Este fin de semana en Bolivia la fiscalía del nuevo gobierno del MAS (Movimiento al Socialismo) ha tomado prisionera a la ex presidenta Jeanine Áñez.
La acusan de haber cometido en noviembre de 2019 sedición (alzarse para deponer a algún funcionario, impedir su posesión, oponerse al cumplimiento de leyes o trastornar el orden público) y terrorismo (subvertir el orden constitucional o deponer al gobierno elegido constitucionalmente). Según el Código Penal Boliviano, por estos delitos podría cumplir hasta 20 años de prisión.
Quienes la inculpan junto a varios miembros de su gabinete y altos cargos militares y policiales, olvidan que fue el propio Evo Morales quien renunció al cargo y se asiló en México. Olvidan que tomó esa decisión cuando sus ciudadanos y hasta la OEA, le acusaron de haber cometido un fraude electoral estilo ecuatoriano 2.0 (con apagón de 24 horas). Olvidan que las revueltas populares por el fraude denunciado generaron varios enfrentamientos con la policía y militares quienes en un punto se negaron a seguir castigando al pueblo boliviano con el que, además, estaban de acuerdo en su protesta democrática.
¿Cómo puede acusarse de sedición y terrorismo a quienes le sucedieron en el poder, si fue el propio Morales quien renunció al cargo y se fue?
La cárcel no está siendo una forma de control social legítima y excepcional para quien ha cometido una infracción grave, lo suficiente para encerrarle, sino más bien una herramienta cada día más generalizada, utilizada por el poder para vengarse de un enemigo político o de un indeseable ciudadano que no se alinea con lo que conviene.
Esto no pasa exclusivamente en nuestras latitudes. El Rey de Tailandia Rama X que heredó el trono en 2016, conocido como el “príncipe playboy”, utiliza la “Ley de Lesa Majestad”, para disuadir a sus críticos. Le ha pasado hace pocas semanas a la Señora “Anchan”, una mujer de 63 años que posteó clips en redes sociales en los que se criticaba al rey, sin que ella fuera su autora y sin que ella los hubiera comentado favorablemente al subirlos. Simplemente los compartió y, por hacerlo, fue sentenciada a 87 años de cárcel (rebajados a la mitad por haber admitido su culpabilidad).
Con esta norma, que prohíbe cualquier crítica a la monarquía, el Rey Rama X controla exitosamente a su pueblo incluso a la distancia (pues vive en Alemania con 20 concubinas de su harén y solamente visita una vez al año su país), sin permitir otra opción que culparles.
Estos evidentes abusos de poder que atentan contra los derechos más esenciales de las personas (la libertad y la vida), solamente pueden ejecutarse en estados en donde los individuos no son los importantes, sino los gobernantes. En donde las instituciones no están al servicio de los ciudadanos sino de quienes alcanzan el poder. En donde las leyes se promulgan para contentar al amo y garantizar que durante su mandato no tenga que enfrentar a desagradables detractores que cuestionen sus actuaciones y decisiones.
Estas nuevas formas de dictadura no rehúyen de la democracia, del ordenamiento jurídico ni de la división de poderes, sino que las invaden y las usan como herramientas eficientes en su favor.
Redactar la ley con tipos penales abiertos, en blanco o ambiguos para acusar a un enemigo de cualquier cosa, luego llevar a cabo un proceso judicial con respeto aparente del debido proceso, pero en el que decide un juez amigo, amenazado o extorsionado, y meter a la cárcel al declarado culpable de cometer tal acto, es una manera muy eficiente de aparentar legalidad mientras se emite un mensaje: a nadie se le debe ni siquiera ocurrir, discutir con quien gobierna.
Bárbara Terán es abogada y catedrática universitaria.
Muy buen análisis. Lamentar como ciudadana lo que hacen los gobiernos que se autodenominan “progresistas” ya que lo del Siglo XXI no les fue favorable. Solo cumplen consignas, hacen lo que el grupo les incita a hacer. Esperando que nuestro pueblo no vote por la Corrupción generalizada. Hay otra opción válida.
EXCELENTE SU COMENTARIO SEÑORITA TERÁN. SOLAMENTE UNA PEQUEÑA REFLEXIÓN. DE GANAR LA PRESIDENCIA EL PUPILO DE CORREA, ESO ES LO QUE NOS ESPERA. YA NOS TIENE AMENAZADOS EL PROFUGO DE LA JUSTICIA CUANDO DICE. NO TENDRAN DONDE ESCONDERSE MIS ADVESARIOS. POR LO TANTO ACONSEJO A LA SEÑORA FISCAL.IR BUSCANDO UNA EMBAJADA EN CASO DE GANAR EL SR ARAUZ POR HABER PUESTO TRAS LAS REJAS A ALGUNOS QUE SAQUEARON AL ESTADO. YA TIENEN DICHO QUE PARA TODOS ESTOS DELINCUENTES HABRA INDULTO. ENTONCES AFUERA LOS CORRUPTOS Y ADENTRO LOS JUECES QUE LOS JUZGARON.
Si, es tenebroso lo que se ve e Bolivia,
Y más inquietante el silencio mezquino de los que deberían pronunciarse, qué golpe de Estado?, si el sujeto renunció y se fue, por supuesto Jeanine, no tiene las hordas de gritones y corifeos escandalosos pertenecientes a los denominados “ “progres” ,enquistados en todo lado; las mujeres? Han dejado oír su voz? , que impavidez ,ante hechos
que violentan a destacadas representantes de su género.
Alentador que una solitaria pero coherente Bárbara,haya puesto su mirada en ese convulsionado altiplano, sin ataduras ideológicas pero sí , con la entereza de la dignidad periodística.
La cárcel, y a decir verdad todo el sistema carcelario del país, es una herramienta, sí, como también una distinción y un antecedente particularmente necesario que debe llenar el currículum de quienes hoy utilizan las estructuras de expiación de condenas en reductos inexpugnables para ejercer su poder.