¿Qué hacen los representantes de la vieja guardia de la Conaie ante el flirteo de algunos de sus líderes con el mariateguismo? 4P conversó con MANARI USHIGUA, dirigente sápara y ex-vicepresidente de la Conaie.
Hay divisiones dentro del Movimiento Indígena, por un lado, por la nominación de Yaku Pérez a la candidatura de Pachakutik y, por otro, en reacción al giro más radical de líderes como Jaime Vargas y Leonidas Iza. ¿Se puede en verdad hablar de un movimiento dividido?
La CONAIE se conforma por Confenaie, Ecuarunari, Conaice que están conformados por varias nacionalidades indígenas. Esta estructura organizativa es firme en su posición. Ahí toman decisiones, encuentran soluciones. Así se organiza la Conaie. Las acciones de los líderes, esa es otra cosa. Ellos tienen responsabilidad de presentar proyectos políticos en la Asamblea, y tienen la capacidad de movilización, abarcan una visión nacional. Cuando ellos opinan sobre política, podría verse una división: hay muchas opiniones sobre la candidatura de Yaku Perez, por ejemplo, pero Pachakutik busca representar no solo al sector indígena sino a todos. Por eso, quienes toman las decisiones en Pachakutik son los consejos políticos.
He escuchado que muchos dicen que el Movimiento Indígena está dividido, pero en la práctica, a fondo, debemos entender que nadie es el dueño del partido o del movimiento. Lo que puedo decir es que el Movimiento Indígena se ha fortalecido muchísimo. Cuando un gobierno no sabe gobernar, las organizaciones sociales se fortalecen. Cuando el gobierno es fuerte, ahí sí, el movimiento indígena estaba dividido. Pero ahora es diferente, el movimiento indígena se ha posicionado. Está muy fuerte.
Es decir, aunque hay rumores de división, para usted ¿la realidad es otra?
Es un rumor. Todo está bien. Se han debatido algunos temas, como las candidaturas, pero seguimos caminando. El compañero Vargas y el compañero Iza pueden decir que quieren ser candidatos, pero la candidatura de Yaku se decidió por el consejo. Cuando aparecieron personajes como Leonidas Iza hubo quizás resentimiento, debate, conversación, pero el mismo Leonidas Iza dijo que eso había que superar.
El país con pandemia, economía inestable y crédito tan alto, no se ve un gobierno que pueda enfrentar esa realidad. ¿Pero cuál es su fórmula? Muchos no se quieren arriesgar como candidatos, es una situación súper crítica. Nosotros los ex-dirigentes estamos analizando esos temas.
En su recientemente publicado libro Estallido, Leonidas Iza delinea explícitamente su postura marriateguista, así como su desconfianza hacia la democracia electoral. Habla de un “comunismo indoamericano” como su horizonte político. ¿Cómo ven los viejos dirigentes, cuya movilización fue por sobre todo no-violenta, a esta nueva tendencia?
El movimiento indígena tiene un proyecto y visión política que se logró cuando se reconoció el Estado plurinacional. La agenda del movimiento indígena es transformar al Estado reconociendo que los pueblos —no solo indígenas— tengan su espacio de gobernanza en cada territorio.
Las ideologías como el comunismo, este radicalismo que mencionaste, estas son historias que nunca han funcionado. En Europa hubo comunismo, son historias que hay que analizar desde el punto de vista de procesos humanos. Para nosotros, hay jóvenes alineados con esa ideología pero ese radicalismo no nos representa. Desde el punto de vista del movimiento indígena queremos respeto, reconocimiento de los pueblos dentro del Estado ecuatoriano.
La agenda del movimiento indígena está firme. Pero los líderes que hemos pasado por la Conaie tenemos otra visión de la política. No es necesario ser una persona confrontativa. El Ecuador necesita unidad para sacar hacia adelante lo que necesitamos económicamente.
Al ser dirigentes con poder político quienes esbozan ese discurso, ¿no teme que éste se tome al movimiento y gane más fuerza?
Una cosa es ser líder, otra la acción de una persona. Pero no necesitamos actitudes de enojo o de rebeldía. Debemos ir un poco más allá de eso. El movimiento indígena empieza a liderar porque hemos perdido hermanos cuando hubo levantamientos, pero no nos hemos beneficiado directamente de la baja del precio de la gasolina. Entonces para nosotros el beneficio de subir gasolina, desde el punto de vista de los derechos de la naturaleza, no nos convenía. Pero frente a eso de cómo continúa el movimiento indígena, vamos a opinar sobre el tema. Yo estoy mirando desde mi lado. Ahora no necesitamos más muertos, necesitamos soluciones.
El compañero Vargas tiene enero para salir. Va a venir otro compañero. Ese tema es lo que dentro del movimiento indígena se está debatiendo: el liderazgo de la Conaie. Pero los exdirigentes estamos analizando alternativas económicas y estudiando para ver si hay soluciones para nuestra realidad.
Aparte de las opiniones, ¿cómo se están organizando los exdirigentes frente a este tema?
Los exdirigentes estamos cansados de estar en todo ese proceso. Es una cosa súper fuerte, así que dejamos que otros tomen el liderazgo, pero si vemos que las cosas van como lo han hecho, a veces hay que intervenir para orientar al movimiento. Si alguien está manipulando o yendo hacia una ideología como este marriateguismo, esa no es una ideología del movimiento indígena, sino una cosa de una persona. Pueden escribir libros de marxismo, de comunismo, de cualquier pensamiento, pero en práctica la vida humana es diferente.
El mismo liberalismo fracasó. El mismo capitalismo fracasó. Entonces es ahí donde debemos buscar una posibilidad para ir hacia adelante. Debe existir una nueva visión política con nuevos conceptos de vida.
El movimiento indígena tiene una capacidad histórica de convocatoria. En especial, de convocatoria generalmente no-violenta. ¿Hay relación entre ese éxito político y ese compromiso con la movilización pacífica?
Las bases del movimiento indígena son firmes. No cualquiera las puede romper. Tienen territorio. Nadie puede romper eso. Así se logra la agenda del movimiento indígena. Puede haber pequeñas divisiones, pero se resuelven rápido. Eso ha sido la parte exitosa del movimiento: su organización. Nadie puede competir. Correa quiso competir con el movimiento indígena. Nosotros llegamos a paralizar Quito, Correa llevó unos cuantos buses. Nadie tiene la capacidad organizativa que tenemos. Cuando establecemos una agenda, la conseguimos.
¿Y la no-violencia?
Nuestro objetivo siempre fue: si perdemos compañeros al marchar, mejor no marchar. ¿Qué va a pasar con los guaguas? ¿Quién cuida de las familias? Analizando todo eso, nuestra posición siempre ha sido una marcha pacífica. Entonces con eso no digo que todos los líderes van a tener ese pensamiento. En ese tiempo estábamos con Cholango. Eso pensábamos los dos.
Pero el éxito del movimiento indígena es trabajar, consensuar, cada decisión debe llegar a todas las organizaciones, dentro de la selva, fuera de la selva, es un minga gigante.
Foto: Archivo Manari Ushigua.