La semana pasada decidí poner a consideración de las personas que tienen la gentileza de leer esta columna, un problema que he notado reiteradamente en mi práctica profesional: los empresarios prefieren contratar hombres que a mujeres, por los costos adicionales que les representamos en función de las normas laborales que resumí en mi artículo.
Esto despertó a varias fieras que organizadamente desde su postura radical expresada en alguna red social, me han puesto verde durante la semana. Las más feroces, han decidido atacar al mensajero como si el problema expuesto se desaparece al insultarle. Pudimos comprobar cómo muchas de ellas reclaman constantemente inclusión y tolerancia, pero son despiadadas cuando alguien se atreve a pensar y opinar diferente. Es la tragedia del buenismo falso del discurso de lo “políticamente correcto” que atenta contra la libertad de expresión.
Otras personas más inteligentes han disentido atacando el argumento. Aplaudo a quien expresa con educación, respeto y racionalidad su punto de vista. Y en honor a esas personas, he decidido hacer una segunda parte de ese artículo llamado “Las mujeres queremos menos de estos privilegios”, publicado en 4P el 14 de diciembre de 2020, contestando las interesantes peticiones, alegaciones y propuestas que han hecho en contraposición a las que yo incluí en esas líneas.
- A quienes me han pedido que sustente en datos el problema de la desigualdad en el acceso al empleo: la tasa de desempleo de hombres siempre es más baja que la de las mujeres, más aún en crisis económica, en donde se amplía la diferencia. Según el INEC ha sido así:
Marzo 2019: Tasa masculina TM 3,8%; Tasa Femenina TF: 5.7%;
Diciembre 2019: TM 3.3%; TF: 4.6%;
Mayo 2020: TM: 11.6%, TF: 15.7%;
Septiembre 2020: TM: 5,7%, TF: 8%.
Adicionalmente, una de las personas interesantes que conocí me hizo saber que en un observatorio de derechos de las mujeres en el trabajo realizado el año pasado, se identificó que las mujeres a la edad de 25 años, pese a tener mejores estudios que los hombres (más títulos y/o mejores calificaciones), tenían una tasa de desempleo del doble.
- Otras personas han propuesto que si el problema de la igualdad del acceso al trabajo entre mujeres y hombres es el costo adicional que éstas representan para el empleador, lo que se debe hacer es “encarecer la contratación de los hombres”. A estas personas mi contestación es que vivimos en un mundo global en el que el inversionista puede escoger libremente en dónde invertir sus capitales, y que si un país encarece o dificulta las condiciones en las que puede llevarla a cabo, éste irá a buscar otro destino, con lo cual estaremos impidiendo el acceso al trabajo a todos, y no solo a las mujeres.
- A quienes me han indicado que en otros países las licencias de maternidad y paternidad son de dos años y que, por tanto, en Ecuador nos estamos quejando por mucho menos, les pido identificar que en esos países los costos relacionados con la maternidad asume la seguridad social, y no el empleador.
- A quienes se han molestado porque consideran que equivocadamente he llamado “privilegios” a los “derechos”, les expreso que mientras exista una disposición legal que permita a una persona exigir algo a otra, tiene un derecho. Por tanto, no hay duda de que las normas a favor de las mujeres, son derechos. Sin embargo, mi planteamiento es que esas normas contemplan unas prerrogativas que resultan afectado su derecho humano al acceso al trabajo. Y, por tanto, al poner en contraposición ambos derechos, desde mi punto de vista, las normas que obligan a empleador a ejecutar o pagar por la maternidad, se convierten en un caro privilegio de las mujeres que pagan con su imposibilidad de ejercer su derecho de acceder al trabajo.
Es maravilloso el intercambio de ideas entre personas que no se conocen, que permiten las redes sociales. Pero seremos mejores ciudadanos y seres humanos si las utilizamos con respeto y educación. Lo que falta en este país son ideas para solucionar los problemas, empecemos a debatir sobre ellas sin matar al mensajero.
Bárbara Terán es abogada y catedrática universitaria.
“Alguien lo tenía que decir y lo dijo…”y la verdad que está muy bueno el debate, yo solo le hago estas preguntas a la Dra. ¿qué pasa cuando esa mujer trabajadora decide formar una familia y tener hijos? ¿También es un privilegio desear continuar su carrera profesional sin que la minimice su entorno por estar embarazada, en maternidad o lactancia? ¿Sufrir de acoso laboral por sus jef@s y compañer@s porque piensan que la mujer se vuelve menos productiva? Los hombres y las mujeres que han decidido no tener hijos nunca comprenderemos lo que esas “mujeres privilegiadas” tienen que soportar a pesar de estar en su justo derecho. Pero existen empresas conscientes y con buenas prácticas en Ecuador, no por nada esas empresas son modelos a seguir…
“…los empresarios prefieren contratar hombres que a mujeres, por los costos adicionales que les representamos…”; el contenido de sus dos artículos son claros y de fácil comprensión, y dichos por una mujer. Estimo que la intención es que, derribando barreras, haya más oportunidades de trabajo para las mujeres. En todo caso, no encuentro motivos de ofensa. Mi total respaldo, aunque humilde, a su preocupación, Dra. Terán.
felicitaciones muy buen artículo
Dos muy buenos artículo. Mi total respaldo.
Bárbara, su artículo me pareció genial en función de patear el avispero. Ojo, no hablamos del malhacer del sinvergüenza de turno, sino de problemas de fondo. El desempleo femenino es un problema estructural y de larga data que merece todas las voces, incluso las que disienten del discurso mayoritario.
Y si: guste o no el empleador se ahorrará el gasto de contratar mujeres si le toca asumir a él esos gastos. Éso es un hecho que no podemos desconocer ni edulcorar de forma normativa. Son los efectos de las “buenas intensiones”
Realmente hay que ser valiente para haber puesto el otro artículo, la narrativa actual es que las mujeres son víctimas hasta del aire acondicionado. Y por otro lado, que le parece, el desempleo femenino es mayor al masculino después de todo. Por qué será? Será porque es más caro contratar a una mujer que a un hombre? No no… debe ser el patriarcado. Por otro lado tampoco me sorprende que la gente para solucionar el problema en vez de proponer arreglos al sistema de contratación para volver a la mujer tan competitiva como el hombre, prefiera interceder para dar cuotas y o ofrecer más privilegios. De ahí no se quejen que no hay empleo.
Feministas enemigas de los hombres y ¡ Oh ! sorpresa también de las mujeres.
Al parecer la salida de la columnista es retroceder en derechos para solucionar el problema laboral de la mujer. Es lamentable el poco análisis histórico que se tiene y me entristece que ese sea el nivel de una docente universitaria. Eso habla mucho de lo que pasa y de como se encuentra la educación superior en el país.
No entiendo. Por favor, me podría explicar de que derechos esta hablando, y a que análisis histórico se refiere. Y por ultimo que es lo que pasa con la educación superior? Realmente me gustaría saber, primero porque hace mas de 4 décadas que no he pisado una aula universitaria y segundo porque me gustaría conoce en que universidades se alejan de esta decadencia, y para finalizar hay alguna idea, iniciativa, o emprendimiento para cambiar?