El presidente actual fue claro en la reunión con el presidente electo: la mesa no queda servida. ¿La afirmación es tan contundente que libera a Lenín Moreno de decir cómo entrega el país a Guillermo Lasso? La diferencia es radical con lo ocurrido en 2017 cuando Correa, antes de entregar el poder, hizo saber que la mesa quedaba servida. Sin embargo el país no se enteró de cómo quedaban las cuentas porque ni Correa las anunció ni Moreno se dio la pena de darlas a conocer.
Moreno dice que la mesa no queda servida precisamente en el momento en que su equipo y el de Guillermo Lasso comparten información en un claro ejercicio de transición democrática. Es decir, se comunican cómo exactamente queda la mesa. El nuevo gobierno tiene, entonces, el tiempo y la información necesaria para no cometer el error de Moreno, y también de Mauricio Macri en Argentina: ninguno de los dos contó a sus gobernados cómo recibían el Estado y sus cuentas de parte de su antecesor. Macri llevó la peor parte: endosó absurdamente la herencia kirchnerista y, hundido en el marasmo económico, quemó su capital político sin poder realizar el quiebre necesario en ese momento en su país. Moreno tardó tanto a dar a conocer las cifras, y lo hizo en forma tan inconexa, que la nación no pudo apreciar en forma integral el estado en que recibió el país. Y cuando lo expuso, su discurso fue cortocircuitado por las aseveraciones de Correa y su aparato de propaganda.
Saber cómo queda la mesa es clave por varias razones. Quizá la más importante es que el país pueda establecer un polo a tierra y no tomar sus deseos por realidades. Las pandemias y la mala gestión del gobierno de Moreno han llevado al Estado a una situación si no de quiebra, sí semicomatosa. Decir que la mesa no queda servida es una metáfora: hablar del nivel de pobreza, desempleo, crisis sanitaria, déficit fiscal, deuda externa… adquiere peculiaridades de tragedia. Y el país debe conocer el estado de salud de su economía para saber cómo estira las sábanas y en qué dirección lo tiene que hacer.
Ecuador, por lo que se sabe, tiene una deuda de 62 mil millones de dólares, deudas con el Seguro Social (que no han sido todas cuantificadas), deudas del presupuesto (unos tres mil millones de dólares), déficit fiscal (por encima de los 6 mil millones), deudas con los gobiernos seccionales, deudas en Cetes (otros tres mil millones)… Se dirá que parte de la deuda externa está reestructurada, que hay pagos mínimos de intereses y bajos montos de amortización. Se dirá que hay un acuerdo con el FMI y que parte de las necesidades urgentes se pueden financiar con el parte de los recursos provenientes del Fondo Monetario Internacional. No obsta: el nuevo gobierno debe conectar al país con la realidad financiera y publicarla. Quizá así el mal ejemplo de Lenín Moreno, al no haber vetado la Ley de Educación Intercultural, no se repita. Ese gesto populista de última hora, según Jaime Carrera, aumenta el hueco fiscal en mil millones de dólares. Inverosímil cuando hay millones de ecuatorianos sin trabajo y, un porcentaje de ellos, con hambre.
Publicar cómo queda la mesa es conectar al país con la realidad actual, lo que cual permitirá juzgar el contenido del presupuesto que tiene que elaborar el gobierno entrante para este año y la fijación de sus prioridades. También ayudará a evaluar el juego político que plantee la Asamblea que debería estar orientado hacia la respuesta que dará, en compañía del Ejecutivo, a las urgencias que tiene el país. Además ese ejercicio no debería ser excepcional: el gobierno del presidente Lasso debería mantener esa política a lo largo de la administración, como una señal ineludible de transparencia. Que la información del Estado y de la gestión del gobierno sean públicas, accesibles, claras y permanentes y que los funcionarios sepan que esa actitud hace parte de sus obligaciones y es una característica de la nueva administración.
Eso evitaría, entre otras cosas, que se manoseen las cifras del desempleo, como ocurrió en el gobierno de Lenín Moreno; política que se tradujo en el cambio reiterado del director del INEC. En vez de manipular las cifras, los gobiernos tienen que explicar la realidad a sus conciudadanos. Y el gobierno de Guillermo Lasso debería empezar por decir cómo recibe el país y lo que eso significa para la sociedad. Ese es su primer reto.
Foto: Presidencia de la República.
En esta ocasión el ecuador ya tiene más o menos el panorama en sí de las cuentas del ecuador, podremos ver cual será la estrategia de Lasso, para lograr su misión. Por lo menos ahora se encuentran las cuentas claras y tenemos el vistazo de que Moreno solo entro al poder para satisfacer su ego, un candidato tan ineficiente, que sumió al país en más deudas de las que estaba, solo esperemos que en esta ocasión, el presidente Lasso no deje en la impunidad todos los sucesos, acontecidos en el gobernante saliente.
Según el Ministerio de Finanzas, hasta marzo de 2021 la deuda pública total del Ecuador era de USD 63.026 millones (62,52% del PIB). Gran parte de ese enorme monto de dinero no se sabe en que se gastaron Correa y Moreno respectivamente. Jamás hubo claridad en las cifras, jamás hubo honestidad. Y justamente lo que los ciudadanos de bien esperamos del nuevo gobierno es total honestidad con los manejos del dinero de pueblo, de la gran empresa que es Ecuador donde los ciudadanos somos los accionistas, y el presidente y todos los demás burócratas no son nada más y nada menos que nuestro empleados y por lo tanto tienen la obligación de manejar la empresa con la mayor pulcritud, con total transparencia y que no nos vengan con los cuentos de gastos reservados que nosotros los dueños del dinero no podemos conocer.
Que terrible estos malditos y miserables e indeseables de 14 años de la BANDA DE RAFAEL CINTURÓN han arrasado con todo.
Primero lo primero y eso es empezar a remendar los huecos del saquillo. En la medida de lo posible eliminar tanta burocracia parásito y no meter más clientes de campaña, me explico no hacer como el hipócrita que esta de fuga perdón de salida. Que saca cien y mete trescientos además un diálogo y acuerdo urgente con militares y policías no puede ser justo todos los beneficios y prebendas conseguidos con el chantaje a los ladrones de los gobiernos anteriores. Por nada más dar unos ejemplos apenas entran cientos de miles en préstamos y con veinte años de jugar boli ya jubilados, un poquito más de conciencia por favor nada más revisar sus presupuestos las cifras hablan solas.
Disculpen que insista, la única solución en el largo plazo es AUSTERIDAD, y pueden comenzar por aprobar presupuestos con CERO DEFICIT. Los empleados públicos deben agradecer que tienen un empleo y no fastidiar con exigencias de aumentos y prebendas.
¿Son 62 mil millones la deuda al IEES? Creí que la deuda pública, interna y externa, era de 62 mil millones.
Franklin, La nota dice así: Ecuador, por lo que se sabe, tiene una deuda de 62 mil millones de dólares, deudas con el Seguro Social (que no han sido todas cuantificadas), deudas del presupuesto (unos tres mil millones de dólares), déficit fiscal (por encima de los 6 mil millones), deudas con los gobiernos seccionales, deudas en Cetes (otros tres mil millones)… Es decir, 62 mil millones de deuda pública más los items anotados.
LOS CORREISTAS SE ROBARON HASTA LA MESA
Totalmente de acuerdo Jose. El nuevo gobierno debe empezar haciéndole saber al país entero la situación en la que se encuentran las finanzas del Ecuador. Esto también ayudará para que de una y por todas los borregos ciegos sepan las consecuencias del robo y desastroso gobierno Correista de los últimos 14 años. Rafael Correa pasara a la historia del pais como el peor y mas nefasto gobierno del Ecuafor. A Moreno por lo menos le debemos el haber desterrado al delincuente a Belgica y a sus 40 y mas ladrones a Mexico, Venezuela y una que otra celda en el pais.
Desde el punto de vista del periodismo, el problema es la transparencia: se asume que el gobierno TIENE información, pero no la divulga.
Pero ¿qué ocurre si el gobierno… simplemente NO tiene información?
Esa es la tragedia del Ecuador actual. El gobierno de Moreno ha sido tan incompetente que, internamente, no sabe nada.
Veamos…
Finanzas no se enteró de que la Ley de Educación agrandaba el déficit fiscal. Y, si lo supo, no dijo nada.
El acuerdo con el FMI tuvo que ser enmendado porque contenía información incorrecta proporcionada por Finanzas y el Banco Central.
Nadie tiene idea de cuánto dinero ingresa al país por narcotráfico, ni cuánto dinero se lava en el sistema financiero (Departamento de Estado de los Estados Unidos, 2019).
No se sabe cuánto dinero perdió el ISSPOL en esos negocios chuecos con Chérrez. A estas alturas, lo más probable es que el ISSPOL esté quebrado.
El desfalco a Petroecuador en la preventa de petróleo con China recién está empezando a revelarse, gracias a la investigación del FBI.
En el ministerio de Educación, nadie sabe cuántos estudiantes han desertado desde el año anterior.
En el MIES, nadie sabe cuántos niños ni cuántos adultos mayores se han quedado sin atención.
En el ministerio de Salud, la pandemia evidenció la precariedad de los sistemas de información: cifras inservibles de casos, hospitalizaciones, vacunas…
El Registro Civil publica las cifras de defunciones, pero no incluye datos de edad, sexo, causa de muerte. Por lo tanto, es imposible saber el efecto real de la pandemia.
Nadie sabe nada acerca de todos los problemas de salud física y mental que está sufriendo la población a raíz de la pandemia: obesidad, diabetes, depresión, agresividad, problemas musculares, de la vista, etc.
El INEC publica estadísticas vitales con años de retraso; esconde y distorsiona las cifras de empleo, etc.
Y eso, sin mencionar las cárceles, el auge de la delincuencia y el crimen organizado, etc.
En resumen, durante el gobierno de Lenín Moreno, el Estado ecuatoriano colapsó. Hubiera sido el colmo del cinismo hablar de una “mesa servida”.
Decir que la mesa esta destartalada, o la mesa no queda servida” , son frases tan ridículas porque oculta toda la realidad económica del país, como: malos manejos, déficit alarmante, estancamiento de la economía, falta de recursos financieros, cuentas por pagar a instituciones (internas y externas) , dispendio en pagos a burócratas inservibles (Arauz en el BC) y una serie de contratos con “cláusulas de confidencialidad” que ocultan los malos manejos al contraer deuda o la venta del país (petróleo) a precios de gallinero enfermo. En este momento el nuevo presidente requiere un “Estado de situación financiera del país”. (Bienes el Estado cuales sirven y cuales no sirven (el Aromo) y todas las deudas (internas y externas), las cuales según los 4Pelagatos alcanzan a “62 mil millones de dólares, El Ecuador debe conocer la verdad, para que por ejemplo: maestros no exijan sueldos mayores y nuevos aportes de jubilación, para que transportistas no quieran mantener los subsidios a la gasolina etc.
Si todos conocemos la verdad… “que no existen recursos financieros, que solo hay déficit, que todo se esta pagando con deuda” seguramente podremos ser más moderados con los pedidos y mientras no haya una reactivación de la economía, una mayor productividad, un ajuste en la masa salarial, un incremento en el Producto Interno bruto no se podrá dar paso a ninguna prebenda, ganga o solicitud, venga de donde viniere.
En otras palabras, ni siquiera hay mesa…
Es vital que el Empleado Presidente LASSO, establezca con precisión la línea base con la cual parte su Proyecto de rescate del país. Luego deberá sincerar y transparentar está línea de partida a toda la ciudadanía ecuatoriana. Estudiando su perfil espíritual y egoico se puede establecer qué cuenta con las competencias, en estos dos campos, para lograr éxito en su misión. Esto, siempre y cuando, las mieles del poder no se adueñen de su Ego y subordinen a su alma. Deberá siempre unificar su alma personal con el alma colectiva ciudadana. Su base de poder debe ser el #PoderHonorCiudadano. Aquí radicará la clave de su éxito.