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Metro: los multilaterales dan un ultimátum a Yunda

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Para poder concluir la construcción del metro, el Municipio de Quito necesita al menos 35 millones de dólares. Eso porque hubo costos que no estaban previstos y que no fueron financiados por los bancos internacionales. Esa es la razón por la que, el 12 de octubre, el Municipio envió una carta a los representantes de los tres bancos multilaterales que financiaron el metro solicitándoles que le presten ese monto. Pero la respuesta no fue la que el Municipio hubiera querido…

La contestación, a la que tuvo acceso 4P, llegó el 20 de este mismo mes en una carta que, en síntesis, dice lo siguiente: primero busquen financiamiento en otro lugar, pero sepan que estamos dispuestos a hacer el esfuerzo y darles la mano siempre y cuando tomen todas las decisiones pendientes para poner en marcha el proyecto, entre esas la contratación del operador.  Se “seguirá dando apoyo al proyecto, siempre y cuando el Municipio del Distrito Metropolitano de Quito, MDMQ, gestione y soluciona los aspectos pendientes para la puesta en operación de la Primera Línea del Metro de Quito, PLMQ.”.

En la carta, los bancos multilaterales recuerdan también al administrador del Municipio (quien envió oficialmente el pedido) que, a finales del año 2019, se habían ya hecho estas advertencias en documentos que anexaron a su respuesta del 20 de octubre. En resumen, si no se decide sobre cómo será la operación, no hay más dinero.

La carta de los tres financistas, el Banco Mundial, el Banco de Desarrollo Interamericano, BID, y la CAF, es la primera evidencia documentada que se conoce de un condicionamiento al financiamiento que se le hace a la administración de Jorge Yunda, por su dilatoria a tomar decisiones esenciales para la puesta en marcha del proyecto.

Carta de negativa de los multilaterales

4P pudo establecer que la historia del pedido municipal de los 35 millones de dólares a los bancos es así: con la crisis económica, agravada brutalmente por la pandemia, el presupuesto municipal se encogió de tal forma que no hubo dinero para cubrir los desfases en el costo de la obra. Esto trastocó dos cosas que el gerente de la empresa del Metro, Édison Yánez, tenía en mente antes de la pandemia y que representaban en total 75 millones de dólares. Yánez necesitaba, por un lado, conseguir 35 millones de dólares para acabar la obra y otros 40 millones de dólares para financiar una operación directa del metro por parte del Municipio, cosa a la que los bancos internacionales se oponen. El plan de Yánez, supo 4P., era obtener esos fondos del Presupuesto municipal para ya no depender de los condicionamientos de los bancos multilaterales y llevar el proceso de adjudicación del proyecto a su manera.

Con la llegada de la pandemia, sin embargo, los planes de Yánez se esfumaron, pues ya no hay el dinero para su anhelada operación municipal ni los 35 millones de dólares para acabar la obra. Fue en ese momento, cuando los especialistas financieros del Municipio explicaron Yánez que sería imposible conseguir los fondos del propio municipio y que si se quiere acabar la obra había que intentar conseguir los fondos de los mismos bancos internacionales.  En ese momento, se decidió escribir la carta a esos bancos que, a la postre, merecería la respuesta negativa del 20 de octubre con sus dos anexos.

La negativa de los bancos es parte de una compleja relación entre los bancos y la administración municipal que se tensó a raíz de que esos organismos empezaron a tener información sobre las intenciones de algunos grupos dentro del Municipio de montar una operación propia y directa del proyecto, así como por la demora en tomar decisiones que tienen que ver con la adjudicación de la operación. La molestia de los bancos se tradujo en una carta del 1 de octubre que 4P. publicó y en la que incluso dejan entrever que tenían información de que en la empresa del metro dirigida por Yánez se estaba ultimando los detalles para la contratación de 170 conductores para los tres del metro: “Sugerimos suspender -dijeron entonces- cualquier intención de contratación inmediata de personal”.

Carta de los multilaterales del 1 octubre

Expertos en organismos financieros multilaterales, dijeron a 4P. que para que estos bancos hayan enviado una carta al Municipio es porque la situación es muy delicada. Esos organismos casi nunca expresan sus opiniones por escrito en este tipo de temas, y si lo hacen es porque documentan los problemas por los que el proyecto está atravesando.

La preocupación de los representantes de los bancos llegó a tal extremo, que le pidieron a Yunda que conforme una comisión de seguimiento a la empresa del metro. En esa comisión se incluye al director financiero del Municipio, a un representante del empresa del Metro, a uno de los bancos y a un representante del Ministerio de Finanzas. Finalmente, ante los pocos avances, los informes negativos de la comisión de seguimiento y la quejas de los bancos por la gestión de Yánez, Yunda  decidió delegar el manejo de todo el tema de la movilidad al vicealcalde Santiago Guarderas.

Mientras tanto y en medio de todo esto, la puesta en operación del proyecto sigue demorando mucho más de lo previsto, básicamente por la mala gestión municipal, liderada por Jorge Yunda.

23 Comments

  1. Es momento de que el concejo municipal, los Colegios de Arquitectos, de Ingenieros, Contraloría, organizaciones ciudadanas, le exijan al «señor» Yunda que deje de calentar el puesto y se ponga a hacer su trabajo, si él no se siente capaz de tomar decisiones necesarias aunque impopulares, pues que se haga a un lado, que deje de ser un obstáculo para el avance del metro y nuestra ciudad. No podemos permitir que nuestra ciudad siga en el limbo y en el abandono.Visto las cosas como van, el metro de Quito no entrará en funcionamiento si no hasta el primer trimestre del 2022, no hay operador, no hay sistema de recaudo, no hay compuertas de ingreso en las estaciones, todo esto requiere un mínimo de un año de planificación, montaje, instalación y puesta en marcha y en vista no hay nada de eso.

  2. En cualquier ciudad del mundo, sea rica o pobre, una línea de metro es una obra importante y prioritaria, liderada por un alcalde, gobernador o el gobierno central, pero aquí vivimos el mundo del revés, a la deriva que tenemos ni le va ni le viene, deja en manos de un funcionario de cuarta con evidentes vínculos e intereses particulares .
    Al paso que vamos, nos va ocurrir lo mismo que a ciudades vecinas como Lima y Bogotá, que han visto pasar décadas hasta poder construir su primera línea de metro.

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