El proceso vivido por Ecuador los últimos cuatro años no puede pasar irreflexivamente bajo el apuro de virar la página. De ese borrón y cuenta nueva que entrega la tábula rasa que surge con cada nuevo gobierno y que ciertamente consuela con la expectativa del “esta vez si lo haremos mejor”.
Sin embargo, para tener claro cómo hacerlo mejor, hay que saber a ciencia cierta cuáles fueron los fallos. Qué de esto es sistémico y qué es circunstancial. Hay que ser capaces de distinguir lo que viene irremediablemente embebido en esa cultura política excluyente y caníbal que se inoculó con el regreso a la democracia hace más de cuarenta años y que no se ha cambiado ni se ha querido cambiar; de lo que ha sido obra pasajera de la circunstancia, del destino o de la coincidencia.
Para comenzar, el balance de estos últimos cuatro años no puede confundirse con los aplausos recibidos en Miami en el Foro por la Democracia. Pues sin desconocer los hechos enfrentados algunos ciertamente con responsabilidad como aquellos de Octubre 2019, la verdad que se trasluce es que el país ha girado sobre su propio eje. Un ejercicio de rotación en el que no se ha avanzado.
Si se aísla este análisis de la distancia puesta al correísmo, la verdad ineludible es que sin la pandemia Ecuador ya estaba mal. No solo en términos de eficiencia del Estado, de recuperación productiva y coberturas sociales sino, además, porque durante los cuatro años no existieron reformas claves más allá de las reducciones de gasto forzadas por el acuerdo con el FMI. Se rompió con el correísmo pero se deja como legado una institucionalidad viciada y un diseño estatal a la medida para captar adeptos bajo cualquier populismo y corrupción. Un sistema que opera bajo la hiperinflación administrativa, la sobrecarga de funciones y el control inútil hacia la vida productiva y social. No se invirtió ni un mes de esos cuatro años en repensar al Estado, en corregirlo para hacer eficaz ese viraje a la democracia que tanto se pregona. Pues sin un sector privado pujante y una sociedad civil fortalecida, solo se crea mendigos que serán presa fácil de cualquier populismo.
Las estructuras del Estado, como se ve claramente, continuaron presa fácil de la corrupción. Lo que se mira de la Contraloría General del Estado y de Petroecuador es sintomático y explica la magnitud de la crisis que lleva el país a cuestas, y que solo empeoró en los últimos años. Un alcalde y prefecta con grillete relata la banalización de la función pública y la tolerancia ciudadana hacia uno de los peores males contemporáneos. Y es que estos últimos cuatro años no pueden desconectarse de los diez anteriores, son su epílogo y deben ser mirados así.
Entre las lecciones más sensibles que deja este gobierno está haber podido apreciar cómo la inercia puede fácilmente confundirse con gobierno. Cómo el liderazgo político no necesariamente es una requisito para sentarse en el palacio de gobierno si es que se cuenta con eficaces operadores que aguanten el juego hasta el pitazo final.
Lenín se va dejando un legado de democracia y tolerancia. Y manifiesta haber hecho su parte. Como cuando en Miami en el Foro de la Democracia, contaba a los ex jefes de gobierno de la región cómo el pajarito iba al río para buscar con su pico agua, para apagar el incendio del bosque. Y cómo, según relata la fábula, los otros animales le hacían notar que no apagaría el incendio.
Si él hizo su parte o no, seguro la historia lo juzgará. Hay muchos agradecidos empeñados a mirar hacia el otro lado y celebrar los arrestos por haber hecho lo que era correcto al alejarse de un régimen autoritario. Pero esa es solo una parte de la historia. La otra, el país la seguirá sufriendo hasta erradicar el legado de corrupción, desinstitucionalización y falta de condiciones para invertir y crecer en este país.
Y al parecer no hay suficiente agua que apague ese incendio aún. Y ojalá se haya aprendido esa costosa lección pues hacer lo correcto no es un mérito sino una obligación de todo dignatario. Hacerlo es solo el comienzo.
María Amparo Albán es abogada y catedrática universitaria.
Un tipo mitómano, traicionero, cuentero, sin los principios y valores que tanto pregonaba, porque podría ser recordado?
Nada bueno se puede recordar de un tipo que tuvo la oportunidad en sus manos de conducir a un país pero que la desperdició desinstitucionalizando al estado, no ejecutando su plan de gobierno, arrodillándose a poderes fácticos económicos-políticos nacionales y extranjeros, reprimiendo al pueblo con excesos de fuerza cuando protestaron por sus tristes políticas inclusive provocando muertos y cientos de heridos; chateando de temas mundiales con su amiga Ángela Merkel, Dando conferencias según el por la democracia cuando lo único que hace es hablar de su ego mañoso y el de su esposa, hechando la culpa de su incapacidad a terceros y a sus fantasmas, vacunado satisfactoriamente a privilegiados, manejando una crisis de pandemia viajando a su mundo de cuentos y fábulas.
El peor personaje del Ecuador en estos 4 años y encima presidente, realmente debe agradecer que una pandemia por el virus Covid lo mantuvo en ese puesto, si una pandemia.
Quería alejarse del Correato?
debió haberlo cuando fue vicepresidente o cuando fue canciller en la ONU recibiendo dineros del estado. Ahí ese pajarito calladito.
LENIN MORENO PASA A LA HISTORIA COMO EL MEJOR PRESIDENTE ECUATORIANO DE TODOS LOS TIEMPOS. TODOS DEBERÍAN AGRADECERLE POR SU HISTÓRICA POSTURA ANTE EL GRAN DICTADOR INVENTOR DE LA MENTIRA POPULISTA DE LA REVOLUCIÓN CUIDADANA. CON SU HUMILDE POSICIÓN ANTE LOS GRANDES E IRREPARABLES ERRORES DE SUS PREVIOS HOMÓLOGOS LADRONES, DEJÓ EN CLARO SE PUEDE HACER MUCHO CON LAS MIGAJAS RECIBIDAS. CON MILLONES DE PAJARITOS que quieran de verdad apoyar al único con ganas de apagar el incendio ALREDEDOR DEL LAGO, SI SE LO PUEDE APAGAR.
CAMBIAR EL RUMBO A UNA NACIÓN DE UNA POSICIÓN ABISMAL AL DESASTRE POLÍTICO Y SOCIAL SÓLO UN VERDADERO HÉROE LO PUEDE LOGRAR.
“Y ojalá se haya aprendido esa costosa lección”. ¿Por parte de quién? El “país” no aprende nada ni puede aprender nada, porque el aprendizaje es una conducta concreta de personas concretas. El “país, el pueblo, la nación, la sociedad, etc. ” son abstracciones para referirse a un montón de gente pero a nadie en particular. Una abstracción es incapaz de una acción concreta.
Que pudo haber aprendido de un bueno para nada, pusilánime.
La ignorancia del pueblo se refleja en los nominados para la presidencia del país.
Todo pueblo en el mundo requiere de dirigentes con experiencia laboral, de que carajo sirve que el presidenciable sea un economista, tituló de pillo, es la misma mierda que los asambleístas, a más de vagos son vividores.
Algún momento pensé que Lasso sería la solución, más creo que me equivoqué, espero que no, a no ser que se llame a una constituyente, muy negro lo veo que pueda gobernar, ESTE ES EL MOMENTO DE DARLES A LOS SOCIOLISTOS Y PILLOS LO QUE LA LOCA DEL ÁTICO HIZO EN SU TIEMPO, REMOVER A TODOS LOS LADRONES ASAMBLEÍSTAS Y MANTENER GENTE SERVIL PARA EL PAÍS.
Es hora que el país actúe con cara propia, y actuemos en beneficio nuestro, CUANDO NOS SINTAMOS BASUREADOS POR LOS GOBIERNOS DE TURNO, DEJÉMOSLOS SABER QUE TAMBIÉN TENEMOS CRITERIO PROPIO Y NO MERECEMOS CRETINOS COMO GOBERNANTES.
¿Qué aprendimos con Lenín Moreno?
1. Moreno tuvo una habilidad indiscutible: hacerse el loco y pasar de agache. En su gobierno, nadie tuvo responsabilidad por nada: reparto de hospitales con la mafia bucaramista, desfalcos al IESS, nula gestión política con la Asamblea y los sectores sociales, leyes aprobadas (sin financiamiento) entre gallos y medianoche, masacres en las cárceles, etc etc. No queda claro si Moreno es un papanatas o finge serlo. Pero gracias a esa imagen logró mantenerse en el puestito.
2. En Octubre 2019 el Ecuador se hundió en un caos muy similar al que hoy vive Colombia. Solamente los buenos oficios del Representante de Naciones Unidas evitaron una guerra civil. Moreno huyó a Guayaquil; luego regresó a Quito, se reunió con los indígenas, fue humillado públicamente, y cedió en todo. En ese momento, Moreno debió renunciar y dejar la presidencia a Otto Sonnenholzner. Pero no lo hizo. Se quedó un año y medio más, abusando de que el país no tenía otra alternativa que aguantarle.
3. Es absurdo que una persona tan incompetente-corrupta-descarada permanezca en el cargo durante cuatro años. (Lo mismo se aplica para alcaldes, prefectos, legisladores, etc). Necesitamos mecanismos constitucionales para mandar a la casa (o a la cárcel) a dignatarios de esa calaña. ¿Cuáles mecanismos?
a) Elecciones de medio término que cambien la composición de los entes fiscalizadores (Asamblea, Concejo Municipal)
b) Mayor capacidad de la ciudadanía para iniciar revocatorias del mandato.
c) Se debe considerar seriamente el pasar a un sistema parlamentario, en el cual se pueda separar del cargo al Presidente o Primer Ministro con un voto de censura en el parlamento.
4. Las últimas declaraciones en Miami son una atrocidad sin nombre: refugiarse en un país extranjero… para insultar a su propio pueblo!!!! Y ahí sigue, aferrado al puestito hasta el último día.
5. Y sigue abusando de los recursos públicos, esta vez haciéndose propaganda. Hay que ver a los trabajadores del Ministerio de Salud y a los militares que están en los puestos de vacunación: todos llevan gorras que dicen “Lenín”. Los hospitales se caen en pedazos y les faltan insumos… pero tienen carteles de “Lenín” por todas partes. Las cadenas nacionales se repiten con mayor frecuencia que en la peor época del correísmo. Y nadie dice nada!
Yo no soy correísta, ni mucho menos. Nunca voté por Correa. Pero estoy completamente de acuerdo en que Lenín Moreno debe ser investigado, y responder por las innumerables barbaridades cometidas durante su gobierno.