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Elección: balance de favoritos y chimbadores

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Y cae el telón del primer tiempo de este partido que, tal y como están las cosas, parece que tendrá un segundo tiempo. La campaña resultó peor de lo previsto. No solo hubo 16 candidatos. La presencia de Álvaro Noboa fue tóxica y la guerra intestina entre el TSE y el CNE amenazó con suspender el proceso electoral. Los partidarios del voto nulo y los promotores del ausentismo (otra vez Noboa entre ellos), aportan lo suyo en lo que parece ser una racha de autoatentados incomprensibles de parte del establecimiento ecuatoriano en uno de los momentos más críticos para la historia del país. La atomización era un problema. Se suma esta tendencia al suicidio institucional cuyos factores lejos de atenuarse parecen ser la característica mejor compartida por partidos e instituciones.
Catorce de los candidatos se despedirán este domingo. 4Pelagatos hace un sobrevuelo de lo que mostraron en esta primera vuelta.

 

Gutiérrez en la memoria de los tiktokeros

¿Por qué quiso competir el expresidente? Para mantener su sigla política vigente. Sencillo como eso. Lucio Gutiérrez no pudo (ni siquiera dio pruebas de intentarlo) enterrar el pasado para pensar la política 16 años después de los sucesos que terminaron con un golpe de Estado contra su gobierno. Decir que Gutiérrez mira  el país con un retrovisor no es exagerado. No hubo una sola intervención en la cual no luciera gráficos y estadísticas en las cuales consta, según él, las pruebas que lo acreditan como el mejor presidente de la historia del país. En esta campaña será recordado por sus videos: el coronel bazuca en mano o esos 10 segundos en los que mutó, para el placer de los tiktokeros, en Arnold Schwarzenegger.


Un delfín sin mayor talento 

Andrés Arauz probó que las clientelas políticas no son una ficción. El mérito corresponde enteramente a Rafael Correa quien se dedicó, durante 10 años, a cultivar clientelas con el erario nacional. El voto correísta existe y la crisis económica y la pandemia que la agravó, reavivaron la lealtad de sectores de la población que, ante la incertidumbre, prefieren mirar hacia el pasado pensando que bastará con votar por un gobierno de sello correísta para restituir las condiciones específicas que forjó la bonanza económica. Arauz no suma nada a esa nostalgia del pasado. No tiene talento. Ni carisma. Es un personaje fallido en una empresa consagrada a remedar a su líder. La previsión electoral que hay alrededor del binomio correísta prueba que el correísmo mantiene un voto duro en sectores duramente golpeados por la crisis. Sectores cuya lealtad al caudillo hace posible que Arauz, literalmente cualquiera, pueda representarlo. No obstante, el correísmo recurrió a un operativo populista jamás visto: comprar literalmente un millón de votos.


Sagnay colapsó en directo  

El candidato Fuerza Ecuador cumplió con el pronóstico: se dijo que había participado en dos elecciones y que no había hecho ningún mérito para estar en la tercera. Se dijo que la hoja de vida, que exhibe a lo ancho y a lo largo, no reemplaza en forma alguna una representación política real. No solo eso: él se encargó de agravar su caso se embarcó con el auspicio de Abdalá Bucaram y quiso hacer de la lucha contra la corrupción uno de los puntos fuertes de su campaña. Esa fue por supuesto una propuesta imposible.
En general, Carlos Sagnay no hizo aportes en la campaña. Se le recordará por haber propuesta bajar las tasas de interés por decisión presidencial, probando así que estuvo dispuesto a decir cualquier cosa. Y también por haber intentado, a medio camino, imitar el estilo bravucón de Bucaram. No solo no lo logró sino que el ex presidente lo desconoció y pidió votar por cualquier otro candidato a la presidencia. El ejemplo que puso fue Arauz… Sagnay colapsó.

Montúfar se inmoló en vivo

César Montúfar no sale bien parado de esta campaña. En redes no han faltado aquellos que señalan que cometió tantos errores que ahora es candidato a poner fin a su carrera política. Si el correísmo ganara, Montúfar sería uno de los más señalados como traidor y chimbador.
Su candidatura es, en sí, una contradicción. ¿Qué tendencia política quería representar? ¿Por qué se lanzó cuando no es conocido nacionalmente y, en Quito, su ciudad, llegó cuarto en la elección para alcaldes en 2019? En los hechos, su falta de logística y de organización se evidenció en su recorrido en bicicleta que si bien llegó a algunas ciudades, solo le permitió hacer algunos actos simbólicos. Montúfar montó su candidatura sobre sus denuncias de corrupción y su actitud valiente ante el correísmo. Pero su falta proverbial de sentido estratégico le llevó a dirigir todos sus tiros contra Guillermo Lasso. Su acusación, pretendiendo involucrarlo sin pruebas, en el escándalo del ISSPOL lo dejó sin piso. Montúfar recordará esta elección como el peor fiasco de su carrera.


Un pastor chimbador

El pastor hizo su trabajo: confundir el país con una iglesia y los ciudadanos con sus fieles. Decirse pro-vida le hizo creer que el alto volumen de personas contrarias al aborto serían electores suyos. Y decirse evangélico pondría a su disposición los 3,5 o 4 millones de miembros de esas iglesias que hay en Ecuador. Total: el pastor Almeida es otro chimbador. Hizo la campaña dividiendo su retórica entre frases tipo coach motivacional y la grandilocuencia superficial de referentes históricos, como Alfaro. De esta campaña quedará su foto estrafalaria en la cual mira al horizonte trepado en un tren. Y la frase sobre la comunidad GLBTI según la cual de llegar a ser presidente no habrá represalia contra ella. Un desliz del cual Freud tendría mucho que decir.


Andrade fue la cereza del pastel

Si tener 16 candidatos a la Presidencia, es un atentado al sentido común, Giovanny Andrade es el mejor exponente de ese disparate. Él, candidato de Unión Ecuatoriana, se dio cuenta de sus propias limitaciones. Y a falta de explicación, se inventó el mejor ocurrencia de esta primera vuelta: lo escopolaminaron en el debate presidencial. La realidad es que no solo en ese debate él perdió el contexto de la carrera presidencial, a la cual nunca debió llegar. Andrade se va de esta campaña con otras dos perlas: haber copiado de wikipedia un 60% de su plan de gobierno y haber convertido el debate presidencial en tarima para felicitar por su cumpleaños a su esposa.


Celi no se dijo la verdad, carajo

¿Qué hizo pensar a Guillermo Celi que debía ser candidato a la Presidencia? No cumplía con ninguna de las características necesarias para aspirar a ese cargo. Ni tampoco disponía de una organización que lo justificara. El resultado es lo que vieron los electores: un candidato dedicado a posicionar su nombre (lo cual muestra el despropósito de su candidatura), sin aliento territorial, dedicado a hacer videos supuestamente dirigidos a los jóvenes (por el uso de imágenes de superhéroes), y falsamente cabreado. Celi, que es a su edad un viejo político, pretendió ser un político nuevo y un político transparente, a pesar de ser el coideario de Mauricio Rodas. Pocas veces un lema de campaña, “vamos a decir la verdad, ¡carajo!” habrá disonado tanto con su autor. Por todo esto, Celi hará parte de la lista de chimbadores.


Lasso perdió en dos tableros

El candidato de CREO fue el objetivo a vencer en esta primera vuelta. No solo tenía que competir con el correísmo: también cuidarse de perder puntos valiosos con los otros 14 contendores: perdió en los dos tableros. El correísmo trabajó para juntar el voto duro y aumentar su base social gracias a una campaña populista sin precedentes que consiste en entregar mil dólares a un millón de personas. Entretanto Lasso veía cómo los contendores chicos aumentaban, así fuese poco, sus porcentajes. Al final el costo lo paga él. Prueba de aquello fue su propuesta, de fijar el salario mínimo en 500 dólares y la dificultad con la que encara la elección del 7 de febrero.
Lasso se mantuvo fiel a su programa de gobierno que se basa en la creación de empleo y en la atracción de inversiones. Agregó un programa contra el hambre y fue el primer candidato a detectarla en sus recorridos. Su alianza con el Partido Social Cristiano lo convirtió en el representante de una tendencia, haciendo aún más surrealista la existencia de algunas candidaturas.

El candidato que no sorprendió

¿El candidato de Democracia Sí justificó su candidatura? Él fue quizá el único candidato con Covid y presentó el certificado médico, contrariamente a Andrés Arauz que, además, recibió al parecer la vacuna en Buenos Aires. Larrea no se apartó de un guión absolutamente responsable, pero tampoco sorprendió: no hay en su programa un toque de originalidad que haga pensar en una tendencia radicalmente diferente. En ese sentido, habrá que ver si Larrea, que sí tiene oficio político, contrariamente a un buen número de candidatos, logra despuntar del lote relegado tras Arauz, Lasso y Yaku Pérez. No parece ser el caso en las encuestas en general. En la campaña figurará como uno de los candidatos con un plan de gobierno coherente y un proyecto hambre cero que lo singularizó en los últimos días de esta primera vuelta.


El submarino del correísmo

Isidro Romero no decepcionó: en un inicio nadie atinaba a responder por qué aterrizó en Ecuador, proveniente de España donde vive hace décadas, e inscribió su candidatura. Con los días apareció una respuesta: Romero se sumó al lote de candidatos con la misión de sabotear la candidatura de Guillermo Lasso. Y se aplicó con pasión de converso.
Lugares comunes, exabruptos, generalidades sazonadas con chabacanería… Nada quedará de Isidro Romero en esta campaña. Salvo, quizá, la declaración de que si ganara la presidencia de la República lo primero que haría es “pegarse una borrachera del carajo”. Es poco, pero nada se esperaba de un personaje que pasó la campaña a demoler a Lasso y exigir que Álvaro Noboa pudiera inscribir su candidatura a pesar de no cumplir con los requisitos y las reglas.

Velasco tampoco se justificó

El cantante puede estar satisfecho. De hecho, lo está. Dijo que lo que quiso y su discurso fue sensato e inclusivo. Él dio un toque de frescura, incluso cuando encaró a Andrés Arauz en el debate presidencial por haberse prestado a firmar un nuevo contrato con la empresa Ekos, para producir el Festival de Loja, con tres millones de dólares de sobreprecio. En esta campaña Juan Fernando Velasco hizo progresos incuestionables por ejemplo en los temas económicos. Pero el ejercicio del poder no es manejar información general sobre los temas públicos. Conclusión: la buena voluntad de Velasco, su actitud y su tono no lo liberan de su realidad de fondo: no está preparado para la función a la que se presentó. Ni el partido que lo llevó a la campaña, Construye o ex Ruptura, tiene la capacidad de poder a la que aspira. Dos errores no hacen un acierto. Dicho de otra manera, la presencia de Velasco en esta carrera presidencial tampoco fue justificada.


Un técnico que no da el salto

Él es el ejemplo icónico en esta campaña de que tener respuestas o fluidez de palabra no son atributos suficientes para calificar como candidato a la Presidencia de la República. Pedro José Freile llegó a la campaña como un técnico, queriendo así poner distancia con el oficio político. Una perogrullada porque precisamente llegó con partido prestado (Amigo, una organización cuestionada) y sin los votos que, en definitiva, son la prueba del conocimiento y la aceptación del candidato y sus ideas por parte de los electores. Esta circunstancia le permitió hacer supuestos, que pueden parecer novedosos pero que carecen de viabilidad política.
Freile basó su plan económico en la recontratación petrolera, el crecimiento de la producción y la liberación de barriles comprometidos. Sus posiciones en el campo económico, le valieron ser considerado, en redes sociales, como el candidato más neoliberal de la campaña. En todo caso, su candidatura no expresa una tendencia ni representa sectores específicos de la sociedad. Por lo tanto, es políticamente injustificada. 


Hervas, la gran decepción

Izquierda Democrática sacó su nombre de debajo de la manga. Y él quiso posicionarse como el representante de la gente nueva, supuestamente no contaminada; parte de esos agroexportadores que, con sacrificio y perseverancia, pasan de pequeños productores a grandes empresarios. Xavier Hervas es la gran decepción de esta campaña. Porque sin escarbar demasiado afloró un perfil que cortocircuitó la imagen que se quiso crear: problemas de pensiones alimentarias, un empresario que no paga impuestos y un enchufado en el correísmo. Un habituado de los viajes presidenciales por el mundo, un fan más de las guitarreadas del caudillo autoritario y un empresario exitoso con palanca en la Presidencia de la República. Un tipo poco confiable en cuyo perfil no hay huella alguna de defensa de los valores básicos de la democracia. Despojado del perfil fabricado, Hervas queda reducido a lo que en realidad hizo en esta campaña: un usuario de la red Tik Tok en la cual produjo piezas hechas para descrestar a los jóvenes y que le valieron calificar entre los candidatos que hicieron ridiculeces en la campaña. Hervas deja esta campaña en medio de polémicas que llevaron al expresidente Rodrigo Borja a pedir a Izquierda Democrática que retiren un video en el cual aparecía, sin citarlo, apoyándolo. Él es un chimbador nato.


Y sí, la única mujer de la campaña 

Ella es la única mujer en el proceso electoral presidencial. Y puso esa circunstancia a su servicio: hizo una campaña enfocada en temas que ella considera exclusivos de la mitad -un tris más- del padrón electoral. Ese es su aporte. Al igual que haber insistido sobre los problemas de los migrantes. Por lo demás, ella hizo realidad el guión previsto para una candidatura sin futuro. Por mérito propio, Ximena Peña encarnó, desde cuando decidió candidatizarse, un problema tan irresoluble como la cuadratura del círculo: ser creíble. Ella quiso resucitar el movimiento que usó Rafael Correa, la 35, pretendiendo hacer creer que era otra cosa, no lo que fue. Luego quiso hacer creer que no fue correísta (habiéndolo sido) ni morenista (representando la organización de la cual Lenín Moreno es presidente). Y, por si faltara, quiso aparecer como una demócrata convencida, habiendo escogido por candidato a la vicepresidencia a Patricio Barriga, uno de los perseguidores de la prensa durante el correísmo. Pues bien, tampoco ella resolvió la cuadratura del círculo.


Pérez es la sorpresa electoral

El candidato de Pachakutik es la otra gran decepción de la campaña electoral. Se dirá que está entre los favoritos. Que por primera vez un candidato presidencial que representa a los indígenas figura con un porcentaje que supera el 10% de votos y que incluso Yaku Pérez cree que está primero en los afectos de los electores. Pero el exprefecto de Azuay, probó, otra vez, que no hace la tarea. Que no tiene ni plan sostenible de gobierno ni equipo preparado para gobernar. Y que sus posiciones se limitan, como ya es costumbre en la izquierda tradicional, al diagnóstico de lo que no funciona y a la evocación romántica del deber ser en política pública. Pero Pérez no tiene articulada una alternativa real de cambio. Y su acogida, que lo convierten en la sorpresa de la campaña, prueba que existe un electorado ávido de tener opciones que den paso los temas más contemporáneos, nuevos derechos y una visión del desarrollo más amigable con la naturaleza. Sin esa visión integral, la bicicleta de Pérez es un detalle folklórico, y el agroturismo una posibilidad para mochileros; no en la alternativa a la minería a cielo abierto que el candidato de Pachakutik preconiza. En el mundo de símbolos que Pérez usó, Manuela Picq figurará como el más efectivo.


Carrasco califica como el más exótico

¿Por qué se inscribió como candidato a la Presidencia de la República? No se sabía antes del 26 de octubre cuando el TCE lo rescató entre los partidos y movimientos borrados del CNE. Y no se sabe todavía. Carrasco no tiene el volumen político requerido, el país no lo conoce, no tiene el perfil que lo acredite y tampoco la implantación nacional que se necesita. ¿Qué hace entre los 16 candidatos que atomizan el electorado? Posiblemente lo mismo que César Montúfar. Y por las mismas circunstancias: como no son elegidos a cargos seccionales y les parece dable, como reacción natural, saltan a la arena presidencial. Rara ecuación.
Carrasco aporta la mirada de gobiernos locales y sus ciudadanos sobre el quehacer nacional. Es importante, pero no es suficiente. Y no es por eso que será recordado en esta primera vuelta. Su perfil se hizo más mediático por la indumentaria playera y bisutería artesanal -pulseras y collares de pepas y cintas de cuero- que porta. Muy a pesar suyo, también él será considerado como digno miembro de los chimbadores de esta campaña.

Foto: fotomontaje 4P

8 Comments

  1. Yo lo que creo que la estrategia principal de RATAEL CHOREA y sus tentáculos “que como Quimera” aún tiene en lugares estratégicos de poder como fiscalia, jueces y Atamaint en el CNEy que está vez los ha usado “flexibilizando” por medio de ella la entrada a numerosos partidos políticos (algunos que no calificaban desde ningún ángulo) sólo para restar en gran manera los votos hacia LASSO quien ha sido el único representante de la derecha, pero lo han hecho tratando de a como de lugar ganar en una sola vuelta porque sabe que ahora sí hay segunda vuelta, la gran cantidad de los votos por otros candidatos lo harán ganar a LASSO.

  2. País de aprox 17 millones de habitantes con 16 candidatos solo demuestra ingnorncia politica y social, propuestas de campaña como sacadas de una revista de comics, se aprovechan de un pueblo que por necesudad cree como siempre que le van a cumplir y a la cabeza Alibaba Correa su títere Arauz y los 40 secuaces que quieren venir por mas plata

  3. La radiografía que ha hecho de cada participante a esta eleccion presidencial me parece brillante, cada uno con sus particularidades que un ciudadano común no lo imagina y jamás se hubiera enterado. Pero hay un dicho acertado para esta elección lo más acertado es votar por un malo conocido que un “bueno” x conocer y aunque Lasso no me parece malo creo que es la persona más acertada para que ayude a este pais a retomar el rumbo y que haga los cambios necesarios para comenzar a mejorar, pero si tomó 10 años años para dañar a este pais entre Correa y Lucio para mejorar tomará el doble del tiempo, así que no perdamos la fe y que Dios nos ayude y nos proteja 🙏🙏

  4. De ganar el limitadito apéndice de Correa quedaría demostrado que la tendencia moderna es el populismo y que la gente vota con las entrañas, que no hay reflexión. Que el voto se bota,
    o se pretende comprar.

  5. Si queremos librarnos de la plaga politica-ideologica que tiene a Venezuela dondes esta; si queremos que nuestro pais aun sea un pais donde se pueda vivir; y, si queremos sepultar a los que se dicen de izquierda para robar como nunca se ha visto en el pais, la opcion es Lasso.

  6. Guillermo Lasso, es en realidad la mejor opción, pero la tiene dura contra 15 correistas camuflados, de pronto con la excepción de Freile . Nosotros, los ciudadanos votantes somos los únicos que podemos defender nuestro querido Ecuador, de la plaga maldita del correismo lleno de rovolucionarios de manos sucias y corazones ardientes por el saqueo y la destrucción de nuestro bello país.

  7. Como estamos a horas de ir a depositar nuestro voto, y despejado el asunto de los chimbadores y cuasi chimbadores, quedamos con tres candidadtos:
    Guillermo Lasso, Carlos Pérez y el minimashi.

    De los tres el más mentiroso e irresponsable, es el fanático del bipolar.

    Carlitos es como los del Aucas, quieren ganar pero sin dirección técnica profesional.

    A Lasso todo el mundo le ha caído con piedras y palos, porque saben que es el único que puede barrer debajo de la alfombra y limpiar al país de la mafia del siglo 21.

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