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¿Y qué dicen los candidatos en sus lemas?

lectura de 10 minutos

Aunque hay 16 binomios inscritos y en el país no existen 16 proyectos políticos, algunas campañas se distinguen del revoltijo. Sus lemas les ayudan. 4P contextualizó aquellos que los favoritos y algunos otros candidatos usan actualmente. No son, por obvias razones, los lemas de sus partidos que están en nuestra ilustración. Pocos candidatos se atienen al lema, algunos usan dos o ensayan variantes del más conocido. 

Guillermo Lasso
CREO
Capacidad Para Cambiar

Guillermo Lasso ha hecho del cambio su segunda piel. Ese fue su posicionamiento frente al correísmo en 2013 y 2017. En los hechos, CREO se erigió en posibilidad de ruptura con el correísmo o alternativa ante el continuismo que entonces representó Lenín Moreno. Ahora, tras cuatro años de morenismo, Lasso aparece entre los candidatos favoritos y, de ganar, se convertirá, en los hechos, en el gobierno de transición; papel que no asumió el actual presidente.
CREO encara esta elección con un lema que mantiene su línea discursiva, pero pone el acento en Lasso -“Capacidad para el cambio”- buscando marcar la diferencia con sus contrincantes. Lasso apunta a diferenciarse por su experiencia profesional y sus vivencias laborales desde los 14 años. El cambio, en su caso, está enfocado en los temas económicos y laborales que, por las condiciones sanitarias y de crisis, aparecen entre las prioridades para los electores. En los hechos esos temas opacan otras agendas en las cuales Lasso y su partido son abiertamente retardatarios. El más conocido es su oposición al aborto, incluso en casos de violación. 

Andrés Arauz
Centro Democrático
Vuelve la Esperanza/A recuperar el futuro

El regreso es el leitmotiv del correísmo, representado por Andrés Arauz. La idea es “volver” a un periodo, o a un estado, que se promociona como ideal: su paraíso. Para Arauz la esperanza tiene nombre y apellido: Rafael Correa. Este lema apela, sobre todo, al voto duro del correísmo y busca capitalizar el desgaste de Lenín Moreno, presentado como un traidor. El correísmo, lejos de responsabilizarse por la condición en que dejó al país, tras diez años de despilfarro, ni por los casos de corrupción y represión, los licúa a su favor. Su propuesta es que la nostalgia reemplace a la memoria y que los victimarios muten en víctimas de aquellos que no compran su narrativa.
“Vuelve la esperanza” requiere, para ser efectivo, total amnesia colectiva. “Recuperar el futuro”, completa la operación. “Recuperar el futuro” pretende anclar un sueño vacío entre aquellos que tienen problemas en el presente, pero condicionándolos a hacer tabula rasa del pasado, del cual los correístas fueron los protagonistas.

Yaku Pérez
Pachakutik
Viene lo nuevo, viene lo bueno

El binomio de Yaku Pérez Guartambel quiere ofrecer un nuevo inicio. Paradójicamente, presentarse como “bueno” y “diferente” no es nuevo en Ecuador. Pero esto permite a Yaku Pérez poner a sus contrincantes y al oficialismo en el mismo saco -Correa, Moreno, Arauz, Lasso- para responsabilizarlos de los problemas del país y tratar de capitalizar las ansias de transformación. Pachakutik nunca ha asumido su pasado político. Y las consecuencias de lo que han ayudado a producir.
Nuevo y bueno retoma el mito refundacional presente en el correísmo. Sin embargo, Pérez se presenta como el candidato presidencial que junta ecología con la versión más contemporánea de la izquierda. Una mezcla interesante que, en su caso, no fluye. Porque si el candidato de Pachakutik está alejado del correísmo y de la variable socialista que cobijó a Correa y a sus socios, no tiene un plan de gobierno que supere lirismos y lugares comunes de la vieja izquierda. No se sabe cómo, en caso de ganar, sustentaría y financiaría la novedad que propone. ¿Qué es lo nuevo? ¿Qué es lo bueno? Yaku Pérez no tiene respuestas prácticas a esas preguntas.

Gustavo Larrea
Democracia Sí
El amor es invencible

El lema de Democracia Sí (El amor es invencible) sirve para muchas cosas. Salvo, quizá, para aquella a la que estaba destinada por Gustavo Larrea y sus coidearios: hacer política. De suerte que es un lema disruptivo y prácticamente inservible. Por eso, en este caso, es el nombre del partido el que abre mayores posibilidades en sus campañas de comunicación. De hecho, “Democracia Sí” hizo parte del lema usado por Larrea y sus amigos en los años 70, contra la dictadura militar. “Democracia Sí; Dictadura No”. Ese Sí suma una aureola que le permite posicionarse como partido propositivo: “Sí a la lucha contra la corrupción”, “Sí al empleo y a la producción”, “Sí a la armonía con la naturaleza”… Ese Sí puede incluso derivar en lema de campaña, pues Gustavo Larrea usa en sus redes “Sí es posible”. Esta campaña dirá si ese posicionamiento conceptual y político es premiado o no por los electores.

Xavier Hervas
Izquierda Democrática
Atrévete, somos gente nueva

El lema de la campaña de Xavier Hervas luce como un canto de barra brava. “Atrévete, somos gente nueva”, suena retador. Atrévete, ¿a qué? ¿Gente nueva? Es verdad que las caras que resaltan en esta campaña son jóvenes, pero el partido que lo aúpa, la Izquierda Democrática, tiene más de cincuenta años instalado en el panorama político nacional. En ese sentido, Hervas debería representar la versión política contemporánea de la Social Democracia, y no es el caso. Su lema hace pensar en un makeover político del partido que fundó, entre otros, Rodrigo Borja. Pero, bien mirado, solo califica como ligero lifting facial: Hervas quedará en esta campaña como el candidato que mejor explotó a su favor aplicaciones como Tik Tok, con éxitos en redes sociales.
Su lema es una invitación que cae en saco roto. Hervas es la cara de un partido en manos de viejos dirigentes que en esta elección han hecho un salto de un fondo desactualizado a nuevas formas de comunicación sin mayor contenido.

Lucio Gutiérrez
Sociedad Patriótica
La Patria se levanta

Gutiérrez es el candidato nostálgico por antonomasia. No solo de su mandato sino de la milicia y todo lo que representa. Y como esto le dio réditos en 2003, no quiere alejarse de la fórmula: él es el patriota que promete lo que debe y apela al instinto patriotero, tribal, militarista de sus conciudadanos. La campaña entera de Gutiérrez es una marcha marcial de antaño, al igual que sus propuestas. Por eso surgió su lema inicial, “Con Lucio estaremos mejor”.  “La Patria se levanta” o “los patriotas se levantan” vino después. Y en el caso de Gutiérrez es un lema transparente: lo muestra a él y su proyecto con la misma rimbombancia anacrónica.

Guillermo Celi
SUMA
¡Vamos a decir la verdad, carajo!

Guillermo Celi ni despunta ni hace ruido. Pero quiere poner sazón a su campaña al estilo del chico rebelde (que no es) y del candidato sin pelos en la boca (que tampoco es). “Vamos a decir la verdad, Carajo” es un lema para un recién llegado: no es el caso de Guillermo Celi que lleva más de una década en un partido, SUMA, cuyo líder, Mauricio Rodas, es un ejemplo incuestionable de opacidad. Anclado en viejas y mañosas formas de hacer política.
“Decir la verdad” luce como una ruptura apasionada tendiente a capitalizar el hastío de los votantes a la clase política. Nada más equivocado: es un golpe de efecto sin futuro en un escenario político en el que SUMA, suma muy poco.

Ximena Peña
Alianza País
Vuelve la 35

¿Qué es Alianza País? No es el correísmo ni tampoco lo que fue el morenismo desde 2017. Es una nostalgia ilusoria que permite a sus militantes reivindicar “lo mejor del correísmo” y desechar la corrupción que, tras haberla ignorado, no la pueden negar. Pero cuando Ximena Peña, la candidata presidencial, oye el número de investigaciones que tienen Correa y Glas en la Fiscalía, no concluye que fueron las cabezas de una mafia política: reitera que sus ex líderes son perseguidos.
Peña y Patricio Barriga, el binomio de la 35, son correístas a la carta que fabricaron la ficción de que pueden devolver la película a 2007, cuando se fraguó un programa “de ideales de transformación e igualdad”: ese es el corazón de su lema. Del resto no se hacen cargo y defienden todo: el ogro estatal, el derroche, la deuda contraída, el autoritarismo, la persecución a la prensa… ¿Qué significa el regreso de la 35? La falacia de aquellos políticos que participaron en la década y que rehúsan hacer el balance político de una quimera autoritaria que, por fortuna para el país, no pudo continuar.

Ilustración: 4P. 

4 Comments

  1. No puedo cachar como es que hay panas que siguen creyendo en los correistas porque se la han pasado haciendo huevadas para robarnos y hundirnos, el Ecuador merece un gobierno con mayor transparencia.

  2. Muy de acuerdo, no hay propuestas que tengan posibilidades de ganar y sean buenas. Lo que queda es apoyar al candidato más eficiente y no permitir que Arauz quite la seguridad económica del país.

  3. Está claro que el lema de Arauz es el que no tenemos que perseguir, la “esperanza” que volvería sería la de ser como Venezuela, aunque creo que ninguno de nosotros quisiéramos eso en el Ecuador, por eso no permitamos que llegue al poder.

  4. Hicieron marchar hasta a la esperanza. Pero ya nos ofrecen traerla de vuelta. Esperen no más. Y volverá con los 30 mil millones que están en el extranjero; Arauz lo sabe. El restito (unos 40 mil milloncitos, más o menos) para la próxima. Estarán siempre corriendo detrás del futuro hasta recuperarlo ¡Si se deja, claro; el futuro siempre va adelante!.

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