Que Pichincha haya sido la única provincia (junto a Galápagos) donde Guillermo Lasso ganó en la primera vuelta es, sin duda, uno de los hechos más llamativos y relevantes de la primera vuelta. Pero los resultados electorales en Pichincha arrojan otros datos que permiten entender lo que está pasando políticamente en la provincia, especialmente en Quito que abarca la mayor parte del electorado.
Al correísmo no le fue bien y, muy al contrario de lo que esperaban sus cuadros, perdió terreno incluso en zonas que eran consideradas como sus bastiones, como el sur de la ciudad. En efecto, si en las últimas elecciones presidenciales el candidato del correísmo, Lenín Moreno, tuvo el 37,29% de la votación de la provincia, esta vez Andrés Arauz alcanzó un 22,53%. Es decir, el correísmo perdió casi 15 puntos porcentuales, lo cual no es pelo de cochino. Lo alcanzado por el correísmo esta vez en Pichincha y en Quito es aún más sorprendente si se piensa que su candidato, Arauz, quedó en el tercer puesto: primero quedó Lasso con un 25,86% y Xavier Hervas alcanzó un 23,25%.
Si bien Lasso perdió alrededor de 7 puntos porcentuales en relación a la primera vuelta del 2017, fue el ganador y no retrocedió tanto como el correísmo. Además están los datos de las últimas elecciones para autoridades locales en las que ganaron Jorge Yunda y Paola Pabón. En las elecciones de alcalde la candidata del correísmo puro y duro, Luisa Maldonado, tuvo un 18,42 % de los votos, mientras que Jorge Yunda, que arrastró buena parte del electorado correísta porque venía de ese sector, ganó con un 21,39%. Si se suman estas dos votaciones se podría afirmar que el correísmo llegó a captar casi el 40% del electorado de Quito.
La situación del correísmo es aún más compleja si se observan los resultados regionalmente. En el sur de Quito, que ha sido un bastión del correísmo y donde se hizo un trabajo político durante los 10 años de correato (sobre todo durante los 4 de la Alcaldía de Barrera), el resultado no podía ser peor: Andrés Arauz solo obtuvo un 23,71%. Por encima estuvo la sorpresa de Xavier Hervas con un 26,59 y luego Lasso con un 18%.
En otras palabras, la primera vuelta permite concluir que el correísmo no solo que no creció sino que tuvo un importante retroceso político en Pichincha y Quito. Además, que el fenómeno de Yaku Pérez tuvo en esta región una votación bastante inferior que en el resto del país: tuvo un 16,71%, ubicándose en cuarto puesto luego de Hervas, Lasso y Arauz, mientras que en el sur de Quito donde se suponía que Pachakutik podía sacar mayor votación tuvo un 18,15.
¿Qué es lo que ocurrió en Quito y Pichincha? Una de las explicaciones es que Quito esta vez buscó un centro político que antes de que llegara el correísmo estaba representado por dos partidos de profunda raigambre en la ciudad y la provincia: la Izquierda Democrática y la Democracia Popular. En ese sentido se entiende la votación de Hervas, de la Izquierda Democrática, y la sostenida presencia de Lasso que ganó y que, en cierta medida, capitaliza los votos de los sectores que antiguamente tenía la Democracia Popular. El correísmo creó un electorado que se aglutina alrededor de un discurso populista y que representaron Jorge Yunda y María Luisa Maldonado, pero esta vez ese encanto populista se debilitó y tomó fuerza esta nueva búsqueda del centro político, dice Francisco Rocha. A Fernando Carrión, otro especialista en la ciudad, sostiene le llamó la atención que muchos simpatizantes del correísmo hayan preferido votar por Hervas, sobre todo en el sur.
La percepción negativa que existe en la población por la mediocre gestión del alcalde Jorge Yunda y de la prefecta Paola Pabón cuenta sin duda. En ambos casos, no solo que gran parte del electoral identifica a los dos funcionarios con el correísmo, sobre todo en el segundo caso, sino que son vistos como gestiones que se han alejado por completo del manejo tecnocrático y políticamente moderado que había en esas dependencias antes de la llegada del correísmo con su discurso polarizante y populista. “Lo ocurrido en las elecciones muestran que Quito se está recuperando del populismo correísta”: Francisco Rocha sostiene que el fenómeno Hervas se debe precisamente a esa suerte de añoranza que existe de partidos como la Izquierda Democrática que representaban el centro político. Hervas encarna la persona a la que muchos quiteños quieren parecerse: alguien de clase media que logró tener éxito empresarial y no alguien que se hizo político al calor del discurso populista y polarizador que instaló el correísmo. Que haya ganado en el sur de Quito, donde se pensaba que era imposible disputar el liderazgo a las huestes correístas lideradas por María Luisa Maldonado es, sin duda, muy sintomático. Lo mismo se podría decir en el caso de Paola Pabón: que haya puesto toda la infraestructura de la Prefectura, incluyendo, la radio Pichincha Universal al servicio de la campaña de Arauz tampoco parece que sirvió de mucho.
La más bien baja votación que alcanzó Yaku Pérez en Quito también podría ser una evidencia de que el electorado quiteño ya no quiere nada que se asocie con los extremos políticos que ha encarnado Pachakutik, sobre todo a raíz de los incidentes en octubre del 2019. En Quito, en definitiva, la sociedad parece estar tratando de encontrar discursos mucho menos confrontativos y populistas.
Foto: campaña de Andrés Arauz
Brindaré con el mejor de los vinos si llegan a meter presos a Yunda y a la prefecta.
Y de paso que cierren pichinchacom
Bien por Quito. No se merecía el trato que le han dado los correístas. Esperemos mejores días para todos los quiteños y chagras que queremos a la capital.
Los resultados en análisis muestran claramente el hartazgo y asco que el quiteño siente por el nauseabundo sicópata del ático, es bastante cansón e irritante cualquier tipo de presencia del prófugo junto a toda su asquerosa gavilla. También se siente la gran indignación por la insultante y atrevida agresión sufrida por nuestra bella capital durante las “protestas” del Octubre pasado.
Ahora lo único que el 70% de los ecuatorianos patriotas tenemos la obligación de exigir a las “autoridades” del tristemente célebre CNE es CUMPLIR CON LA LEY, solamente eso repito CUMPLIR CON LA LEY.
Por si acaso no sepan que parte de la ley, se trata del ARTÍCULO 127 del actual CÓDIGO DE LA DEMOCRACIA, nada más, solo eso y todo quedará absolutamente CLARO para todos.
TRANSPARENCIA como siempre dicen… “Caiga quien caiga”!
Había una vez una linda ciudad llamada Quito, administrada eficientemente por líderes políticamente moderados…
Ese mito se remonta al siglo anterior, cuando Quito tuvo alcaldes de la talla de Jacinto Jijón, Carlos Andrade Marín, Sixto Durán Ballén, Rodrigo Paz, pero guarda muy poca relación con la realidad de las últimas décadas. En el siglo 21, los alcaldes han sido: Paco Moncayo (ID), Augusto Barrera (correísta), Mauricio Rodas (SUMA), Jorge Yunda (populista-correísta). Todos han usado al municipio como botín político. Y la ineficiencia ha sido abrumadora.
Muy importante y correcta la votación en Quito y Pichincha ; lo de Guayaquil y la Costa , UN DESASTRE .
Bueno, al menos puedo caminar tranquilo por las calles de Quito sin temor a que me quieran vender al dios Correa como el salvador del mundo y a su hijo Aráuz como el verbo hecho carne.
THE NEW YORK TIMES
No hay droga que hechice mejor las ambiciones personales que el poder. No hay droga más embriagante y tóxica capaz de convertir a individuos normales en semidioses. Esa embriaguez, en un cínico, es criminal y desdeñosa. Daña sin que le importe.Populistas y autócratas mandan con cinismo porque creen que el ejercicio del poder es un derecho por simple mayoría. El peronismo, ese mutante político en apariencia inagotable, tiene a Argentina en permanente entredicho. Rafael Correa amenaza con regresar a Ecuador.
En El Salvador, quienes prometían acabar con el autoritarismo se mostraron tan duros y corruptos como sus predecesores y abrieron el camino a Nayib Bukele, otra expresión de la antipolítica con tan pocos principios como límites y una abundancia de autosuficiencia desdeñosa.Autoritarios, dizque revolucionarios y constructores de cultos gobiernan inventando realidades alternativas: el virus no es peor que una gripe, se trata con gotitas, los cubrebocas no son imprescindibles.Esos mundos de fantasía no son, obviamente, inocuos. Cuando gobiernos como los de AMLO o Bolsonaro niegan entidad a la peor pandemia del siglo, aceleran la degradación de la crisis sanitaria a niveles criminales.
Me pareció muy extraño que la Izquierda Democrática perdió toda representación desde el 2008, y contra todo pronóstico recupera su electorado en 2021.
Ese mismo periodo coincide con el correismo controlando la función electoral, la desaparición de partidos políticos como el MPD o el PRE, partidos como Pachacutik, PSC o la misma ID, reducidos a su mínima expresión.
La misma elección de Yunda, resultó ser un fracaso de la democracia, al diluir la representación entre tantos candidatos, con el no muy sano objetivo de ocultar un fraude. Montufar es la clara muestra, de que sí fracasa como candidato a alcalde, no deberían permitirle ser candidato a presidente al hilo.
Y por último el nuevo método de selección de dignidades y el retorno al voto en plancha. Al parecer los dos instrumentos le quitaron al correismo el combustible para ser la aplanadora electoral.
Conclusión, el electorado quiteño nunca fue de Correa, el tribunal electoral nos robó todos estos años!