Un nuevo fenómeno se alza en nuestros tiempos: los haters en redes sociales. Esta tendencia de desprecio, difamación y destrucción a las personas está creciendo tan fuertemente que, sicólogos sociales en todo el mundo, están buscando formas creativas de parar su influencia de negatividad. Estudios recientes están comprobando que tales comportamientos operan como disparadores e instigadores de actos violentos, e incluso agresiones físicas hacia quienes son objetos de este fenómeno.
Los haters son individuos, hombres o mujeres, cuya interacción en las redes se basa en expresiones de odio –de allí su nombre–, que van dirigidas, por lo general, a un blanco que puede ser una persona, un pensamiento o una posición en concreto. Generalmente no esgrimen razones objetivas en sus mensajes, no elaboran argumentos para debate de ideas sino que utilizan estereotipos, xenofobia, discriminación y violencia para pronunciarse. Sus mensajes son poco racionales y se precian de propagar polarización y descalificación.
Si bien los odiadores han existido en todos los tiempos, se cree que el origen de estos haters contemporáneos, radica en la comercialización de perfiles de redes sociales para uso mayormente político. Cuando algunos comunicadores políticos con pocos escrúpulos –no todos son así–, descubrieron que se puede liquidar a los adversarios de sus clientes en redes sociales, mediante todo tipo de acusaciones y de forma impune, sin saber estaban inaugurando un fenómeno que hoy se ha vuelto imparable.
Un ejemplo de esta comercialización del odio lo hemos visto en estos días. Facebook acaba de dar de baja a una red de cuentas falsas que se manejaban en su mayoría desde Canadá y se dedicaban a desacreditar, atacar y difamar a actores políticos y líderes sociales de oposición a la revolución ciudadana. Basta mirar el contenido de lo que esta empresa difundía y nos quedará claro cómo se nos inoculó esta cultura de odio en las redes. Lo desafortunado es que lograron influenciar a muchos que se hicieron eco de sus ataques.
Estas prácticas, transformadas en negocios lucrativos, contaminan las redes sociales y muchas veces logran su cometido porque mediante la diseminación de fake news, los ciudadanos terminan retuiteando o reenviando mensajes que contribuyen al caos. Muchas veces, esta información falsa logra calar en el imaginario de las personas, a tal punto que pueden llegar a destruir la vida pública de muchos.
Los expertos en comportamiento social, identifican la tendencia de ser un hater, como una propensión de las nuevas sociedades que viven inmersas en el mundo imaginario de las redes sociales y nos advierten que puede llegar a ser muy peligroso.
El fenómeno de odiar en redes es conocido como “manoteo social” porque refleja un comportamiento producto de creerse, tomarse a pecho y, muchas veces, volver personal todo lo que se dice en el ciberespacio. A tal punto que el ciudadano contaminado cree que puede cambiar realidades con un insulto o un improperio, propagando una cultura de violencia.
Desafortunadamente el Ecuador no se salva de este fenómeno: estamos inundados de haters en las redes sociales y nos estamos acostumbrando a normalizar la violencia escrita en ese espacio. Indignarse ante la corrupción, la ilegalidad y la injusticia está muy bien, pero con inferir insultos el problema no se soluciona.
Conviene que los ciudadanos nos tomemos en serio bajar las revoluciones del odio en redes especialmente ahora, que ya se acerca el tiempo electoral. De no hacerlo, pronto nos encontraremos en medio de un campo de batalla fusilando a todos en el paredón del twitter. Por lo pronto, evitemos adherirnos a mensajes de odio y más bien apostemos, desde ya, por el debate de ideas y la argumentación de propuestas. Si caemos en lo otro, nos volveremos sin remedio una sociedad de haters.
Ruth Hidalgo es directora de Participación Ciudadana y decana de la Escuela de Ciencias Internacionales de la UDLA.
Su análisis tiene mucha razón. Una cosa es reclamar y otra odiar.
La agresividad tiene una base biológica y una finalidad adaptativa. Sin embargo, la violencia es una creación histórica-social que se ha recreado a lo largo de los siglos, mezclando los mismos elementos -el odio, el miedo y el prejuicio- pero con la ideología y la tecnología de la época. Así, era “inevitable” que la violencia inundara las redes sociales y el mundo virtual en algún momento. Desde luego, hay que combatirlo, pero ¿se podía esperar algo diferente de los humanos?
Realmente esto es doloroso y es correcto que las grandes empresas que proveen el servicio identifiquen las cuentas de los odiadores y las cancelen, ya que que no tienen argumentos, son el resultado de los últimos 15 años de desgobierno y de corrupción y como no tienen defensa legal recurren a estas falacias, por lo que es importante generar leyes que castiguen con el máximo de la ley a estos individuos que desde la clandestinidad están para atacar a todos aquellos que afectan a los intereses de sus patrones, no hay conciencia, ni etica peor argumentos el fin es atacar sin razón, imponer la ley del mas fuerte, que es lo contrario de aquellos que creemos que la vida es para trabajar ser productivos, generar y utilizar los recursos legalmente, atender a la familia, luchar para que todos tengamos las mismas oportunidades, nuestros mayores enemigos son la pobreza, la corrupción, la iseguridad, el narcotrafico y los gobiernos ineptos
Que bueno que Facebook haya eliminado a esos trolls correistas, que en muchos grupos actúan como infiltrados, solamente sembrando odio y desinformación en la gente, especialmente en los jóvenes que no tienen mayor conocimiento de la década robada, y que los próximos candidatos debatan con altura, para ver como pueden sacarle al País de la crisis.
Concuerdo plenamente
Pero que vamos a esperasi la rata de cloaca esta adelante de todo y con dinero del pais para poder mantener toda informacion falsa .,, y lo mas increible los seguidores acostumbrados a vivir de la coima y del robo quieren regresar por mas este grupo de ratas que estan en la asamble , expandilleros ahora lideres …estos tienen queregresar a asus cloacas donde salieron..,