Fue un momento incómodo para el candidato correísta… otro más: una de las preguntas más juguetonas que hacen los presentadores Jalal Dubois y Rodrigo Padilla en su programa De Leva y a Fondo, le dejó sin palabras. No importaba estar jugando de local, entre amigos, casi. Sonrisas por aquí, miradas de soslayo por acá, faltaba que algún micrófono registre la tos de alguien o el canto de grillos a lo lejos. Arauz, el candidato del “Patria ,Tierra Sagrada” no sabe las letras de la primera estrofa del himno nacional escrito por Juan León Mera en 1865. Dubois empezó a recitar en voz alta desde el inicio “indignados los hijos del yugo” y lo siguió Padilla, enfatizando con ironía el tono solemne de cada palabra…pero nada. Chanfle: el candidato hasta parecía secarse el sudor de las manos en el pantalón antes de cambiar de tema. Y no sería tan notorio ni grave sino fuera porque el correísmo ha sido, desde sus inicios, un movimiento de altisonancias e hipérboles patrioteras: la patria en el nombre del partido, patria en el lema presidencial, patria en tren, patria en bicicleta. Arauz, quien quiere representar el correísmo, no se sabe su canción preferida.
No es la primera vez que le pasa. En enero de este año, el periodista Jorge Ortiz recordó al candidato que había dicho que Eloy Alfaro había sido “el mejor presidente de la historia”. Luego le preguntó si sabía cuándo Alfaro había sido presidente. Tras titubear, mirar de lado dijo que “Eloy Alfaro fue presidente, líder del Ecuador… a inicios del siglo XX”. Falso: fue a finales del siglo XIX. Era una pregunta que no cambiaba nada del plan de gobierno del candidato o de su campaña, pero que pullaba en la narrativa nacionalista del correísmo. Ortiz luego le preguntó si sabía cuántas constituyentes se habían realizado en Ecuador. La respuesta también era de alumno en aprietos: “probablemente demasiadas… estamos hablando de más de 20. Son 19.
Estos exabruptos revelan la distancia entre las poses de Arauz y su historia. Queda mal parado porque el candidato, quien repite hipérboles como que “el llamado de Correa fue el llamado de la historia“, no es aún el producto que Vinicio Alvarado hizo de Correa: la “encarnación” del imaginario patria, “un producto popular, deseado, y vigente siempre”. No le sale. Y el patriotismo estridente no era un accidente, sino el senáculo de todo ese proyecto político, desde la camisa bordada de Correa hasta el edificio de la Unasur. El correísmo necesitó de una mitología alrededor de una supuesta esencia popular ecuatoriana y sus símbolos, contra los pelucones, la partidocracia y los “mismos de siempre”. Para eso se apropiaron de la imagen de Eloy Alfaro, Montecristi, y el Sumak Kawsay más por marketing político que por reivindicación histórica. Eran la obsesión mediática e ideológica de tanto Correa como de los hermano Alvarado: en los diez años del correísmo la patria se encontraba hasta en la sopa… tanto que se apropiaron de la canción Patria, Tierra Sagrada, del poeta de inicios de siglo XX Manuel María Sanchez, para entonarla en eventos cívicos y actos oficiales y asociarla a una suerte de renacimiento nacional de la democracia (justificada con el 30S y los 1’559 640 dólares gastados en propaganda). La patria, una madre, era el complejo de Edipo del correísmo.
Arauz siempre siguió la corriente a todo ese performance, pero se le notan las costuras. Fue estudiante de la Academia Cotopaxi, uno de los colegios privados más americanizados en el Ecuador, que no solo enseña todo primero en inglés, sino que prioriza la historia y los referentes estadounidenses. Luego estudió afuera, y cuando fue elegido para la candidatura vivía en México. Sus ínfulas patrioteras lucen forzadas, pero no las cuestiona sino que las fuerza aún más. Solo así puede hablar de Eloy Alfaro como el mejor presidente de la historia sin saber cuándo gobernó. Por eso, ya que en público y en redes ha aludido tantas veces al término “patria”, es chistoso que no sepa a cabalidad sus referentes. En Twitter, por ejemplo, Arauz (ya de candidato) repetía lugares comunes del cóndor andino y la majestuosidad del Chimborazo para prometer “rescatar el orgullo nacional”, y llamar a “recuperar la patria”. Antes, todavía como “completo desconocido” se despidió de Correa en julio de 2017 agradeciendo por la “Patria Altiva I Soberana” (el acrónimo del entonces partido de Correa PAIS) y en 2013, por el 24 de mayo si supo citar el nombre “Salve Oh Patria”, por la “verdadera independencia del Ecuador. Incluso incursionó en los juegos de palabra (¿o poesía?) de abanderado orgulloso: “Patria, deberíamos llamarte Matria”. Extraño tipo de Pokemón: el nacionalista monotemático que ignora los detalles de su monotoma.
La pregunta de Dubois y Padilla puso otra vez en aprietos al candidato de los patrioteros, quien a pesar del tono informal de la entrevista no relajó su discurso grandilocuente. Con su monotema, él mismo se puso el pie. Da ternura porque no es el producto que fue Correa pero insiste en ser su heredero. Nuevamente: no le sale.
Foto: Captura de pantalla
Y según ustedes, quien podría ser el mejor candidato para la presidencia…
Según ustedes, ustedes saben demasiado, en realidad todos ustedes juntos no le dan la talla a Arauz…
Usted tiene esa pretensión; por aquí nadie.
Claro que nadie le da la talla, las mascotas no pasan de las rodillas del dueño y el dueño es un delincuente empobrecedor.
La imagen del Lelo se deterioraría menos si hasta el dia de las elecciones permanece invisible y Mudo.
Que más Iván. Felicitó a todos los que conforman 4pelagatos por su lucidez y desobediencia.
En cuanto a tu artículo, he escuchado de parte de algunos liberales que para ganarle la batalla a los populistas, una estrategia que hay que usar es ridiculizarlos; cuestión que la realizas en tu artículo.
Creo que es un recurso válido pero siempre que vaya acompañado de críticas a las cuestiones más de fondo.
Cuando tú lo críticas por haber dicho que Alfaro gobernó a inicios del XX, estás cayendo en el error que tanto usan los correistas: decir la verdad a medias solo para hacer quedar mal a los demás, sin fundamentos. Alfaro gobernó a inicios del XX y finales del XIX. Esa es la verdad historica.
No creo que esté bien caer en los pecados del correismo, que solo ataca desde el sentimentalismo y el revanchismo pero tergiversando la realidad y sus datos duros.
Me parece que si queremos ganarles las batallas diarias al populismo, tenemos que aproximarnos lo más que podamos a la realidad y no caer en el juego que ellos tanto usan: la mentira. De lo contrario nos estaremos comportando como niños emperrados y ravietosos, desgastando la imagen de objetividad que tenemos los liberales, imagen que nos vemos obligados a cuidarla y no malgastarla ni un solo apice. No podemos regalarles armas a nuestros adversarios políticos.
Felicitandote por tu trabajo Iván, sigue adelante.
Saludos ✌️ …
Excelente rayos equis de ese tarado de Arauz..y aqui en chiquis: No creo que haya obtenido el 32% de votos. Me permito pensar que no hay tanto cojudo que lo apoyan! Hubo mano negra, y no de Chevron, sino de Cepillin Pozo, Acero y Atamaint..Buen artículo!
Aráuz trata de disimular su ignorancia, con su sonrisa forzada, tratando de parecerla a la de su titiritero Correa. ¡No ganará jamás la presidencia! La mayoría del pueblo no es cojudo.
Arauz ni a patriotero llega, es mascota del cuentero de Bélgica.
Muy buen artículo, Ivan.
Buen Artículo don Ivan, sería interesante que llegue a las masas populares para que sepan que a este chico candidato los valores patrios le importan un rábano y no está preparado para nada, sino para quedar bien con esta especie de monje satánico que es Correa y con su idea trasnochada del SSXXI. A eso obedece su retahíla de mentiras que otro candidato rival las hubiera explotado al máximo. Al correismo no le interesa la Patria, su interés está enfocado a lograr la impunidad para un prófugo y perpetuarse en el poder, para ello recurre a la vieja táctica de hacerle creer a un pueblo pobre, sin educación que son enemigos de los ricos, empresarios y banqueros, abusando de la ingenuidad de un pueblo que les cree que están junto a ellos. Solo un gran golpe de timón, un fuerte liderazgo con alta dosis de patriotismo, puede hacer cambiar esta desigual batalla. El desafío lo tienen los asesores de Lasso que deben girar 180° si quieren derrotar al nefasto correismo