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El blanqueamiento de la extrema izquierda

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Toni Cantó, líder del partido liberal Ciudadanos en la Comunidad Valenciana en España, pronunció un discurso en el Parlamento en el que, según indicaba el diario español El Mundo en sus redes sociales, desmontaba la ideología comunista en 6 minutos. No se equivocaba el diario en su apreciación. Cantó contestaba a la parlamentaria del partido de extrema izquierda Unidas Podemos, Naiara Davó, quien, en el momento en que España se ve abocada a un nuevo confinamiento por la pandemia que tan negligentemente han manejado el PSOE y Unidas Podemos desde el Gobierno central, proponía que se proteja al “antifascismo”. De forma increíble, en pleno año 2020 y en mitad de una pandemia, a Unidas Podemos, partido que defiende las tesis comunistas, le parece necesario una propuesta en un parlamento autonómico para proteger al “antifascismo”.

Para empezar, el “antifascismo” no tiene por qué ser, en principio, algo digno de protección. Hay quienes se hacen llamar “antifascistas” que se dedican a protestar violentamente so pretexto de luchar contra el enemigo fascista. Sin embargo, en la actualidad, esos “antifascistas” estadounidenses y europeos viven en democracias plenas donde gozan de derechos y libertades, por lo que su lucha carece de esa aura heroica que le quieren dar. Llamemos “antifascistas” a los bielorrusos que luchan contra el régimen de Lukashenko o a los venezolanos que luchan contra la tiranía de Maduro, pero llamar “antifascistas” a quienes, desde la comodidad de una democracia plena, se dedican a atacar a la propiedad privada y quemar contenedores le resta cualquier tipo de significado a esa palabra.

Adicionalmente, Cantó replicaba a Davó indicando que se olvidaba de la otra mitad del problema, el comunismo. Los principios fundacionales de la Unión Europea parten de la base de desterrar de los países miembros cualquier tipo de totalitarismo lo que incluye a los regímenes fascistas, cuyos ejemplos más claros fueron Hitler, Mussolini o Franco, pero también a los regímenes comunistas como el de la antigua Unión Soviética que tanta pobreza y opresión causó a las naciones que la conformaban.

Existe un grave problema cuando en nuestras sociedades se normaliza que existan partidos de extrema izquierda y se quiere proscribir los partidos de extrema derecha. Evidentemente, los partidos que profesan una ideología de extrema derecha, entendiéndose como tal, la que limita derechos y libertades, ataca a la prensa, es anti-inmigración, antiglobalización y defiende postulados que ya han sido superados hace mucho tiempo son un peligro para los derechos y libertades de los ciudadanos y para la democracia en general y no deberían obtener el favor popular en las urnas. Sin embargo, los partidos de extrema izquierda, cuyas tesis y postulados son igualmente de peligrosos que los de la extrema derecha, cuentan con una protección de parte de la sociedad y de cierta prensa que pretende enmarcarlos dentro de la normalidad democrática cuando no debería ser así. Actualmente, a muy pocas personas se les ocurre aparecer debajo de una esvástica para defender sus postulados en una democracia y si lo hicieren deberían ser rotundamente condenados; sin embargo, los líderes de los partidos y movimientos de extrema izquierda se ven hablando rodeados de banderas con la hoz y el martillo, sin que eso genere una condena o repulsión en los demás partidos y movimientos políticos ni en la sociedad.

El comunismo causó millones de pérdidas humanas y levantó muros para que los ciudadanos que vivían en esos “paraísos” comunistas no pudieran escapar hacia países capitalistas que les permitían obtener una mejor calidad de vida. Desde luego que los regímenes de países capitalistas son mejorables en muchos aspectos y que hay derechos básicos que el Estado debe garantizar como una salud y una educación pública de calidad, pero eso, en ningún caso, es un principio comunista ni convierte al comunismo en un régimen aceptable dentro de una sociedad democrática.

Lo más llamativo del caso es que durante años se sigue repitiendo que si el comunismo o el socialismo han fracasado en cada país donde se ha intentado imponer es porque eso no era verdadero socialismo o comunismo. Para desmontar esta afirmación, Cantó citaba a Javier Pérez-Cepeda, alias “Churruca”, quien decía “en cada generación hay un selecto grupo de idiotas convencidos de que el fracaso del colectivismo se debió a que no lo dirigieron ellos”. Esa frase es una radiografía de la realidad actual en la que un grupo de idiotas está convencido de que si ellos dirigieran la revolución comunista o marxista ésta finalmente tendría éxito.

No cabe duda de que los movimientos de extrema derecha, entendiéndose como tales a Le Pen en Francia, Amanecer Dorado en Grecia, Bolsonaro en Brasil, en cierta medida VOX en España, etc. alimentan e inflaman a los partidos de extrema izquierda quienes se erigen en los grandes luchadores contra el “fascismo”, pero la realidad es que no luchan contra ningún fascismo y los postulados que ellos defienden son tan nocivos y peligrosos para la democracia como los de la extrema derecha. Es hora de acabar con el blanqueamiento de la extrema izquierda.

Ricardo Flores es abogado.

1 Comment

  1. Súper artículo – gracias.
    Cuando menciona: “deberían ser rotundamente condenados;” agregaría y desaparecidos – por el bien del ser humano y, la naturaleza- por supuesto.

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