El panorama electoral se va complejizando cada vez más y adquiere matices absurdos. Por un lado ya circulan cifras que plantean una aproximación a posibles escenarios y finalistas a segunda vuelta pero que, al mismo tiempo, muestran cifras importantes de indecisión y un voto nulo que podría estar en crecimiento.
Estos mismos datos, han dejado al descubierto un buen grupo de postulantes con porcentajes desde 0 hasta 3, no más que eso. Lo cual nos fuerza a pensar, por enésima vez, en que lo ideal hubiera sido que se unan alrededor de pocas candidaturas; dos o tres quizás. Habría sido más honesto, más patriótico y le habría quitado menos recursos al Estado.
Quien les entiende: candidatizarse en una contienda electoral a sabiendas que de todas maneras no van a ganar, cuando la sociedad entera viene debatiendo desde hace tiempo acerca del daño que hace la dispersión especialmente en estos momentos. A la luz de las cifras que se conocen, esta necedad y egoísmo político finalmente terminará jugando en su contra. Si las cifras que se han visto son correctas, tener partidos que han rehuido a llegar a acuerdos y pactar alianzas, les va a costar caro porque después de esta elección, el pueblo los va a sacar de la cancha.
En lo que toca a la campaña, seguimos viendo de todo. La desesperación por captar votos ha reforzado la tendencia de los candidatos a inundar las redes sociales con toda suerte de cánticos, ofertas y piruetas, sin temor incluso de hacer el ridículo. Tratando de entender la razón de este alocado esfuerzo, podría ser que los candidatos están pensando que los porcentajes de indecisión que reflejan las encuestas, podría ser una oportunidad para atraer la atención y la votación de ese grupo .
Tal vez a eso responde que los candidatos que registran bajos índices de intención de voto son los que más recurren a elementos comunicacionales sui generis e incluso aseguran, en redes sociales, que están creciendo y, por lo tanto, tendrían asegurada la segunda vuelta. Parece que pensar desde el deseo les hace desvariar, pues saben que no tienen ninguna posibilidad.
Mientras las cifras de contagios están subiendo y es evidente que se agrava la situación de los enfermos en hospitales, algunos mítines políticos se desarrollan con gran afluencia y sin respetar el distanciamiento. Con seguridad, muchos de los asistentes no demorarán en contagiarse y la responsabilidad de ese contagio corresponde exclusivamente a los partidos y movimientos políticos que han hecho caso omiso de las recomendaciones de la autoridad electoral. Se espera un llamado de atención por parte del CNE, especialmente en la última semana de campaña, a fin de que los partidos tomen conciencia y no expongan a sus militantes al virus.
En este escenario, lo que más ha llamado la atención es el despliegue grosero de burdo clientelismo en redes sociales y otros medios. Repugna ver cómo se pretende comprar votos regalando plata pública sin ningún prurito. A propósito de eso conviene recordar que el artículo 204 de código de la democracia advierte que los candidatos no pueden entregar donaciones, dádivas o regalos a los ciudadanos para obtener votos. Es la ley.
Por lo tanto, hay que preguntarse ¿en serio son tan incapaces de ganar los votos limpiamente que necesitan recurrir a pagar por votos? Y, ¿de donde está saliendo el dinero para esa campaña clientelar?
Pero así estamos y anticipamos que en la semana que queda, veremos intensificar los mensajes fake, el clientelismo y la violencia política. Sin embargo, hay que recordar que en esta contienda, los ciudadanos tienen el poder de poner al mando del país y al cuidado de su plata a los que elijan en las urnas. En esta elección juega el Ecuador; en esta elección la democracia nos la jugamos todos.
Ruth Hidalgo es directora de Participación Ciudadana y decana de la Escuela de Ciencias Internacionales de la UDLA.
El problema no es Correa Ni Arauz sino la profunda ignorancia de quienes van a consignar su voto por esta banda delictiva
Mas que incapacidad de captar el voto, los candidatos aprovechan que la peor herencia del correato ha sido volver a la sociedad ecuatoriana disoluta, la lógica, es que el Estado no solo es administrador del dinero, de los recursos, del poder y de la moral social como cemento del tejido social. En este contexto cual fue el mensaje de atraca país durante diez años, cual fue la conducta sabatinera: el insulto, la lógica de no importa que robe si se es funcionario de alianza país y la sociedad lo permitió especialmente la clase política. Ahora, solo suben de nivel, recogen los frutos de la podredumbre en que nos sumieron; si fuese por ellos, comprarían votos en espectáculos de circo romano. Ellos siempre serán políticos y su labor es decir cualquier cosa, el tema es que la sociedad está lista y apta para ser comprada. GRAN REGALO DE LA REVOLUCIÓN CIUDADANA A LA SOCIEDAD, NOS HIZO A SU IMAGEN.
Como le hago entender a mi vecina la sra. Maria, que con su voto comprado por mil dólares, por un muchacho irresponsable, todo el país, es decir 17 millones de persona,s vamos a dejar la dolarización y comenzar a utilizar como dinero efectivo un papel impreso con la figura de un delincuente que para las masas empobrecidas es su superheroe, que lo único que sabe es mentir y manipular sin escrúpulos.
Bueno si los pobres quieren experimentar la miseria, e ir aun suicidio colectivo, tienen la libetad para hacerlo, pero por favor, que compren un par de botas y una mochila, porque el camino que nos espera como nación es cuesta abajo.