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Un evento visualmente gélido
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Arauz acosado por Velasco
Juan Fernando Velasco produjo uno de los raros intercambios entre los candidatos. Sereno, recordó a Arauz que es capaz de prestarse para cualquier cosa: firmar, por ejemplo, un contrato sobre el Festival de Loja que el ministro Vallejo no asumió, atribuido a dedo y con tres millones de sobreprecio. Y le preguntó si en la Presidencia, a la que aspira, se prestaría para lo que le pidan… Arauz mostró un certificado de la Contraloría que supuestamente lo libera de culpa, aunque ese tema, al parecer, sigue abierto. Velasco se salió con la suya: demostró que Arauz se presta hasta para barrer la basura bajo la alfombra. En esos términos.
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Montúfar persiste y firma
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Pérez se goza con Arauz
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Romero pésimo ejemplo del carajo
Isidro Romero repitió textualmente que si llega a la Presidencia, el primer día se pegará una “borrachera del carajo” y luego meterá mucha gente a la cárcel “porque hay mucho corrupto tirado en la calle”. Romero aparentemente decidió posicionarse como el candidato macho alfa, chabacano y grosero. Él recuerda, por sus recursos retóricos, a ciertos políticos de hace 30 o 40 años. Pero también se le podría comparar (solo en ese punto) con Trump: un políticos deslenguado que dice lo que le da la gana. Pegarse una borrachera del carajo: seguramente así cree estar siendo un ejemplo para los que lo oyen. ¿Alguien dijo que Romero era un meme?
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Arauz, robot de última generación
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Esos sobres tan incómodos
El protagonista accidental de los debates fue el sobre. O, mejor dicho, fueron los sobres que contenían las preguntas para cada candidato y cuyo crujir al abrirse fue amplificado por los micrófonos de los conductores Andrés Jungbluth y Ruth del Salto. No fue una vez; fue un pausa incómoda antes de cada pregunta que solo acentuó el trabado intercambio entre candidatos. En ocasiones, tanto Jungbluth como del Salto tuvieron dificultades abriendo los sobres y alargaron la breve agonía de la espera. Hubo momentos en los que tuvieron que romper todo, con pregunta incluída. Irónicamente, esa disonancia insoportable fue una banda sonora apropiada para las cacofónicas intervenciones de muchos de los candidatos.
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Las fachas fueron estudiadas
Los candidatos también son un producto visual. No pueden dejar su imagen al garete. La mayoría lucieron formalmente. Yaku Pérez reforzó su estrategia identitaria. En el debate mostró una bufanda con los colores de Pachakutik y un collar con un sol de madera. Romero, en cambio, optó por los colores claros con amarillo crema el primer día y gris con púrpura el segundo. Es amante de un estilo que los gringos llaman flashy, con amarillos y dorados. Gerson Almeida vistió de blanco. Optó por la pinta estereotipada del pastor evangélico y coach motivacional, en sintonía con la estética de su campaña: kitsch, cursi y poblada de imágenes bucólicas blanquiñosas. Pero fue Carrasco quien se robó el concurso de modas al referirse a su bisutería aclarando que no es ni pasó por Montañita. Pero tuvo que explicar por qué luce una cantidad abultada de collares y pulseras. De allí quiso mostrar su pierna. La cámara se lo negó.
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Arauz un mediocre, sin experiencia ,demagogo q no sabe como irá a conducir el Pais, ojalá los ciudadanos se den cuenta q es una copia fruto del correismo es deci de los corruptors q quebraron al Ecuador
Un debate es serio no es un “Showbusiness” era aburrido por la mediocridad de los participantes, por la conduccion simplona como lo presentaban los conductores y porque debe quedar en claro que no pueden debatir todos los participantes sino los mas rankeados.