El primer debate presidencial entre Guillermo Lasso y Andrés Arauz fue de ataques personales. Eran raperos con terno y sin rimas: se dieron duro con comentarios sarcásticos y sonrisas displicentes. Se trató de un show —como suelen ser los debates— para poner a prueba la actitud, el temple y el ingenio de cada uno: como pandas rojos que se muestran las garras para lucir más amenazantes que tiernos mamíferos felpudos. Al diablo la difusión de ideas, los programas de gobierno ya se han repetido miles de veces en varias plataformas. Y las cicatrices post-debate fueron burlas, chistes y hasta canciones: el “Andrés no mientas otra vez”, un billete de 20 USD, “a Lasso dale mazo” o el ofrecimiento de Arauz de “darle el dato” de Correa. ¿A alguien le tembló la voz? ¿Sudaron? ¿Hubo escopolamina en algún café? Después de todo, estas preguntas sobreviven en el imaginario popular alrededor de los pandas rojos que aspiran a la presidencia.
El sarcasmo fue arma de ambos, tanto en tono como en contenido. Hubo teatralidad y guión: en un momento Lasso se refirió a Arauz como Rafael, se disculpó y corrigió: “Andrés”. Forzado, quizás, pero efectivo. Luego lanzó “Andrés no mientas otra vez”, y lo repitió después de algunas de las críticas de su contrincante. Parecía cántico de colegio por la rima con el nombre del sujeto —corrección, parecían raperos con terno y una rima— pero tuvo pegue. Lo dijo de inicio a fin. En comedia se llama “ley de tercios” y “call back” —aludir en un tercer o cuarto remate a algo dicho antes. Luego se convirtió en lema, camiseta, intervenciones urbanas y la preocupación de muchos otras personas llamadas “Andrés” de ser víctimas injustas de la rima (publicaron una carta de broma al respecto). Su preocupación, en todo caso, es comprensible.
Arauz también tuvo malabares entretenidos. No tiene la rapidez de Correa para humillar, pero aprovechó sus conocimientos técnicos para hacer tropezar a Lasso mencionando el programa para aprender programación Python y el Protocolo de Nagoya. Uh la la. Era esa persona que se memoriza Wikipedia y en plena conversación te pregunta con condescendencia algo como ¿obviamente sabes quién fue el primer presidente de Uganda, no? O quién inicia conversaciones con chicas en bares preguntando ¿Sabes del Protocolo de Nagoya? Arauz tuvo un golpe clásico: después de una mención de Correa, acusó a Lasso de estar obsesionado con él y, al igual que Rabascall en algunas entrevistas, jugó con ofrecer el “contacto”. Era la típica alusión a lo sexual. Quedó ahí. Después sonrisas y miradas de hastío: hubo un momento incluso que recordó al famoso encontrón entre Alvaro Noboa y Rafael Correa en un debate de 2007: Arauz, sonriendo, y mostrando una foto de las propiedades de Lasso, preguntándole por qué no estaban a su nombre, mientras Lasso repetía “Andrés, no mientas otra vez, Andrés no mientas otra vez” antes de aclarar que estaban a nombre de su esposa. ¿Cómo olvidar a Alvarito, rojo como un tomate, gritando “esa sonrisa falsa”?
El CNE esta vez le puso empeño a la cinematografía. La producción incluyó un enmarque que antes, entre 16 binomios, era imposible establecer: el plano sobre hombros. Este se enfoca en las expresiones de un rostro por sobre los hombros de otra persona. Genera dramatismo visual al ubicar los gestos del otro directamente contra la supuesta perspectiva de quien está al frente. Los camarógrafos lo hicieron bien: capturaron a Arauz apretando los ojos y los labios hacia un lado y a Lasso congelando con esfuerzo la sonrisa casi sin parpadear. Era intenso: uno movía los hombros al hablar y el otro lo despreciaba con muecas. Y esto es importante: como en el box, en un intercambio cuenta mucho cómo son recibidos los golpes. Podrían ponerse rojos, o pálidos o producir una serie incontrolable de tics nerviosos. También podrían llorar y acusarse con su mamá. Todo es posible. En su caso fueron la mueca chueca y la sonrisa helada, que quedaron para memes, dibujos y para confirmar lo que en redes y medios ya se ha dicho de ellos. Bien usados, estos hasta podrían ser su apodo de payasos: el mueca-chueca y el congelado.
Después del debate, Lasso fue el primero en capitalizar la broma: al día siguiente ya había subido un Tiktok que, muy al estilo de Hervas, lo mostraba dándose cuenta de que Arauz le había robado el billete de 20 dólares: terminaba un sánduche y al momento de pagar descubría la billetera vacía. ¿Qué sánduche comió el candidato para que cueste 20 USD? No importó, Lasso tuvo la iniciativa humorística. Arauz, en cambio, intentó apropiarse de la frase con imágenes proselitistas “Andrés, ganaste otra vez”.
Uno de los ataques más facilones que se hacía contra Andrés Arauz lo comparaban con Kiko del Chavo del Ocho. Lo llamaban “Lelo”. Lasso cambió eso para llamarlo algo peor: mentiroso. Lo hizo con cierto ingenio. Él a la vez fue blanco de la misma burla de la primera vuelta y las anteriores campañas: le dijeron poco espontáneo, gangoso y repetitivo. Arauz fue un poco más lejos: sugirió tapiñada y predeciblemente una obsesión sexual con Correa. ¿El mejor comeback correísta? “Lasso es salado”, que también sonó a cántico escolar. Otra corrección: raperos con terno y dos rimas.
No fue el debate más épico de la historia, ni el más divertido, pero al menos hubo de qué reír. Y el teatro en los debates lleva lejos.
Foto: Captura de imagen
El espacio para que el Ecuador recupere su ritmo productivo que le permita un camino hacia la recuperación económica es muy estrecho.Eso no se logra en cuatro años de gobierno, sea cual sea el próximo presidente.El hecho cierto es que mientras un par de colosos del humor se rompen el mate por ser el más gracioso, el país sigue sin poner atención debida a la economía. Me hubiese gustado , por ejemplo, que digan que van a reducir los agregados militares que tenemos en el mundo,derroche de dinero ,gente con privilegios sin beneficio de inventario.Mostrar y decir que si se quiere un cambio, empezando por la austeridad,no es de bromas.Lasso si ama tanto al Ecuador,por cierto, descubrió en el debate que recién tomo en cuenta el hambre de ese pueblo al cual aspira presidir, por qué carajos tiene su dinero en paraísos fiscales ???.Recuerdo con claridad que no respondió a la pregunta de Arauz, de seguro muchos nos dimos cuenta de su silencio, pero es más provechoso para nuestro candidato ideal no hacer notar públicamente esta circunstancia. Opinar con equilibrio es un talento, gracias Iván.
Mala crítica lo del sánduche de 20. Yo siempre pago con billete de 20 para cambiar el billete, no porque el sánduche sea a 20. Y si Andrés le robó otra vez no es sorpresa, ya se robó la primera vuelta.
Como paso esto en nuestro sufrido Ecuador, terminamos con 2 candidatos, de poca capacidad de razonamiento con una discusión de señora en el mercado , con preguntas hechas por un niño vago de colegio de parte de el CNE. Recomiendo a los candidatos revisar el congreso Español el nivel de discusión de José María Aznar, Mariano Rajoy, Felipe Gonzales, Diaz Ayuso, incluso del malvado Pablo iglesias mentor de estos social comunistas ecuatorianos como es el bobalicon Arauz.
Por desgracia, el “bobo manejado con piolas” resulta más interesante para el ignorante que quiere que le den dinero fácil (en realidad, que cree que le darán dinero).
Al hacer debatir a un bobo manejado con piolas , con un señor coherente y autónomo es imposible lograr un diálogo o una exposicion hilada. El más inteligente, siempre va a caminar con los zapatos convenientes al suelo. En fango se usan botas y se camina o se hunde. Lasso usó sus botas …rojas.