Los nervios se van asentando de a poco y la tensión proveniente de la que puede catalogarse como la elección más importante de los últimos quince años, va bajando. Pero mientras la euforia nacional que provocaron los resultados obtenidos se desvanece, empieza a salir a flote lo que era normal: la expectativa y esperanza de ver plasmados, en políticas públicas, los ofrecimientos de campaña que se ganaron la voluntad popular.
Luego de haber sufrido un proceso sostenido de desinstitucionalización durante más de una década, la ciudadanía está ávida de que ese sentimiento de tranquilidad y democracia, que acertadamente está siendo transmitido por el nuevo jefe de Estado, se pueda ver en decisiones que pavimenten la trocha democrática que ha sido abierta.
En esa línea, la oferta del encuentro nacional surge como el quinto elemento de la democracia, en un ambiente que continúa polarizado y que necesita tener puntos de encuentro donde los ecuatorianos nos veamos unos a otros pero, sobre todo, nos reconozcamos como iguales en la búsqueda de un mejor país.
Ensayando un breve inventario de lo que hay que hacer para parar al Ecuador, hay temas, unos más urgentes que otros, que deberán ser tratados tan pronto como se transmita el mando.
No obstante, la construcción de una propuesta de acuerdo nacional para la gobernabilidad es quizá el compromiso más importante para la democracia ecuatoriana en estos días: al fin surge una oportunidad real de tener un ejercicio democrático e inclusivo, que si se hace bien, podría consolidarse como un modelo de gobernanza en la región.
Pero, ¿qué es o debería ser este famoso acuerdo y qué debería contener? Pues bien, para quien quiera generar consensos nacionales esta iniciativa consiste en agrupar acuerdos y compromisos suscritos por actores políticos, líderes de opinión y sociedad civil para que, por su intermedio, se generen condiciones para lograr estabilidad democrática
Si bien todo acuerdo pasa por partir reconociendo la existencia legítima de diferentes intereses y visiones de los actores sociales, económicos y políticos, el corazón de este empeño radica en también reconocer la necesidad de que esos actores diversos, trabajen coordinadamente para lograr el bienestar común y el desarrollo humano integral. Caminando rápido parecería que es fácil, pero requiere tino, generosidad y convicción democrática para lograrlo. Esto en tiempo de polarización es complicado pero no imposible.
Como línea base para este nuevo emprendimiento democrático, se cuenta con un listado de claves ofrecimientos que ya están sobre la mesa y que habrá que articular en políticas de Estado. Por ejemplo: la declaración de la lucha contra la violencia de género; la reactivación del aparato productivo; el fortalecimiento del Estado sin que eso signifique continuar con su engrosamiento; una política fiscal que favorezca a los más necesitados y, finalmente, un acuerdo ético-político con la Asamblea Nacional que viabilicen un diálogo sincero entre las diversas fuerzas poniendo al país por delante.
Las elecciones nos abren un momentum, la tormenta perfecta para sacar adelante por primera vez un acuerdo nacional por la gobernabilidad que funcione. Para esto, se requiere que toda la ciudadanía respalde y apoye esta iniciativa, pero sobre todo presione al legislativo a que actúe con responsabilidad y cumpla su rol a cabalidad. En ese escenario, quizás lo más difícil será concertar con las tiendas políticas en la Asamblea, lograr que dejen de lado por un momento sus cálculos políticos y se jueguen por la democracia.
Los primeros pasos están dados: la voluntad política de llevar a cabo un gobierno de acuerdo nacional se ha verbalizado con valentía y honestidad. A partir de aquí toca lo más difícil: trabajar para que sea una realidad que todos deben apoyar desde sus espacios. Sin duda alguna, el Acuerdo Nacional es ya la Tercera Vuelta electoral.
Ruth Hidalgo es directora de Participación Ciudadana y decana de la Escuela de Ciencias Internacionales de la UDLA.
Conciudanos del Ecuador Winston Churchill señalo por los años 40, que Hitler era una amenaza para el mundo, años despues Hitler y su ejercito tenia sometida e invadida a toda Europa e iba en pos de Rusia, el mundo le dio la razon, despues de observar el exterminio de mas 6 millones de Judios, asi esta latente la amenaza del Correismo, liderada por el contumaz ladron de la historia del Ecuador, el mitomano se apresta a dar un nuevo golpe, he señala al señor Guillermo Lasso, que este nuevo gobierno debe ser incluivo, de todos,recordar que se gano por un estrecho margen del 5%,que es el voto rasonado de los ecuatorianos, que no quiere que venga con correa, la corrupcion, drogadiccion, sicariato e impunidad como hacerlo, con politicas de desarrollo del agro, con la industrializacion de la materia prima, con salud publica para todos fortalecidas por protocolos de bio seguridad cumplidas por todos los funcionarios estatales, re habilitacion del Instituto de Higiene donde se elaboraban las vacunas del pais,todos los puestos administrativos manejados por fumcionarios integros, que haya actos de corrupcion y si aparece uno investigado inmediatamente, preso, devuelta la plata no permitiendo impunidad asi sea pariente del mandatario, solo asi podemos con el ejemplo del Jefe de estado de un gobierno etico y moral, hacer olvidar los 14 años de corrupcion ejercidadas por las elites correista y leninistas, le toca Presidente establecer como ministros a hombres y mujeres temerosos de Dios, solo asi hara un buen gobierno, el pueblo va agracerlo y sera un hombre y querido por el Ecuador, pasara como un grande a la historia. Dios lo bendiga Presidente. Amen