No se puso suficiente atención a la contienda de los insignificantes como, por ejemplo, el duelo titánico entre Paúl Carrasco con 0.21% y Giovanni Andrade con 0.22% por el último puesto. O la constatación de que César Montúfar puede tener buenos puntos argumentativos, pero solo argumentativos: en votos, con 0.63%, nada sabe lo que podrá decir ahora. Es natural, la serie B en fútbol suele ser aburrida. Sin embargo, entre jaladas imperdonables, juego sucio y revolcadas en el lodo, deja lecciones a futuro (y muchos chistes). Porque, al menos, la mayoría de binomios sirvieron de mal ejemplo.
Sus campañas fueron un tributo a la testarudez. Aunque las encuestas -se ha dicho tantas veces- deben manejarse con pinzas, estos candidatos insistían en taparse los ojos y las orejas, como niños emberrinchados e ignorar no solo las cifras de las encuestadores, sino las señales del sentido común. ¿No notaron la poca convocatoria de sus eventos? ¿Su alcance en redes sociales? ¿No le deprimió a Giovanni Andrade subir un video de cierre de campaña a solas en Pastaza con los ecos de alguna fiesta a la que no fue invitado sonando a lo lejos? En algunos casos (como el de Gutiérrez y Larrea), la prioridad evidentemente era avivar la campaña de sus partidos para la Asamblea. Igual fue inútil: Democracia Sí consiguió el 1.05% de votos para la Asamblea y Sociedad Patriótica el 1.85%. Pero se llegó al colmo de los colmos: Carlos Sagnay y Giovanny Andrade, llegaron a las elecciones sin el apoyo del partido y Andrade sin vicepresidenta. Es decir, sin ni siquiera una excusa política de vigencia partidista para justificar su candidatura. Y Guillermo Celi, bueno ¿Guillermo quién?
Fue tan rotundo su fracaso que juntos (12.31%) apenas superaron el voto nulo en el país (9.48%). Si su carrera era por visibilidad y para tender redes a futuro, el efecto fue el contrario: dispararse en el pie y consagrarse como las piedritas en el zapato de las elecciones. Montúfar, quien se había labrado una reputación de oposición y coherencia ante el correato, compartió los últimos puestos con los más impresentables, confundiéndose entre ellos. Al final de la campaña, optó por lanzar lodo con acusaciones que nunca pudo sostener. Juan Fernando Velasco, quien sí tenía una carrera musical, ahora probablemente no podrá cantar “Yo nací aquí” sin hacer acuerdo de su bochornoso cierre a uno de los debates. Isidro Romero, el que aseguró que lo primero que haría de ser presidente sería emborracharse, se destacó como el bully escondido de Arauz, atacando una y otra vez a tanto Lasso como a Pérez Guartambel y hasta fracasó en eso. Le sirvió poco la política de alcantarilla. Y a Ximeña Peña, la huérfana de Alianza País, no le ayudó su identidad para apelar al voto femenino que -es evidente en los resultados- se fue por programas de gobierno como los de la ID y Pachakutik que enfatizaron su agenda .
Las campañas de la Serie B mostraron lo peor de la cultura política ecuatoriana: por un lado movimientos sin sentido del consenso, visión de país o experiencia y por otro candidatos capaces de ignorar la realidad, mentir al país y -cabe preguntarse- mentirse ellos mismos por quince minutos de fama. ¿Alguno de estos pensaba en verdad que podrían sorprender el 7 de febrero? ¿Fantaseaban en la ducha con sus discursos ante la posibilidad de un repunte nunca antes visto? ¿O solamente ya perdieron la vergüenza?
Twitter de Gustavo Gaitán
Una clarísima descripción de los candidatos sin opciones; dejando a la luz que, mientras no se modifique la ley de elecciones; seguirán participando este tipo de gente; engañando al CNE y al pueblo con un falso y mañoso respaldo popular. Debería obligárseles que al menos saquen ese supuesto respaldo usado para la inscripción; caso contrario, devuelvan el dinero dado para campaña.
Muy buen artículo y muy cierto análisis , de lo patético de la participación de estos Srs , que no representaban nada ni a nadie . Y respecto al Sr Pedro Freile , lo primero , cómo puede ser candidato de un Partido Político fundado y creado por un delincuente ; razón suficiente para su total rechazo .
Muchos políticos han perdido la vergüenza de hacer el ridículo, y además no contar con espacios partidos politicos con solidez nacional, donde haya seleccion de personas capaces, inteligentes y con trayectoria.
Mientras sigamos en esta constante el país mirará pasar aprovechados, incompetentes y hasta torpes.
En las elecciones norteamericanas también hubo varios candidatos, además de Trump y Biden, pero nadie les hizo caso, ni los medios, el debate fue entre los candidatos serios. Aquí que sigan participando los que quieran, 20 o 30 candidatos, es su libertad, pero ni los medios ni la gente debería hacerles caso a menos que quieran seguir perdiendo el tiempo con ellos y contribuir así a la degradación de nuestra endeble democracia.
Pero, y especificamente en el caso de Montúfar, ¿se puede atribuir a que es el pais el que se desinteresa por temas tan transcendentales como la corrupciión?
Todos sin excepción, los candidatos de la Serie B fueron solo un desperdicio tinta en la papeleta electoral
Excelente. Solo una cuestión, ¿donde puedo encontrar el vídeo de Giovanny Andrade, “¿No le deprimió a Giovanni Andrade subir un vídeo de cierre de campaña a solas en Pastaza con los ecos de alguna fiesta a la que no fue invitado sonando a lo lejos?” me gustaría tener ese vídeo como parte de mis archivos de la política ecuatoriana.
Bueno, esos 12 candidatos suman 12% de los votos.
Los candidatos finalistas sin duda estarán interesados en algo de eso.
El único apenas rescatables fue Pedro Freile: sin nombre conocido, sin partido de verdad, sin nada más que una buena propuesta con cero difusión obtuvo el primer puesto de los últimos, es decir, el quinto en la general. Ojalá persevere.
Que se les puede culpar de su testarudez si alguien, con muchos intereses, financió su campaña.
Los chimbadores la jugaron de acuerdo a los intereses creados.
Tenemos una denominación común para muchos países del mundo, tercermundista.