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Sobre charlatanes, alter, populistas y otros caballeros

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Es curioso o no tanto, ustedes lo dirán. Una de las cosas extraordinarias de estos tiempos extraordinarios es el sentido de penitencia colectiva con la que la COVID-19 ha sido entendida por lo más variados colectivos, iglesias, sectas, hermandades ideológicas, proyectos políticos alternativos. Grupos que supuestamente están en los polos opuestos del péndulo.

Así para altermundistas, ecologistas radicales, anticapitalistas de todo tipo, la COVID-19 es la dura respuesta del planeta a la agresión continua por parte del hombre. Con una variante dos, por parte de ideólogos, filósofos postmodernos y brillantes rebeldes: la pandemia es la derrota misma del capitalismo y la consecuencia del mundo inhumano y atroz sistema que hemos construido sobre la Tierra. Y, todavía hay una variante 3: el mundo tras la pandemia verá el derrumbe definitivo del Capitalismo. Estados Unidos, por ejemplo, sucumbirá definitivamente como potencia, y China (o Rusia o los marcianos) surgirá como el amo y señor de los Nuevos Tiempos y el Nuevo Mundo.

De este tipo de visiones y diagnósticos están llenos los suplementos dominicales de los más importantes diarios de referencia y los programas especiales y los foros de las cadenas televisivas públicas que en algún momento fueron ejemplo de buen periodismo.

Insisto, es curioso, que estas voces lúcidas se parezcan tanto a aquellas otras que parecen tan irracionales y supersticiosas expresadas por guardianes de la fe, voceros de grupos cristianos ultraconservadores o de sectas new age, como los adoradores del MMS, el famoso “Suplemento Mineral Milagroso”, también conocido como dióxido de cloro.

Al final, las coincidencias entre los distintos grupos son más estrechas de lo que parece al principio. Explotan el sentido de lo incompleto, soledad e incertidumbre de estos tiempos. Usan y utilizan argumentos supuestamente científicos y llenan de anécdotas y de datos no verificables para construir su narrativa. Las diferencias entre altermundistas y anticapitalistas con sectarios y ultra religiosos están en la piel, porque al final comparten una misma vertiente irracional y antimoderna.

El asunto es contrario a lo que se cree, la ciencia contemporánea es una forma de plantear preguntas para encontrar respuestas que son sometidas a minuciosos exámenes para que motiven más respuestas que son de nuevo puestas a examen. La ciencia contemporánea tiene más que nada preguntas, se autocrítica, se somete a la probabilidad del error y tiene métodos para investigar esas preguntas y establecer los errores. Es decir, todo lo contrario, al establecimiento de verdades absolutas.

Pongamos de ejemplo, el debate alrededor del dióxido de cloro: los escépticos señalan que la sustancia no ha podido demostrar ser efectiva bajo métodos realmente científicos. Los creyentes sacan testimonios del tipo “mi primo se sanó”, “todoesuncomplotdelasfarmaceúticas” y datos de estudios que no cumplen estándares mínimos, como el del efecto placebo. Sin embargo, los creyentes acusan a los escépticos de no abrirse a las verdades reveladas que ellos representan pues, ¿quién no sabe que el dióxido de cloro cura desde el autismo, el cáncer, el VIH y ahora la COVID-19?

Argumento curioso, proviniendo de los discípulos del fundador de la Iglesia Génesis II de Cura y Sanación, Jim Humble, quien recibió la cura milagrosa de parte de extraterrestres benefactores de la Humanidad. Es decir, unos seres que son todo lo contrario de un Bill Gates, que -como todos lo sabemos- es quien realmente inventó el SARS-CoV-2 para diezmar a los ancianos y pobres del mundo.

Aquí estamos: la ciencia se hace preguntas, la seudociencia te vende verdades reveladas y al instante. Y existe una porción cada vez mayor de gente que quiere respuestas instantáneas. Si caben en un tuit, mejor aún. Porque hemos llegado a ese punto del debate: verdades reveladas en frases solubles de hasta 280 caracteres… ¡y a otra cosa, que la vida son dos días!

Lo peligroso de construir un mundo de verdades y certezas absolutas es que no hay espacio para el tan humano error o la aún más humana contradicción, lo cual llevado al plano social y político es peligrosísimo alimento a cualquier engendro populista autoritario. Tal como en la relación ciencia y seudociencia. La democracia son preguntas, una perpetua e imperfecta construcción permanente. El autoritarismo es la verdad revelada, con un líder como médium de esa entidad suprema que es el pueblo, a quien el líder entrega todas las respuestas.

Por eso, los caudillos autoritarios temen tanto a las preguntas y más si no tienen respuestas fáciles.

Porque quizás lo más honesto, ahora mismo, sea un “no tengo una sola respuesta”. O como diría ese zapatero poeta de apellido García: Y si la vida es un sueño / Como dijo algún navegante atribulado / Prefiero el trapecio / Para verlas venir en movimiento.

César Ricaurte es periodista y director de Fundamedios. 

7 Comments

  1. Muy buen articulo, desnuda y explica que en pleno siglo 21, todavia creemos, en magos y charlatanes, tanto en la parte cientifica como en la parte politica, particularmente en nuestro pobre pais

  2. Antes nos vendian la cura milagrosa, el aceite de la gran bestia y un sin fín de medicinas callejeras, que curaban todo mal, sea físico, como sicológico. El charlatan de mercado barato nos advertia, que no deviamos pasarnos de la raya, porque sino, le sacaba a Marta Julia. Ahora vasta con poner CLO2, un twit y listo. No preguntes, sólo tomate unas gotitas diarias y te cura desde el catarro común, hasta esclerosis lateral amiotrófica.

    Es decir lo pendejos, no nos quita nadie.

  3. Separando la abundante paja del escaso trigo, por qué descalificar los testimonios de las personas que han usado exitosamente el dióxido de cloro? Eso mismo hacen los autoritarios y los que quieren mantener el status quo…hay interrogantes respecto de ese compuesto que la ciencia no comprometida con intereses económicos y geopolíticos debe abordar…la “verdad” nace de la controversia…por qué tanto miedo a verificar la utilidad de un simple compuesto?

  4. …una reseña entre el Covid y la politica, entre el Capitalismo y el autortarismo, entre la ciencia y el empirismo…al puro estilo de Cantinflas.

  5. Un saludo
    No le hallo un sentido o un mensaje concreto entre todas las ideas expresadas, considero que pretende generalizar visiones por determinados grupos o tendencias lo cual podría ser muy inexacto.
    No veo como se relacionan con el temor de los caudillos autoritarios, quienes han demostrado defender cualquier cosa inverosímil con vehemencia y cinismo, a cualquier pregunta incómoda se hacen los ofendidos, se indignan y la torean.
    Un péndulo, ni su movimiento tiene polos opuestos, el movimiento oscilatorio no se polariza.
    Respetuosamente, creo que escribe mucho, mezcla un poco las ideas y no dice mayor cosa.

  6. Tomando en cuenta que el 90% de las empresas chinas son privadas, realmente el discurso anticapitalista sobre la caída de Estados Unidos y el reemplazo por China sobre todo es antiestadounudense. Por otro lado, realmente toda la vida se va a vender magia, los zurdos toda la vida van a vender Finlandia y entregar Venezuela. Así como defendemos la mecánica clásica y la tierra redonda, no es loco defender el capitalismo y la libertad pues realmente funcionan. No me queda más que decir, que viva el capitalismo y que viva la libertad.

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