Pero tomar una decisión así no es fácil. ¿Cómo fue tomada, quién lo hizo?
La persona que tomó la decisión, fundamentalmente por lo riesgosa que era, fue el presidente de la República, Sebastián Piñera. Él tomó la decisión de hacer las compras y encargar el proceso a distintas personas del gobierno, no solo al Ministerio de Salud. Aquí hay dos elementos que son importantes de destacar. Primero, en nuestro país tenemos un sistema y una política de vacunación que es muy exitosa. Las vacunas son un elemento muy apreciado por la gente y como ejemplo está la vacunación de 15 millones de personas para la influenza porque pensamos que había un riesgo de circulación simultánea del virus de influenza y del coronavirus. Nos propusimos vacunar a 10 millones de personas contra la influenza cuando normalmente se hace en 5 millones. Es decir, vacunamos el doble. Lo que quiero decir es que, a pesar de todas las dificultades políticas, la vacunación es una política de Estado que ha sido muy exitosa independientemente del signo político del gobierno.
¿E independientemente del Covid? ¿Esta tradición e infraestructura para la vacunación es histórica?
Esta campaña de vacunación se inserta en una plataforma logística que incluye comunicación, médicos, refrigeradores en casi todo el país, camiones refrigerados que transportan la vacuna en una geografía que es incluso más difícil que la ecuatoriana por lo extensa… Es un capital adquirido muy importante y que siempre ha gozado de la aceptación de la ciudadanía. Acá no importa quién sea el gobierno: cuando el Estado dice hay que vacunarse contra esto, la gente se vacuna y no tiene dudas en llevar a sus niños y parientes.
Esta entrevista se publicó ayer, 28 de febrero, en el boletín dominical de 4P. Si desea recibirlo, suscríbase por favor gratuitamente aquí: GPS4P.
Foto: Ministerio de Salud de Chile
Es el resultado de la trayectoria del país, además que, entiendo, hay un consejo asesor independiente del Ministerio de Salud que de alguna manera conserva la memoria de la buena política pública.
Lo que no sé es cual es la participación del sector privado (si es que la hay).
Aquí en Ecuador ante la desidia del gobierno (la culpa es de Pfizer dice el Presidente) algunos articulistas, como Gabriela Calderón, agitan la bandera de que los privados deberían participar activamente en la vacunación. Por definición lo hacen mejor, incluyendo la política pública. ¿Qué opinión les merece la eficacia del Estado chileno? Dirán que Piñera es antes que Presidente, empresario. Y esa es la prueba reina.
¡Qué envidia tener autoridades previsivas!
En nuestro país Rafita y sus allegados arrasaron con el ISQUIETA PEREZ que Hera la institución encargada de la investigación, estudio y aplicación de vacunas para cuidar de alguna manera la salud del pueblo. En el caso del covid . El gobierno disque a echo el encargo de los estudios clínicos a las familias BUCARAN,SALCEDO Y OTRAS. Y ellos ni cortos ni perezosos comenzaron por los hospitales ,»lastimosamente fueron interrumpidos» en poco tiempo , pudieron demostrar su efectividad en un lapso de dos meses ya nos vacunaron a todos con unos cuantos millones de $.
En situaciones de alta incertidumbre, no hay forma de saber con certeza si una decisión será correcta o no (solo el tiempo lo dirá). Lo importante es tomar una decisión que incremente, así sea en un ínfimo porcentaje, la probabilidad del mayor éxito y no quedarse de brazos cruzados, «esperando a ver qué pasa». Bien por Chile y su gente.
Muy interesante la entrevista al ex-ministro de salud de Chile, Jaime Mañalich, para conocer cómo ha sido el proceso de vacunación contra COVID-19 en ese país. Hay muchas lecciones que podemos aprender los ecuatorianos: el manejo técnico, profesional de la pandemia; el liderazgo del presidente; la participación de las embajadas; la claridad en las normas para vacunar a la población.
Sin embargo, también debemos tomar las palabras del entrevistado con un poco de cautela. El Dr. Mañalich ha sido una persona muy cercana al presidente Piñera; fue su ministro de salud durante sus dos gobiernos. Fue seriamente cuestionado por minimizar el número de heridos durante los disturbios de 2019.
Y fue despedido del Ministerio de Salud en junio 2020, al conocerse que estaba mintiéndole al país acerca de las cifras de COVID (a la opinión pública chilena reportaba cifras menores que a la OMS).
En el Ecuador hemos tolerado UN AÑO que el gobierno publique diariamente cifras absurdas de COVID. Los medios de comunicación reproducen diariamente esas cifras, sin entender que esos datos son inservibles. Y nadie dice nada!!!
He ahí la diferencia entre nuestros países.