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Las mentiras de Andrés y la economía

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No se trata sólo de un slogan de campaña o de una canción pegajosa. A lo largo de estos pocos meses desde que se dio a conocer (porque antes de que fuera designado como el candidato a la Presidencia por el correísmo, casi nadie sabía de él), Andrés Arauz ha demostrado que miente con frecuencia y, más grave aún, con soltura. Mintió, en pleno debate previo a la primera vuelta, cuando aseguró que el gobierno argentino le había garantizado la dotación de más de cuatro millones de vacunas contra el Covid-19; en ese mismo debate volvió a mentir cuando dijo que la Contraloría lo había absuelto de toda culpa en lo referente al cuestionado contrato que firmó cuando fue Ministro de Cultura (y a la par mantenía un cargo técnico en el Banco Central: ¿en verdad se sentía capacitado para desempeñar adecuadamente funciones en campos tan distintos?); mintió en la hoja de vida que colgó en su propia página web, donde aseguraba que salió del sector público en 2017; mintió cuando dijo, sin despeinarse, que el Banco Central no maneja recursos de los depositantes del sistema financiero privado (bancos y cooperativas)… En fin, ejemplos sobran.

Lo que esa propensión a mentir dice de Arauz ya ha ocupado bastante espacio en las redes sociales y en distintos espacios de opinión. Acá, por tanto, no se pretende abundar en ese tema. La perspectiva es otra: si Arauz llegara a ser presidente, ¿cómo afectaría esa misma propensión a mentir al desempeño de la economía y, por tanto, a la creación de los 800.000 puestos de trabajo que ha ofrecido?

¿Qué tiene que ver lo uno con lo otro?, podría preguntarse cualquiera. La relación, en realidad, no es tan rebuscada como puede parecer. En un contexto de crisis económica y estrechez fiscal (más allá de que Arauz quiera financiar una parte del gasto echando mano al Banco Central y por eso se opone tan férreamente a la Ley de Defensa de la Dolarización), la reactivación va a depender principalmente del control de la pandemia, sin duda, pero también de la reacción que el nuevo gobierno genere en el sector privado: inversionistas, consumidores, ahorristas. Es decir, si el nuevo gobierno despierta confianza en los agentes económicos, la recuperación será más rápida que si genera incertidumbre y nerviosismo.

Al respecto, Arauz ya parte con desventaja: por los comentarios que ha hecho en contra de la dolarización, por los tuits (recién descubiertos) en los que ensalza la “visión en política monetaria” de Hugo Chávez y, sobre todo, por haber formado parte de un gobierno que estuvo lejos de crear un ambiente favorable para los negocios, muestra de lo cual es la bajísima inversión extranjera que llegó al Ecuador durante el régimen de Correa, pese a la bonanza petrolera.

Si a todo eso se suma el hecho, ahora por todos conocido, de que Arauz miente con facilidad –y, por tanto, su palabra y sus promesas (como aquella de que va a fortalecer la dolarización) no logran convencer a los agentes económicos–, entonces lo más probable en caso de que él ganara las elecciones sería una reacción adversa de esos mismos agentes. ¿Qué significa eso? Empresarios que deciden postergar sus inversiones (o, peor aún, deciden llevarlas a otro país), consumidores que optan por comprar apenas lo necesario, ahorristas que prefieren tener sus ahorros en el colchón. Si una parte importante del sector privado reacciona de esa manera (siempre habrá decisiones menos susceptibles a los vaivenes del ambiente político y también “empresarios” que quieran congraciarse con el gobierno), la crisis económica podría prolongarse por mucho tiempo y los indicadores de empleo y pobreza seguirían deteriorándose. Muy probablemente en un nuevo gobierno correísta se buscaría ocultar esa realidad manipulando las cifras (otra forma de mentir), pero eso no resolvería la situación de los millones de personas que seguirían buscando desesperadamente un trabajo.

José Hidalgo Pallares es economista.

6 Comments

  1. La pérdida de Arauz en las elecciones fue lo mejor que le pudo pasar al Ecuador porque de no ser así estaríamos peor de lo que estamos, primero porque como en el articulo comentaba la credibilidad del candidato es nula y todo lo que ofreció no iba a cumplir y solo iba ser un títere de Correa quien hasta hubiera vuelto impune.

  2. La ciudadanía debe actuar con total libertad y responsabilidad. Para eso es necesario que analice de manera real toda la problemática de estos últimos 14 años . Ya basta de tanta berborea y lirismo necesitamos avanzar unidos sin odios, ni revanchismos. Nuestros hijos necesitan tener un futuro digno

  3. Sinceramente opino que Arauz no es mentiroso.
    Creo que adolece de alguna enfermedad mental que lo mantiene inmerso en un mundo irreal lleno de sus propias fantasias.
    Cuando hace algo o habla lo hace con sus pensamientos saturados de fantasias que su mente colapsada está viviendo.
    De nosotros depende que este iluminado alunado en lugar de llegar a Carondelet llegue al manicomio para que pueda sin arruinar el pais, dar conferencias a los otros loquitos en los 7 idiomas que domina y compartir sus conocimientos de mineria de celulares y experiencias como el Cuy de Wall Street.

  4. Pinocho le queda corto a este sinvergüenza de Arauz, personaje oscuro, sin trayectoria limpia, le queda mentir demagógicamente a la gente ilusa que cree todo lo que él dice. Dios nos salve de estos imberbes.

  5. Felizmente para el Ecuador ” Andrés no mientas otra vez ” , jamás llegará a Presidente . Hay una tendencia irreversible a favor del candidato serio , honesto y demócrata : GUILLERMO LASSO !!!!!! , próximo PRESIDENTE DEL ECUADOR .

  6. El único interés que tiene Arauz es llegar al poder y liberar de condena a su idolatrado jefe y a todos los que asaltaron las arcas fiscales.El no entiende la gravedad social y económica del pais, por eso miente y ofrece lo que no va poder cumplir.A los ecuatorianos nos corresponde elegir con responsabilidad a sabiendas de lo que nos espera un gobierno populista y mentiroso.

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