplo, el frente chino en el que se unieron los rivales Mao Zedong y Chiang Kai-shek para combatir la invasión japonesa y a la Francia Combativa que luchó contra los nazis. “Esta es una elección crucial -dijo Sevilla-. No es el comunismo en contra del anticomunismo. Los que viven en el pasado nos presentan esa falsa disyuntiva”. Según él, la disyuntiva real está entre la “apropiación de la justicia para la venganza y la verdadera justicia independiente”, como si la grosera metida de mano en la justicia de Correa jamás hubiera existido. Se trata de una elección entre “la intrínseca violencia del capital y la alegre paz de los humildes”, sostuvo en tono romántico y revolucionario el embajador antes de enumerar a las fuerzas que él invoca para este “proceso unitario”.

En ese esfuerzo por presentar a la iniciativa como una histórica amalgama pluralista, Horacio Sevilla dijo que invocaba a los que nacionalizaron el petróleo hace 40 años, a los que respaldaron a Carlos Julio Arosemena en su política internacional, a quienes estuvieron junto a Jaime Roldós y Rodrigo Borja, a quienes trabajaron en el proceso de paz con el Perú y, obviamente, a quienes estuvieron con Rafael Correa en su revolución ciudadana. Sevilla remató recalcando que lo que se estaba presenciando era parte de un proceso de democracia interna para que  la nominación de las candidatura sea parte de un “proceso de democracia interna” o una suerte de primarias.

También hubo la lectura de un manifiesto, que fue tildado con el pretencioso adjetivo de fundacional. La maestra de ceremonias lo leyó con entusiasmo, a pesar de los problemas técnicos que tuvo la transmisión, atribuidos varias veces, a un complot de los enemigos de Correa. El manifiesto, básicamente, era una proclama inspirada en idealización de la era correísta. “Este era un país que asombraba al mundo, nuestras políticas económicas y sociales eran ejemplos para muchos países”, leyó para inmediatamente advertir que quienes destruyeron ese legado “tendrán que responder”. También se dijo que cuando se recupere la patria, se volverá a poner en funcionamiento el tren de Alfaro, se volverá a convertir al Ecuador en la potencia turística que en la realidad nunca fue y que se volverá a otorgar las becas de las que el correísmo tanto se jacta.

Así como en las presentaciones de los ocho delegados, en el manifiesto también se repitió la palabra “patria” insistentemente. Fueron tantas las veces que se dijo patria, que la ceremonia parecía ser una extraña y antigua liturgia. Todo eso se salpimentó con las quejas de una persecusión política que, se dijo y se reiteró se evidenciaba en los problemas de la transmisión. El propio Correa salió a decir en Twitter que la transmisión estaba siendo objeto de ataques cibernéticos. En canales correístas que transmitieron el anuncio de Unión por la Esperanza, no hubo audio, en efecto, audio durante largos minutos. “Con audio o sin audio, vamos a recuperar la patria”, llegó a comentar un fanático correísta en plena transmisión.

No faltó tampoco una declaración que  era indispensable para justificar la presencia  del Centro Democrático de Jimmy Jairala dentro de la Unión por la Esperanza. “Bienvenidos incluso quienes se dejaron engañar por la campaña de desprestigio”, dijo la maestra de ceremonias.

En el auditorio de la Federación de Abogados se habían colocado una pantallas donde aparecían las figuras de los correístas más prominentes que estaban conectadas mediante Zoom. Se veía, por ejemplo, a Virgilio Hernández, Pierina Correa, Alexis Moncayo, Fausto Jarrín, José Bolívar Castillo. Todos como pequeños tótems santificando la aparición de la Unión por la Esperanza. También estaba, silencioso pero como dirigiéndolo todo, Rafael Correa desde Bélgica.

28 Comments

  1. La foto es del Basajaun de mitología vasca, el llamado “Yeti Vasco”.

  2. Excelente relato, hay muchos temas para el análisis sin embargo solo es necesario recordar que todos los ‘cabecillas” integrantes del movimiento UNES son la vieja política, son el pasado viciado, son los mismos que disfrutaron durante 12 años del poder político y económico, son los encantadores de serpientes que ofrecieron convertir al Ecuador en el jaguar de América, y le dejaron como un desvalido gatopardo.

  3. estos nefastos coaliciones de la mafia corrupcion delincuencia crimen organizado de rafael Corea Glass Jairalla y cuanto delicuente, una decada delicuencia..para dejar a millones de ecuatoriano sin trabajo, millones de jovenes sin derechoa a educacion, junto con Richard espinosa se robaron mas de US$ 11000 millones del IESS muriendo miles de afiliados y jubilados por falta de hospitales medicinas y atencion, se robaron y embargaron patrimonio de pueblo ecuatoriano como petroleo, minieria, marítimos, Oro del BCE…los miles de millones robado al pueblo..y ahora utiliza con estos troleros y delicuentes que siempre vivido del robo corrupcion…

Comments are closed.